Los botes de rescate a favor de los refugiados que operan frente a la costa italiana solo están exacerbando la crisis migratoria de Europa y están siendo utilizados por traficantes de personas para garantizar el éxito, afirma un análisis de los servicios de inteligencia italianos.
En su informe anual al parlamento italiano, los servicios de inteligencia de ese país advirtieron que el mar Jónico podría convertirse en la nueva ruta elegida por los traficantes de personas, principalmente de kurdos y paquistaníes. Los viajes son promocionados a través de las redes sociales por los traficantes, que ofrecen la garantía y comodidad de las ONG en la zona, según la investigación.
Acusaron a las ONG de brindar "una ventaja logística a las organizaciones criminales que manejan la trata de migrantes, permitiéndoles adaptar su modus operandi de acuerdo con la posibilidad de reducir la calidad de las embarcaciones utilizadas, lo que aumenta en consecuencia las ganancias ilícitas pero expone a las personas a bordo a naufragios".
Se confirmó la muerte de al menos 64 personas tras el naufragio de un barco de madera superpoblado que se utilizaba para introducir personas de contrabando en Europa. Los 80 sobrevivientes dijeron a las autoridades italianas que el bote transportaba aproximadamente a 170 individuos, lo que sugiere que el número de decesos podría aumentar aún más.
Las autoridades italianas revelan que los traficantes cobraron 8 mil euros por cada migrante. Por su parte, los grupos de ONG criticaron al gobierno italiano por las muertes, haciendo referencia a sus decretos recientes que tenían como objetivo frustrar a los barcos humanitarios, dirigidos por organizaciones benéficas y a favor de los refugiados que intentaban recoger a los inmigrantes y escoltarlos a Italia.