Mié. 13 Agosto 2025 Actualizado 3:38 pm

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Banderas de ExxonMobil cerca de la Universidad de Guyana en Georgetown, Guyana, el 21 de abril de 2023 (Foto: Matías Delacroix / AP Photo)
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En Misión Verdad nos hemos propuesto responder la siguiente pregunta: ¿Es Guyana un Estado verdaderamente soberano o su autonomía está condicionada por intereses externos?

El alto grado de injerencia que ExxonMobil ejerce sobre las decisiones del Estado guyanés queda demostrado por numerosas investigaciones y reportajes, entre ellos los publicados en esta tribuna. El gobierno de Georgetown actúa muchas veces como un ejecutor de intereses corporativos más que como un defensor de la soberanía nacional. Desde la toma de decisiones en la política exterior hasta la gestión de recursos naturales, las acciones del Estado guyanés parecen alinearse con los objetivos de ExxonMobil y la visión geoestratégica de Estados Unidos en el Caribe sur, incluso cuando entran en conflicto con el bienestar de su propia población o con la estabilidad regional.

Este fenómeno revela un patrón cada vez más común en el mundo contemporáneo: la subordinación de Estados pequeños a corporaciones multinacionales que, respaldadas por potencias hegemónicas, convierten territorios nacionales en plataformas de explotación económica y militar. En el caso de Guyana, tal especie de dependencia no se limita al sector petrolero. La presencia creciente de activos militares estadounidenses en el país —justificada bajo la excusa de la cooperación en seguridad y lucha contra el narcotráfico— evidencia una estrategia más amplia: transformar el Estado en un enclave estratégico para proyectar poder en la región, especialmente frente a Venezuela.

La disputa por el Esequibo, que tiene raíces históricas que se remontan al siglo XIX, ha sido reactivada e instrumentalizada en función de dichos propósitos. Lejos de ser un conflicto exclusivamente territorial, se ha convertido en un campo de disputa donde convergen asuntos económicos, energéticos y geopolíticos. La petrolera no solo beneficia a sus accionistas sino que también sirve como herramienta de presión indirecta sobre Venezuela, un país que representa un obstáculo para la hegemonía regional de Estados Unidos.

Este análisis no busca negar la existencia de Guyana como nación sino exponer las contradicciones entre su estatus formal y su realidad material. Detrás de la fachada institucional se esconde una dinámica de dominación que afecta no solo el país vecino, también toda la estabilidad del sur del Caribe. Denunciar esta situación es esencial para comprender que las nuevas formas de imperialismo no siempre se ejercen mediante invasiones directas sino a través de contratos opacos, alianzas estratégicas y la captura del aparato estatal por intereses privados.

Por eso, te invitamos a descargar en formato PDF —haciendo clic en el título hipervinculado— nuestro informe especial "En Guyana gobierna ExxonMobil: el Estado que se volvió filial de una corporación".

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<