Salen a la luz documentos de entrenamiento en la Marina estadounidense en los que hacen referencia al socialismo como una ideología "terrorista", equiparándola con los neonazis. La filtración sería parte de una operación contra el extremismo en el interior del país.

En la sección "Preguntas de estudio" del documento de capacitación militar una de las preguntas dice "¿Anarquistas, socialistas y neonazis representan qué categoría ideológica terrorista?". Una fuente militar le dijo a The Intercept, medio que tuvo acceso al documento, que la respuesta correcta es "terroristas políticos".

El documento, titulado "Introducción al Terrorismo / Operaciones Terroristas", es parte de un manual de entrenamiento más extenso recientemente distribuido por el Centro de Entrenamiento Táctico de la Armada del Comando y Entrenamiento de Educación Naval en conjunto con el Centro de Fuerzas de Seguridad. El entrenamiento está diseñado para maestros de armas, la policía interna de la Marina, dijo la fuente militar.

Los documentos de entrenamiento también estarían poniendo un símbolo del puño de panteras negras en la misma categoría de organizaciones terroristas como Al Qaeda, dijo la fuente militar.

De ese modo, el Departamento de Defensa de los EEUU parece estar moldeando sus instituciones para que se considere “terrorista” a cualquier grupo que proteste por cosas tan esenciales como atención médica, vivienda y comida.

La revelación puede conectarse con otra noticia reciente sobre la lucha contra el terrorismo doméstico. Según un funcionario de la Casa Blanca, la Administración del presidente Joe Biden está trabajando en un plan para permitir que los estadounidenses denuncien a los amigos y familiares "radicalizados" en las agencias gubernamentales, como una forma de combatir lo que ellos llaman terrorismo doméstico.

"Trabajaremos para mejorar la conciencia pública sobre los recursos federales para abordar el comportamiento preocupante o amenazante antes de que ocurra la violencia", dijo el funcionario durante una conferencia de prensa.

Según el funcionario, la administración cree que “los extremistas violentos domésticos, motivados por una variedad de ideologías, representan una amenaza elevada para nuestro país en 2021”.

Las afirmaciones del Gobierno de Biden sobre la supuesta amenaza terrorista doméstica se basan en la escalada violenta que hubo en Estados Unidos de supremacistas blancos y grupos de extrema derecha; sin embargo, está quedando claro que la estrategia no diferenciará en ideologías y se centrará en la neutralización de cualquier grupo que se oponga al poder establecido en Estados Unidos.

En una de sus investigaciones, la periodista Whitney Webb demuestra que la guerra contra el terrorismo doméstico “apunta principalmente a aquellos que se oponen a la extralimitación del gobierno de Estados Unidos y a aquellos que se oponen al capitalismo y / o la globalización”.

Webb examinó el documento “Estrategia Nacional de Lucha contra el Terrorismo Doméstico”, publicado por la Casa Blanca en junio. Allí, los “extremistas” “antigubernamentales” o “antiautoritarios” son puestos en la misma categoría que los supremacistas blancos en cuanto a amenaza para la seguridad nacional.

(...) aquellos que "se oponen violentamente" a "todas las formas de capitalismo" o "globalización empresarial" se enumeran en esta categoría menos discutida de "terrorista nacional". Esto pone de relieve cómo la gente de izquierda, muchos de los cuales han pedido que se desmantele o reemplace el capitalismo en los Estados Unidos en los últimos años, podría fácilmente ser blanco de esta nueva "guerra" que muchos autoproclamados izquierdistas apoyan actualmente. De manera similar, también se incluyen los "extremistas motivados por el medio ambiente".

Que el plan esté siendo llevado por la Administración Biden puede verse como algo paradójico, teniendo en cuenta que su candidatura fue apoyada por grupos políticos progresistas en Estados Unidos que ahora estaría en riesgo de ser etiquetados como terroristas, pero tiene sentido si se recuerda que, años antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Biden redactó la Ley Patriota, que terminó reduciendo las libertades civiles en el país en nombre de la seguridad nacional.