Sáb. 12 Abril 2025 Actualizado ayer a las 8:46 pm

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Las últimas medidas de EE.UU. sobre el sector energético de Venezuela afectarán en la producción y exportación petrolera, pero también ofrecen nuevas perspectivas (Foto: Carlos García / Reuters)
Diálogo con tres expertos petroleros

Sanciones y aranceles contra Venezuela: los desafíos son oportunidades

Venezuela está enfrentando un escenario internacional de agresión económica y comercial con precedentes conocidos y otros por conocer. La administración de Donald Trump emitió nuevas medidas para presionar el sector petrolero venezolano, aunadas a las sanciones que ya venían golpeando la economía desde hacía más de un lustro.

El pasado 24 de marzo Trump firmó una orden ejecutiva que impone aranceles de 25% al comercio con países que compren petróleo a Venezuela. Esta disposición entró en vigor el 2 de abril.

Según las autoridades estadounidenses, sin bases ni pruebas, el gobierno del presidente Nicolás Maduro ayuda a entrar en Estados Unidos a miembros del grupo criminal Tren de Aragua, reconocido por Washington como organización terrorista, en el marco de una estrategia de criminalización tanto del Estado como del gentilicio venezolano, lo cual ha sido instrumentalizado con fines persecutorios y judiciales contra migrantes en suelos de ese país.

Con esta base, el secretario de Estado, Marco Rubio, viejo enemigo de Venezuela y valedor de la "máxima presión", determinará —a discreción— la imposición de aranceles en coordinación con los secretarios del Tesoro, Comercio, Seguridad Nacional y el Representante Comercial de Estados Unidos.

Ese mismo día la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro prorrogó la Licencia General 41B, que permite a Chevron producir y exportar petróleo venezolano hasta el 27 de mayo de 2025.

Anteriormente, el 4 de marzo, la Casa Blanca revocó oficialmente la Licencia General 41, vigente desde noviembre de 2022 —era Biden—.

Pareciera que, con relación a Venezuela, momentáneamente Trump ha repartido caramelos para todos: Rubio obtiene influencia arancelaria sobre las exportaciones venezolanas y Chevron puede continuar sus operaciones en el territorio nacional de manera provisional, en un ejercicio de equilibrismo entre la "máxima presión" y la diplomacia à la Grenell.

A su vez, la licencia extendida apunta que Washington no ha tomado una decisión definitiva de suspender las importaciones de petróleo venezolano; la posibilidad de que la licencia pueda extenderse después del 27 de mayo está sobre la mesa.

Si bien Estados Unidos revocó el instrumento para que Trinidad y Tobago desarrollara los proyectos gasíferos en los campos Dragón y Cocuina-Manakin, el gobierno trinitense espera que haya enmiendas del Secretario de Estado en el asunto para continuar con las inversiones y el trabajo establecido en el cinturón caribeño de gas.

Producción y exportación sobre la balanza

Para analizar las consecuencias de estas decisiones, Misión Verdad consultó a tres expertos en el tema: Werther Sandoval, profesor universitario y analista energético; y al también catedrático David Paravisini y Manuel Páez Moreno, dirigente político y trabajador de Petróleos de Venezuela (PDVSA), integrantes de Huracán Bolivariano —colectivo de trabajadores de la industria de los hidrocarburos—, quienes respondieron bajo una sola voz.

Para Sandoval, la aplicación de la orden ejecutiva del 24 de marzo significaría que terceros países "van a tener renuencia y, en algunos casos, se van a negar a comprar el petróleo venezolano. Eso va a tener incidencia sobre la producción", una inminente caída en la producción.

Sin embargo, a contrapelo de lo que afirman otros analistas de tinte opositor, considera que las exportaciones "nunca se van a ahogar por completo".

Hay perspectivas de que continúe el flujo de caja por exportaciones petroleras porque "PDVSA tiene la suficiente capacidad técnica, científica y tecnológica para mantener y crecer en la producción", alegan Paravisini y Páez, "y que a falta de estos capitales seguramente la inversión privada venezolana se sumará a la recuperación de la industria petrolera, ya que es transversal para la recuperación económica del país".

Ellos estiman que "el petróleo es la principal fuente energética del planeta y así lo será por los próximos cien años; eso genera una altísima demanda, por ello toda la oferta que está en el mercado siempre será ocupada de una u otra manera por clientes que lo necesitan".

Por ejemplo, citan a África como un potencial mercado para el crudo venezolano, "un continente con un gran crecimiento en el consumo energético al cual Europa ha expoliado su territorio, robado sus riquezas y evitado su desarrollo, pero hoy con el apoyo de China ha soltado esas amarras y va rumbo a su independencia política, económica y social".

Sandoval añade que "nosotros podamos colocar nuestros crudos en otros mercados, incluso espacios que son nuevos o tradicionales, eso también tiene sus vías, tiene ejercicios de comercialización, lo que llaman los buques fantasmas, la flota oscura", mecanismo que siempre ha existido "con productos tan importantes y vitales como el petróleo, que por supuesto todo el mundo lo apetece en función de que es la sangre que mueve la economía del mundo".

Pero, para ello, debe haber una continuidad productiva que pudiera ser compensada por PDVSA con proyectos propios. "Sí —expone el también columnista de Últimas Noticias—, puede compensar en algo sobre los proyectos propios, digámoslo, como una estrategia política acertada a propósito de fortalecer el mercado interno, la capacidad adquisitiva interna de nuestras propias empresas y su participación".

En dicho escenario, los desafíos de la industria nacional de hidrocarburos son variados: Paravisini y Páez observan que "el reto debe ser aumentar nuestra capacidad de refinación y sacar combustible y derivados que suplan el mercado global", mientras que Sandoval apunta que:

"Tenemos problemas de mantenimiento, de importación de equipos, de brindar el mantenimiento y las inversiones adecuadas para mantener la industria con un grado de confiabilidad que le permita tener una operación mucho más fluida, y eso tiene incidencia sobre los costos de producción".

Paravisini y Páez ahondan en este sentido: "Dependiendo del destino, variará la estructura de costos; siempre impactará porque serán descuentos que traerán consecuencias en nuestros ingresos finales", y señalan que "la visión debe ser aumentar producción, proceso de refinación y cubrir ese déficit" de la renta provista por las sanciones y los aranceles estadounidenses.

¿Cómo lograr dicho propósito? Sandoval sopesa que "hay países aliados con los cuales Venezuela puede darle alguna viabilidad a la industria petrolera venezolana. Con Irán, con países como Argelia, que están brindando apoyo y han logrado solventar, porque ya tenemos una primera experiencia de suspensión total de las exportaciones petroleras venezolanas y logramos ese refuerzo".

Mientras que Paravisini y Páez opinan que como "hoy el escenario energético está centrado en la mayor reserva petrolera del mundo", entonces los países que conforman el mundo multipolar y pluricéntrico "no pueden permitir que el imperialismo colonial de Estados Unidos y sus títeres en Venezuela tomen control de esa reserva porque irían de manera inmediata en contra de la OPEP y la estabilidad del mercado petrolero".

Oportunidades en puerta

La experiencia venezolana ha demostrado que, a pesar de que la Casa Blanca busque subordinar el sector petrolero del país a los intereses estadounidenses, con lo cual intenta que Venezuela dependa exclusivamente del mercado estadounidense, las asociaciones internacionales con poderes emergentes y la aplicación de políticas públicas coordinada con el sector privado pueden abrir una ventana de posibilidades para afianzar la recuperación.

Sandoval comprueba que con la Ley Antibloqueo se ha permitido algún tipo de gestión y encuentro con sectores privados nacionales, o de otros países, con el objetivo de incrementar las capacidades productivas de la industria hidrocarburífera.

Y, en este contexto, de acuerdo con Paravisini y Páez "la capacidad científica y tecnológica en nuestra industria petrolera está dentro de los estándares más altos; en el mercado nacional existe suficiente inventario de piezas, partes y repuestos que permiten a corto plazo mantener la producción y a mediano plazo aumentarla".

Pero, según ellos mismos, la resolución de la clase trabajadora ha sido un componente clave durante los últimos años de gestión petrolera: "Los ejercicios de unidad, organización y formación de la clase obrera han dado resultados inesperables, han derribado barreras, sustituido importaciones y ahorrado divisas".

Para los tres analistas el Plan de Independencia Petrolera Absoluta y el Decreto de Emergencia Económica harían viable la estrategia que ya ha puesto en marcha el Estado para apuntalar la industria energética de Venezuela. Pero los instrumentos con los que el Gobierno Bolivariano intenta acelerar la diversificación de la economía y atraer inversión extranjera adicional también significan oportunidades abiertas.

Es cierto que las nuevas medidas restrictivas de Trump representan una presión sin precedentes sobre el país y sus socios comerciales, "pero también hay que tomar en cuenta una nueva realidad —declara Sandoval—: la política de guerra económica de Estados Unidos va a hacer que los países que están afectados, la gran mayoría de los Estados del mundo, que ya tienen mayores costos del envío de sus productos a Estados Unidos y que, por lo tanto, no van a poderlos colocar con tanta facilidad en el mercado norteamericano, van a mirarse las caras los unos a los otros, y eso significa geopolíticamente un mundo mucho más pluripolar".

El profesor y columnista repara en que debido a los altos costos que supone colocar productos extranjeros en Estados Unidos debido a los aranceles, esos bienes podrían llegar a los mercados venezolanos y, de la misma manera, los productos hechos en Venezuela pueden comprarse en otros países afectados, "diversificando la cartera de productos que va a adquirir y además de eso con precios no tan cruelmente altos como los que podrían estar en la actualidad o estuvo en tiempos pasados".

"Podríamos avizorar que Venezuela va a ser afectada: tener menores ingresos, buscar asociaciones con países que estén aliados, buscar una flota oscura y vías alternas para colocar su producto, va a tener un precio por el producto quizás menor, pero también va a tener la oportunidad de que fortalezca mucho más, con músculo propio, su industria petrolera, así como un desarrollo diversificado que ya podemos apreciar".

Tal como había propuesto Putin, ante las sanciones occidentales contra Rusia: los analistas concluyen que los retos no son un problema sino oportunidades para Venezuela.

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