Desde el año 2023 las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos se encuentran en un momento de distensión. Se trata de un punto de inflexión que empezó en mayo de 2022 con la reunión entre el presidente Nicolás Maduro y una delegación estadounidense de alto nivel que visitó Caracas, con lo cual se sepultaba el "proyecto Guaidó" y de alguna manera se reconocía al poder Ejecutivo venezolano.
Una serie de hechos lo corroboran. Si bien las sanciones persisten, más allá de que se hayan emitido algunas licencias para establecer negocios, es evidente el interés energético, por parte de empresarios estadounidenses, en acercarse a Venezuela.
Una exclusiva de Forbes señaló que un grupo de inversionistas de EE.UU. visitó el país para reunirse con representantes de PDVSA y otras empresas privadas con miras a "renovar el deteriorado sector petrolero del país" de acuerdo con la fuente ligada a la reunión.
El medio reseña que la delegación incluía a Harry Sargeant III, un empresario petrolero de Florida que ha sido una figura clave en "unir" la necesidad energética de EE.UU. con el crudo venezolano. En palabras de Sargeant —dice Forbes— el grupo está introduciendo "inversores con un alto apetito por el riesgo y operadores de clase mundial" en los campos petroleros venezolanos.
La necesidad por los recursos energéticos de Venezuela se acrecentó en octubre cuando se emitieron algunas licencias que de entrada permitían algunas operaciones. Es necesario destacar que las sanciones se mantienen, lo que resulta en una serie de obstáculos a sortear por los compradores e inversores.
Forbes afirma que el pasado 12 de enero Global Oil Management de Sargeant pactó un acuerdo para comprar seis cargamentos de asfalto de 95 mil barriles a PDVSA, negocio que se concreta, según el empresario, por la necesidad de comprar petróleo barato "de otros lugares", dado que el esquisto estadounidense se encuentra en picada.
¿Por qué volver a Venezuela?
En Venezuela ya existe una infraestructura adaptada a las refinerías estadounidenses de la Costa del Golfo de México, que facilita las operaciones de inversion y comercialización por parte de capitales de este mismo país, que sumado a las reservas de petróleo venezolano (las mayores del mundo) configuran un escenario idóneo para las actividades mencionadas. A esto hay que añadir que las sanciones a Rusia luego de la operación militar en Ucrania ha condicionado el mercado petrolero mundial.
Los distintos hechos y conflictos que pudieran condicionar el negocio petrolero, principalmente entre Venezuela y Estados Unidos —guerra de Ucrania, estabilidad de Asia Occidental o el conflicto en el Mar Rojo, incluso un cambio de administración—, deja entrever que la necesidad energética de Estados Unidos y Europa están por encima de los conflictos políticos y la coyuntura electoral estadounidense.