La coalición opositora venezolana Plataforma Unitaria Democrática (PUD) emitió un extenso comunicado este miércoles, 19 de febrero, en el que solicitaron "condiciones" para participar en las elecciones del mes de mayo de este año.
Aunque el bloque reseñó el voto como "herramienta ciudadana fundamental para el cambio político", indicó que en este momento "no existen las condiciones políticas e institucionales, ni las garantías electorales reales que permitan que cualquier convocatoria en materia comicial pueda reputarse como una verdadera elección".
Este comunicado refirió varias "condiciones" para participar en las próximas jornadas para escoger cargos de gobernaciones, consejos legislativos y diputados a la Asamblea Nacional (AN).
Entre sus exigencias destaca la realización de una "negociación inmediata" para hacer valer el supuesto triunfo de Edmundo González Urrutia el pasado 28 de julio.
Adicionalmente reclamaron el "libre uso" de la tarjeta electoral de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), y el acompañamiento con un "árbitro confiable", sugiriendo un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), entre otras solicitudes.
El comunicado de la PUD fue divulgado luego de saberse el diferimiento de las jornadas que estaban previstas para el 27 de abril.
El CNE anunció que el nuevo proceso está pautado para el 25 de mayo, lo cual sugiere una extensión de la línea de tiempo para que las organizaciones políticas antichavistas decidan su participación y hagan las alineaciones de candidaturas y partidos.
"Presiones" de la PUD: Entre la debilidad y la incongruencia
El comunicado recibió el respaldo inmediato de María Corina Machado y Edmundo González, quienes promueven el abstencionismo y refirieron, nuevamente, que cualquier elección, sin hacerse efectiva la supuesta presidencia de González, es "una farsa".
La adhesión de los partidos de la PUD a la agenda de Machado y González genera una discrepancia considerable en la coalición opositora ya que dos instancias de ese bloque, Un Nuevo Tiempo (UNT) y el Movimiento por Venezuela (MPV), se pronunciaron a favor de participar en los comicios.
Es preciso reseñar que estas dos organizaciones dieron sus tarjetas a Edmundo González para la jornada presidencial de julio, lo que hace más notable la divergencia entre agendas.
Dicha diatriba transcurre mientras otros grupos como Primero Justicia (PJ, sin tarjeta electoral) y Acción Democrática (AD, tendencia de Ramos Allup, sin tarjeta electoral) discuten si asistirán a la convocatoria, lo cual es relevante si se considera que estos eran partidos grandes y tradicionales en la coalición opositora.
Esta seguidilla de eventos, propia de la guerra de posiciones entre factores, refiere que no hay una conducción única y abarcante que establezca una estrategia monolítica, sólidamente apoyada por los partidos, al tiempo que el "liderazgo" de Machado se deteriora aceleradamente.
En tal sentido, el comunicado consiste en una divulgación de condiciones completamente absurdas en el contexto actual.
La más resaltante de todas es sugerir que el gobierno venezolano debe someter a "negociación" la permanencia en el cargo del presidente reelecto Nicolás Maduro y que ello ocurrirá favor de un Edmundo González en el exilio, de una María Corina Machado en la "clandestinidad" o de la PUD, una organización desperdigada, conformada por partidos clientelares incapaces de construir planteamientos efectivos.
El pronunciamiento tampoco aclara si las supuestas condiciones que exigen están sujetas a prelación una a la otra, o si acudirán a la cita de mayo si "algunas" de ellas se cumplen, como un nuevo CNE o el "libre uso" de la tarjeta MUD.
Es una incongruencia que la PUD solicite usar a sus anchas "la tarjeta de la manito", considerando que en el presente dicha organización está ausente de la elección de mayo. ¿Qué sentido tiene ello en el contexto actual?
¿Acaso sugieren usarla en esta elección? ¿Quieren usar su tarjeta aunque Maduro no "negocie" su entrega del poder a González? ¿O todos los aspectos están prelados por su primera exigencia?
Es además evidente que esta ala de las oposiciones no está ejerciendo ni proyectando poder político en el terreno de lo real. No están incidiendo considerablemente sobre el tablero de las decisiones, ni de las agendas determinantes.
Justo ahora el gobierno venezolano mantiene la iniciativa al promover los comicios de mayo y el proceso de Reforma Constitucional, que será el mayor evento político de 2025 en el país. Mientras, la PUD aun no logra superar las divergencias sobre lo "estratégico", o no, de abandonar el terreno electoral, otra vez.
Esa debilidad endémica explica el sentido del nuevo comunicado, como una forma de acallar los debates que existen en algunos partidos sobre acudir a elecciones.
Con este último pronunciamiento, los promotores de la abstención podrían estar huyendo hacia adelante a expensas del diferimiento de las jornadas por casi un mes más. Entienden que este lapso adicional alienta a ciertos factores pues sugiere que habría más condiciones para las difíciles conversaciones y acuerdos entre sectores claramente divididos, los cuales tienen que sortear las presiones y señalamientos por salirse de la orden abstencionista, además de tratar de construir alianzas competitivas.
Viejos liderazgos tradicionales se inclinan por el voto
Apenas 24 horas luego del pronunciamiento de la PUD, Henrique Capriles y José Tomas Guanipa supuestamente tuvieron una reunión cerrada con militantes de PJ, provenientes de diversos lugares del país, para debatir el tema electoral. Esto derivó en un comunicado difundido por Capriles este viernes 21 de febrero en el que, a nombre de "la mayoría del Comité Político Nacional" de su partido, declararon la "libertad de conciencia" e ir a elecciones.
La división interna en PJ —sin tarjeta electoral— es compleja y grave. Pero Capriles intenta horadar en la política abstencionista relanzando su deteriorado liderazgo en un terreno parcialmente cautivo pues, según el presidente Maduro, podría aspirar a ser gobernador del estado Miranda.
Por otro lado, existen políticos con perfiles de liderazgo tradicional con asiento en regiones del interior del país, como es el caso de Manuel Rosales, Morel Rodríguez, Sergio Garrido y Alberto Galíndez, actualmente gobernadores, quienes defenderán su aspiración a la reelección. Las diferentes coaliciones de las oposiciones tienen más de 60 alcaldías que también esperan retener.
La mayoría de estos dirigentes electos, junto a otros en el terreno, representa un tipo de liderazgo tradicional vinculado a la política cotidiana y a las realidades locales.
Se trata de líderes que han hecho labor proselitista durante años para reelegirse o hacerse elegibles, que podrían ver perjudicadas sus aspiraciones por las decisiones unilaterales de grupos en Caracas que siguen las presiones de Machado y González.
Haciendo un poco de memoria hay que reseñar que, luego de la contundente victoria opositora en las parlamentarias del año 2015, los sectores de la hoy extinta MUD emplearon el abstencionismo o acudieron divididos a las elecciones regionales y municipales de 2017, eventos realizados de manera separada.
En las municipales de 2017, si bien algunos partidos estaban formalmente en la abstención, sus dirigentes fueron al ruedo con otras alianzas, y otras tarjetas, contando con tolerancia de sus organizaciones de origen. Este caso fue común entre dirigentes de AD, la fuerza opositora más ganadora de cargos en las regiones en los últimos 25 años, pero también esa anomalía se apreció entre activistas de PJ. Es probable que tal fenómeno se reproduzca este año.
Entretanto, la proximidad de los comicios de mayo ofrece una línea de tiempo bastante estrecha para los partidos y bloques del ecosistema de las oposiciones. Independientemente de sus decisiones hoy, las jornadas de mayo tendrán lugar y trazarán la tendencia a otros procesos en ciernes, incluida la importante Reforma Constitucional propuesta por el presidente Nicolás Maduro.