El 25 de mayo tendrán lugar en Venezuela las votaciones a cargos de gobernadores y parlamentarios a la Asamblea Nacional (AN). En términos fundamentalmente técnicos, esta podría considerarse una megaelección por la cantidad masiva de cargos a disputarse.
Además, casi 37 mil candidatos aspiran a hacerse de algún cargo en las 24 gobernaciones del país, la AN y los Consejos Legislativos en los estados, de acuerdo con los datos oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Durante los próximos años, el mapa político quedará definido a partir de esta fecha, delineando así la correlación de fuerzas y partidos que harán presencia en instituciones ejecutivas y legislativas en todo el país.
La elección de diputados a la AN tiene el mayor peso simbólico y político en estos comicios. Como instancia de representación política, el parlamento es el órgano más importante, luego del Ejecutivo Nacional.
En consecuencia, será un espacio de disputa crucial para los partidos y dirigentes participantes en la contienda electoral.
LA AN DESDE LA PERSPECTIVA DEL CHAVISMO
Desde las elecciones parlamentarias de 2020, el chavismo ha dominado la mayoría absoluta de los curules en el parlamento nacional. Para las instancias dirigentes del gobierno, esto significó una reconquista de la AN, luego de que estuviera bajo mayoría opositora desde el año 2015.
Es sabido que esos años estuvieron caracterizados por la confrontación institucional, el desplazamiento de los diputados opositores al extranjero para dar forma al interinato fallido de Juan Guaidó, el uso de los cargos parlamentarios para la solicitud de sanciones extranjeras y el empleo de la mayoría opositora en la AN para atizar la destitución del presidente Maduro y miembros de otros poderes por vías no constitucionales.
Con la recuperación de la mayoría parlamentaria por parte del chavismo en 2020, ocurrió un proceso significativo de normalización en el funcionamiento de los poderes del Estado y un nuevo momento de pax política.
De ahí que, en las elecciones de mayo, la AN siga teniendo un valor estratégico, por ser un componente central en la estabilidad institucional, las dinámicas de Estado y, en consecuencia, un componente de la gobernabilidad política.
El parlamento ha sido, por tradición, el primer espacio de debate e interacción política. En diversas ocasiones ha sido el mayor espacio de representación de la oposición dirigente, aunque hayan estado en minoría. Y tratándose del chavismo, ha sido el órgano que más ha construido y acompañado políticas junto y para el Ejecutivo.
Considerando esta importancia, el Gran Polo Patriótico (GPP) ha construido una oferta política correspondiente a las circunscripciones electorales en los estados, voto lista estadal y el voto lista nacional, acorde a los 285 escaños en disputa.
Las candidaturas en circunscripciones y listas por estados son modalidades tradicionales y han sido distribuidas en el territorio mediante criterios D'Hondt. Mientras que el voto lista nacional es un nuevo mecanismo de profundización de la representación vigente desde las elecciones de 2020, que permitió la ampliación de los curules en el parlamento nacional hasta el nivel actual.
La estrategia de oferta política del chavismo para la AN está casi absolutamente homologada en todo el país.
- Candidatos por circunscripciones o nominales, que repiten en la postulación porque ya están en el cargo, o son sustituidos por dirigentes de esos territorios.
- Candidatos de primeros en el voto lista estadal: se trata, en la mayoría de los casos, de políticos con tradición, presencia, liderazgo o importantes responsabilidades.
- Mientras que la oferta de candidatos del voto lista nacional está dominada por dirigentes históricos, exministros, exgobernadores, parlamentarios de trayectoria y figuras relevantes del chavismo a nivel nacional.
Esta grilla de nombres parece completamente diseñada para construir una bancada, además de mayoritaria, conformada por dirigentes experimentados y nuevas generaciones de líderes que darán forma a un parlamento que tendrá debate.
Su objetivo sería el de garantizar y acompañar la gobernanza del Estado en una época de recrudecimiento de las presiones económicas externas.
LA AN DESDE LA PERSPECTIVA DE LAS OPOSICIONES
Para las oposiciones que participan en esta elección, el parlamento tiene un carácter esencial para sus lógicas supervivenciales y para el futuro de diversas organizaciones políticas. Desde sus lógicas, sin cargo, difícilmente habrá partido. Así que, para muchos, es una forma de jugarse la vida política.
Para estas organizaciones, la AN es un lugar para "hacer presencia"; participar el 25 de mayo es una forma de no ceder espacio.
Se trata de dirigentes y partidos que desean un lugar activo en la diatriba nacional, para hacer oposición desde la AN como ente del Estado.
Otras organizaciones también desean estar en la AN para participar en dinámicas clientelares, lo cual incluye el nombramiento de cargos en otros poderes del Estado, como el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Los dirigentes que se han sumado en la plataforma DECIDE, como Henrique Capriles, Henry Falcón y Chúo Torrealba, también tratan de encontrar un lugar propio entre los escombros del sistema de organizaciones opositoras.
Son blanco de ataques directos, tildados de "traidores", por parte del sector que representa María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quienes llaman al abstencionismo.
En consecuencia, tanto los cargos a la AN, como los de gobernadores, no son objeto de disputa únicamente contra el chavismo. Para los opositores participantes el 25 de mayo, es también una lucha por la conducción de los seguidores de la oposición en los territorios y a nivel nacional, aprovechando un terreno "cautivo" que han dejado los abstencionistas.
Los partidos opositores con presencia en el parlamento actual provienen de la coalición Alianza Democrática y también son resultado de divisiones entre partidos. Estos participarán, ahora, enfrentándose a otras fuerzas más allá del GPP.
El principal problema de las oposiciones no será el chavismo como antagonista, sino las propias debilidades endémicas entre el gran macrosector antichavista.
La división entre fuerzas políticas opositoras es considerable y grave. Según datos del CNE, existen 19.025 candidatos que se postularon a curules en la AN. De estos, hay 3.234 candidatos a lista nacional, 6.881 a listas por estados y 8.910 postulantes a cargos nominales por circunscripción.
Más del 90% de este inmenso volumen de candidaturas son de opositores. Lo cual reduce las posibilidades de que se conviertan en ganadoras.
Existen dos coaliciones en el ruedo, la de la Alianza Democrática y la de DECIDE (con tarjetas de Un Nuevo Tiempo). También está participando un conjunto inmenso de candidaturas independientes. Además, existen políticos provenientes de partidos de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que están usando otras tarjetas.
El ausentismo electoral de las oposiciones durante estos años ha debilitado la capacidad de las organizaciones de aglutinar y movilizar el voto. Así que estos partidos se verán afectados por la inercia.
Estas coaliciones difícilmente se podrán alzar con una mayoría parlamentaria, pero reconociendo esa posibilidad, han optado por competir con especial énfasis en bastiones territoriales con tradición de mayoría opositora.