El llamamiento al genocidio fue escrito en nombre del Departamento de Defensa y publicado en "la principal organización multimedia del ejército estadounidense".
La publicación militar oficial estadounidense Army University Press socializó un artículo escrito en nombre del Departamento de Defensa en el que se pedía la limpieza étnica de Gaza y la destrucción de Líbano, en una exclusiva online de noviembre de 2023.
Este medio se describe en su sitio web como "la principal organización multimedia del ejército de Estados Unidos", y un "punto de entrada para el pensamiento de vanguardia y el debate sobre temas importantes para el ejército y la defensa nacional", que "pone información oportuna y relevante a disposición de los líderes del ejército, del gobierno y del mundo académico".
Aunque señala que "las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan las del ejército, las del Departamento de Defensa o las de cualquier otra agencia del gobierno de Estados Unidos", el hecho de que una propuesta tan radical se divulgara en la principal publicación del ejército demuestra que el apoyo explícito a la limpieza étnica y el genocidio está bien visto en sus círculos intelectuales y políticos.
La publicación del artículo llega en medio del asalto genocida sin precedentes de Israel contra la asediada Franja de Gaza tras el ataque de Hamás el 7 de octubre. Las fuerzas de ocupación israelí han arremetido sobre edificios residenciales, escuelas, hospitales, ambulancias, personal médico, equipos de rescate y de primeros auxilios, periodistas, empleados de las Naciones Unidas, mezquitas, iglesias, infraestructuras, y han cortado la electricidad y los servicios de comunicación. El 10 de noviembre el Ministerio de Sanidad de Gaza anunció que había perdido la capacidad de hacer un seguimiento de las víctimas, y que su último recuento oficial era de 11.078 muertos, entre ellos 4.506 niños, 27.490 heridos y otras 2.700 personas atrapadas bajo los escombros. Se calcula que hay 1,7 millones de desplazados, 900 mil de ellos en 154 refugios de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), algunos de los cuales han sido bombardeados por Israel.
El artículo —archivado— fue escrito por Omer Dostri, un antiguo apparatchik del Likud que ahora es estratega de seguridad nacional en el think tank del Instituto de Jerusalén para la Seguridad y Estrategia, e investigador en el Foro de Defensa y Seguridad de Israel.
Establecido en 2017 para influenciar el discurso nacional israelí y extrayendo gran parte de su personal del Centro Likudnik Begin-Sadat de Estudios Estratégicos, JISS (Instituto de Estrategia y Seguridad de Jerusalén en inglés) está financiado por el Fondo Tikvah, un recorte del partido republicano estadounidense que busca promover un modelo capitalista neoliberal de estilo occidental. Creado por el fallecido magnate multimillonario neoyorquino Sanford Bernstein —quien más tarde cambió su nombre de pila por el de Zalman al adquirir la ciudadanía israelí—, es aparentemente financiado hoy por su Estado, junto con contribuciones de oligarcas sionistas estadounidenses como Rebecca Sugar, un grupo secreto de empresarios de Jerusalén y el capitalista de riesgo australiano Greg Rosshandler. Tikvah está presidida por el financiero neoconservador Roger Hertog.
"Me complace presentar un estudio del que soy autor por encargo del Departamento de Defensa de Estados Unidos y de la revista Military Review del ejército estadounidense. La investigación profundiza en los aspectos políticos, estratégicos y tácticos del ataque de #Hamás contra #Israel y la guerra en #Gaza", presumió Dostri en Linkedin.
"Bien hecho", comentó Miriam Reichman, antigua becaria política en la misión de Israel ante la ONU.
Aunque el documento del ejército describe el 7 de octubre como un ataque terrorista, y así repite las desacreditadas afirmaciones del gobierno israelí sobre decapitaciones y violaciones, reconoce la naturaleza sofisticada de la operación.
"Este atroz atentado fue obra de una organización terrorista y, sin embargo, hizo gala de un excepcional enfoque militar y profesional, similar a los métodos empleados por las fuerzas especiales de los ejércitos regulares. Esto subraya las importantes capacidades militares y de inteligencia que Hamás había desarrollado meticulosamente con el paso de los años, específicamente en preparación de este devastador acontecimiento", escribió.
"La mejor opción para Israel es ocupar la franja de Gaza"
Dostri explica de qué manera la "política de disuasión" de Israel se ha derrumbado como consecuencia del atentado, y por qué debe formular una nueva estrategia para mantener su sistema de supremacía.
Enumera cuatro opciones para lograrlo. Las tres primeras sirven de fachada, descritas brevemente, hasta que llega a la opción preferida de limpieza étnica.
Las primeras dos opciones describen una ocupación militar israelí de Gaza durante un período de varios meses hasta dos años, seguida de la instalación de una "administración local" que no esté afiliada a ningún organismo político palestino, ya sea Hámas o la Autoridad Palestina, o bien la instalación de la Autoridad Palestina como órgano de gobierno. En el primer caso el enclave se dividiría en "cuatro regiones autónomas distintas, cada una presidida por una autoridad tribal prominente".
Sin embargo, descarta estas opciones por considerarlas poco prácticas, ya que la opción de la administración local "sería demasiado débil para garantizar el apoyo popular", y la fragilidad de la Autoridad Palestina "podría conducir potencialmente a una pérdida de poder en favor de los islamistas radicales en caso de resurgimiento de estos".
La tercera opción, escribe, es que Arabia Saudita, Baréin y Emiratos Árabes Unidos asuman el control civil, mientras Israel o Estados unidos despliegan fuerzas de ocupación. Sin embargo, el documento enfatiza que las incertidumbres de la coordinación hacen que esta idea sea poco realista.
La opción ideal —y la que Dostri cree que restablecerá la "disuasión", proporcionará "seguridad" y logrará la victoria— es que Israel vuelva a ocupar Gaza a largo plazo, limpie étnicamente a cientos de miles de residentes palestinos, amplíe exponencialmente el tamaño de la zona de exterminio y establezca asentamientos dentro de Gaza.
"Desde el punto de vista de la seguridad, la mejor opción para Israel es ocupar la Franja de Gaza y establecer una presencia militar duradera", escribe.
Dostri cita el apoyo público al establecimiento de los asentamientos en Gaza por parte de "algunos miembros de la Knéset, figuras públicas, periodistas y organizaciones no gubernamentales" que mantienen la arraigada creencia sionista de que robar tierras y establecer colonias es la respuesta adecuada, en lugar de una que engendre la reacción violenta de los palestinos.
“La perspectiva en la que se basan quienes abogan por el establecimiento de asentamientos israelíes en Gaza es que apoderarse de tierras y asegurarlas constituye un golpe más sustancial a los grupos terroristas islamistas radicales que a la eliminación de operativos terroristas y líderes de alto rango, supera la destrucción de edificios e infraestructuras y tiene más peso que la captura de prisioneros. Se considera el medio más disuasorio y una clara victoria para Israel.
"Para ellos, una sólida campaña terrestre en la Franja de Gaza, que abarque la ocupación de territorios, la creación de nuevos asentamientos israelíes y el traslado voluntario de cientos de miles de palestinos a Egipto sin opción de retorno, reforzará enormemente la disuasión israelí y proyectará su influencia por todo el Medio Oriente".
Aunque Dostri presenta la confiscación de tierras y la creación de asentamientos como un concepto innovador, esta ha sido siempre la base del sionismo, ideológica y prácticamente.
En su libro Etnocracia: Política de la tierra e identidad en Israel/Palestina, el académico israelí Ofer Yiftachel describe el proceso de judaización, en el que las autoridades sionistas expropian tierras a los palestinos, las transfieren a los judíos, restringen su desarrollo al tiempo que promueven colonias solo para judíos y la hebraización de los topónimos palestinos, y redibujan las fronteras para garantizar el dominio sionista. Esto se ha puesto en práctica en Galilea y en Néguev, que forman parte del actual Israel, así como en el territorio ocupado de Cisjordania.
Este método ha sido una constante desde la creación del Estado de Israel hasta nuestros días.
Ofir Dayan, que trabaja en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional y es hija del exembajador israelí en la U Dani Dayan, escribió en agosto de 2023 un artículo titulado "La respuesta al terrorismo: el fortalecimiento de los asentamientos en Judea y Samaria (la Cisjordania ocupada)".
La ONG israelí Kerem Navot señaló que "las decisiones gubernamentales sobre el aumento de la presencia de colonos en Cisjordania, tras sucesos en los que mueren civiles o soldados israelíes, es una asunto rutinario en Israel".
En febrero, el gobierno sionista declaró explícitamente que "en respuesta a los ataques terroristas asesinos en Jerusalén, el Gabinete de Seguridad decidió por unanimidad autorizar nueve comunidades en Judea y Samaria (Cisjordania ocupada)".
En el documento de Dostri, la opción de limpieza étnica/asentamiento, al igual que la primera y la segunda opciones presentadas, implicaría la creación de un régimen colaborador para gobernar a los palestinos restantes de un "liderazgo local central o la partición del territorio en distritos autónomos con un liderazgo distinto en cada distrito".
Estos núcleos de población estarían rodeados de "importantes zonas tampón de varios kilómetros para proporcionar profundidad estratégica y permitir respuestas rápidas a posibles incursiones terroristas futuras".
Israel lleva mucho tiempo aplicando las denominadas "zonas tampón", que declaran que esos terrenos —la mayoría de uso agrícola— situados a cientos de metros desde la valla israelí hacia territorio palestino deben estar desprovistos de cualquier estructura, y que los palestinos que ponen un pie en esta zona o cerca de ella son abatidos in situ por francotiradores israelíes y ametralladoras teledirigidas.
La propuesta de Dostri aboga por ampliar esas zonas, lo que consumiría más tierra y concentraría aun más a la población palestina en incluso pequeñas cantidades de terreno urbano denso, gran parte del cual es ahora escombros como resultado de la destrucción masiva de Gaza por parte de Israel. Se trata de la misma estrategia aplicada a la Cisjordania ocupada, donde los núcleos de población palestina están rodeados de asentamientos israelíes militarizados situados estratégicamente para impedir cualquier territorio palestino contiguo.
Dostri es aun más explícito en artículos de opinión publicados en medios de comunicación israelíes. En un artículo aparecido el 19 de noviembre en el Jerusalem Post, pide que se establezcan asentamientos israelíes en Gaza —usando básicamente a civiles israelíes como escudos humanos— para proporcionar seguridad.
"Es esencial reconocer el grave error estratégico de separar artificialmente el gobierno 'de seguridad' del gobierno 'civil' en Gaza. Esta división es intrínsecamente errónea, ya que la auténtica seguridad será difícil de alcanzar sin una presencia civil israelí sostenida sobre el terreno.
"La historia demuestra que en en las regiones desprovistas de asentamientos judíos, las fuerzas de seguridad israelíes acabaron retirándose, lo que provocó la transformación de esas zonas en bases terroristas.
"Este patrón se ha manifestado en varias partes de Judea y Samaria, el Líbano, Gaza e incluso —aunque en menor medida— en el Sinaí. No hay razón para suponer que no se volverá a producir un escenario similar en Gaza. Sin una presencia civil israelí, es probable que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), al carecer de un objetivo militar, se marchen, lo que brindaría una oportunidad para que resurgiera el territorio palestino.
"Además, el asentamiento israelí en Gaza ofrece ventajas, como una mayor libertad de acción para las fuerzas de seguridad, una mejor protección con la incorporación de fuerzas de seguridad civiles y la adquisición de una imagen de inteligencia de alta calidad a largo plazo.
"La planificación arquitectónica estratégica puede implicar la división del territorio en diferentes segmentos, lo que facilitaría un mejor control por parte de las fuerzas de seguridad. De forma similar a la situación en Judea y Samaria, los asentamientos en Gaza proporcionarían un apoyo crucial y asistencia tanto física como espiritual a los soldados en el terreno que comprendan el propósito que hay detrás de su presencia".
Dostri reitera su llamado a la limpieza étnica de los palestinos de Gaza, escribiendo que "Israel debe resistirse al regreso de los cientos de miles de residentes evacuados al sur de la Franja de Gaza" y pide llegar a acuerdos con los países de la región para expulsar a los refugiados palestinos al Sinaí.
Celebra la guerra contra Gaza como una "oportunidad histórica e inigualable para remodelar el panorama de amenazas" y "alterar el equilibrio demográfico en la región".
Por último, concluye que Israel debería engañar al mundo sobre sus verdaderas intenciones, escribe que "los dirigentes del país no deberían desperdiciar esta oportunidad y, desde luego, deberían evitar anunciar a todas luces su renuncia a ella al mundo entero por adelantado".
Estrategia para la guerra contra Gaza
Para lograr estos objetivos, el documento de Dostri para el Pentágono propone una "operación militar global y sincronizada con la meta de ocupar la Franja de Gaza", consistente en una campaña de bombardeos aéreos seguida de una operación terrestre. Su plan sigue en gran medida lo que el ejército israelí está aplicando actualmente y prevé que la operación terrestre dure de dos a tres meses.
Convoca a la "guerra electrónica, electromagnética y cibernética" y a la interrupción del suministro eléctrico "como consecuencia de la decisión del gobierno israelí de cortar la electricidad en Gaza".
Dostri cree que esta campaña destruirá el sistema de túneles de Hamás, además de asestar un golpe psicológico mediante tácticas de "conmoción y pavor" que "minarán su voluntad de seguir luchando".
Esta campaña de asesinatos en masa y destrucción, según Dostri, derrotará militarmente a Hamás y lo obligará a abandonar la lucha armada.
"Esta estrategia global pretende provocar una rápida rendición del enemigo, lo que proporcionaría al Estado de Israel la maniobrabilidad política para tomar decisiones en función de sus objetivos", escribe Dostri.
También reconoce que la misión tendrá un "costo relativamente alto en términos de bajas de soldados y asignación de recursos", sin embargo, ese sacrificio garantizará su éxito.
El ataque de Hamás del 7 de octubre, afirma, ha obligado a Israel a abandonar su vacilación a la hora de enviar soldados al peligro, y ha convencido a sus dirigentes de que el precio en sangre vale la pena.
"Los acontecimientos del 7 octubre han alterado irrevocablemente las circunstancias, obligan a Israel y a las FDI a tomar decisiones difíciles. Por significativos que sean los riesgos para la vida del personal de las FDI, ahora es ineludible que el imperativo es derrotar a Hamás y asumir el control de la Franja de Gaza para el beneficio de las futuras generaciones", escribe.
"La destrucción de la infraestructura nacional y crítica del Líbano"
El documento reconoce que la guerra en Gaza puede escalar fácilmente hasta convertirse en una guerra regional. Pide que Israel cree "la percepción de que se comporta de forma impredecible en Gaza" para disuadir a Hezbolá, y sostiene que cuanto más intensifique Israel sus ataques contra Hamás, con una fuerza mayor y más letal, más probable será que ella se disuada. Cree que la disuasión de Israel respecto a Hezbolá se entiende "especialmente cuando Estados Unidos despliega sus fuerzas más formidables en la región y apoya abierta y decididamente a Israel, junto con amenazas explícitas contra sus adversarios que consideren implicarse en el conflicto".
Sin embargo, esta política de disuasión contra Hezbolá es socavada por la presión estadounidense sobre Israel acerca de evitar una escalada importante en su frente norte, que ha sido expresada en los últimos días por altos funcionarios de la administración Biden.
En su opinión, la estrategia de mantener un conflicto armado de baja intensidad mientras dure la guerra en Gaza agotará el arsenal militar de Hezbolá, y debería combinarse con asesinatos selectivos de dirigentes de Hamás y la Yihad Islámica Palestina en el Líbano.
Igualmente, sostiene que Israel también debe mantener la posibilidad de una guerra total contra el Líbano, que implique una campaña aérea masiva y una invasión terrestre en el sur del país. Esta opción supondría la "aniquilación completa de Hezbolá y la destrucción de las infraestructuras nacionales y críticas del Líbano, lo que acabaría provocando el colapso del país".
En cualquier caso, escribe Dostri, Israel terminará invadiendo el Líbano para derrotar a Hezbolá, como ya lo está haciendo con Hamás en Gaza. "La cuestión ahora no es si Israel actuará para derrotar a Hezbolá, sino cuándo".
También reconoce la capacidad del ejército sirio, las milicias populares de Siria e Irak y los hutíes de Yemen, aunque resta importancia a cualquier amenaza que supongan, ya que su arsenal de misiles "aún no ha logrado un alcance que suponga una amenaza sustancial e inmediata a Israel" —su artículo se publicó antes del apresamiento por los hutíes de un carguero israelí—.
Sin embargo, cabe destacar que el análisis a medias de Dostri no aborda la posibilidad de una implicación iraní directa en una guerra regional, que es una certeza si Israel intentara derrotar militarmente a Hezbolá y arrasar al Líbano, como él mismo pide. Eso supondría una amenaza existencial para Israel.
Genocidio en una guerra regional
En conjunto, el documento de Dostri equivale a un llamamiento a cometer crímenes contra la humanidad. Se suma a las numerosas declaraciones que, en el caso de un juicio por crímenes de guerra, servirían como prueba clara de la intención de llevar a cabo un genocidio, que es notoriamente difícil de establecer. El hecho de que este llamado se publicara en nombre del Departamento de Defensa y en la principal rama mediática del Ejército de Estados Unidos genera dudas sobre la culpabilidad estadounidense en el genocidio de Gaza, que se está efectuando principalmente con bombas y misiles fabricados en las factorías del país, y sobre cuáles son las verdaderas intenciones de su gobierno.
Aunque Dostri escribe como si fuera un niño jugando con juguetes en su arenero, ignora los riesgos geopolíticos más amplios y la probabilidad de que las acciones de escalada que propugna —especialmente en el Líbano— transformen la campaña de destrucción masiva de Israel en Gaza en un devastador conflicto regional que podría incluso desencadenar una posible guerra mundial con armas nucleares.
Con el bárbaro asalto israelí ya en su séptima semana, solo el tiempo dirá hasta dónde llegará, a cuántas personas matará y a cuáles fronteras alcanzará la guerra.
Dan Cohen es periodista de Uncaptured Media y director de los documentales: Another Vision, Killing Gaza, Gaza Fights Back.
Este artículo fue publicado originalmente en Uncaptured Media el 21 de noviembre de 2023, la traducción para Misión Verdad fue realizada por Camila Calderón.