Este miércoles 21 de septiembre se llevó a cabo la primera reunión de la nueva Junta Directiva de Monómeros, luego de la llegada al poder de Gustavo Petro en Colombia, que puso punto y final al robo de esa empresa hecho por la banda de Leopoldo López y en compañía de Juan Guaidó.
El ministro Tareck El Aissami informó que hay 23 órdenes de captura sobre quienes estuvieron involucrados en la destrucción de la empresa venezolana. El alto funcionario dijo que "la empresa es hoy un cementerio de ruinas, devastada totalmente y con una capacidad de producción al cero por ciento".
Con la toma de esa empresa en 2019, bajo el esquema de pseudogobierno marca Voluntad Popular, las irregularidades en Monómeros saltaban a la vista, cuya trama de saqueo asocia también al uribismo. A los fines de precisar la caída de la empresa, es necesario mapear cinco hechos de la trama:
1. En 2019, Jorge Pacheco Hernández fue el puente entre Voluntad Popular y el entonces gobierno de Iván Duque. A partir de la autoproclamación de Guaidó, Pacheco "formalizó" la congelación de los activos relacionados con Monómeros. En 2020, Monómeros suscribió un contrato de 6,6 millones de dólares con Unión Temporal Génesis, una sociedad entre Norpack SAS y Freja Colombia SAS. Pacheco es el dueño de Freja.
2. Cuando Monómeros pasó a manos del clan Guaidó en 2019, Humberto Calderón Berti saludó la medida de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, sus siglas en inglés) en otorgar la licencia a la filial de Pequiven para que operara sin restricciones bajo la exención de "operaciones humanitarias en Venezuela". Meses más tarde, Calderón Berti criticó las irregularidades financieras y la intromisión de los partidos políticos de la oposición en la empresa.
3. Monómeros firmó contratos con empresas del lobby uribista, una de ellas es el grupo empresarial Daabon. Sobre la relación de empresas de corte uribista con Monómeros, la periodista colombiana María Jimena Duzán dio otros detalles en el portal Cambio.
"En el saqueo a Monómeros que Duque calla, han aparecido unos pagos irregulares de gran cuantía a las empresas en las que Camilo Uribe, hermano menor del expresidente Álvaro Uribe, figura como socio": @MJDuzan https://t.co/B2QtMcqOKp
— Cambio (@estoescambio) September 18, 2022
4. En 2020 y 2021, la Superintendencia de Sociedades de Colombia, que se encarga de la inspección, vigilancia y control de las sociedades mercantiles, tomó el control de Monómeros con el objetivo de revisar la situación administrativa y económica de la empresa. Después de la última inspección, en septiembre de 2021, la amiga de Leopoldo López y de Jorge Pacheco, de nombre Carmen Elisa Hernández, renunció a la presidencia ad hoc de la junta directiva de Monómeros. Esto dijo Hernández en noviembre de ese año, una de las tantas contrataciones hechas desde Monómeros para los bolsillos de la familia López.
Antes de elegir a Llorente y Cuenca, se consideraron otras dos empresas. Hernández me dijo: “Yo no tenía cómo saber que esa señora trabajaba con esa empresa”.
— Orlando Avendaño (@OrlvndoA) November 11, 2021
5. Los planes del entonces gobierno de Duque era que la transnacional Nitron Group bajo su filial en Colombia, Nitrofert, empresa competencia de Monómeros, tomara lo que quedaba de la filial venezolana. Cabe destacar que Jorge Pacheco es parte de la directiva de Nitrofert.
Al repasar el rápido proceso de corruptela de Monómeros en manos de Leopoldo López y compañía, el estado actual de la empresa está en pleno diagnóstico. El presidente de Pequiven, Pedro Tellechea, sostuvo una reunión con los trabajadores de Monómeros para conocer la situación actual.
El trabajador de Monómeros, William Ortega, explica que la empresa retrocedió dos años producto del manejo irresponsable. Se recuerda que en 2021, por falta de mantenimiento, la empresa se paralizó causando pérdidas de 11 millones de dólares.
Ortega indicó que faltó respaldo económico para mantener ese complejo industrial, y jamás interesó al grupo ad hoc darle marcha a Monómeros. Incluso contaban con una licencia OFAC que normaliza las operaciones propias de una empresa que se encontraba bloqueada vía medidas coercitivas estadounidenses, pero nunca llegó el dinero porque evidentemente pasó por las manos de los distintos focos de asalto financiero de Leopoldo López que se hicieron del control de la empresa.
Se trataba de llevar a Monómeros al colapso por medio del saqueo para que finalmente se pudiera abrir el canal de la privatización.
El presidente Gustavo Petro comentaba en agosto que Monómeros "es una empresa afectada, casi que quebrada, que hay que ver técnicamente cómo se puede reiniciar" y recientemente indicaba que "hoy importamos (Colombia) fertilizantes con el precio triplicado".
Por este negociado, hoy importamos fertilizantes con el precio triplicado. La agricultura nacional perdió rentabilidad y los precios de los alimentos se dispararon, incluidos los de producción nacional, en parte por este desfalco. pic.twitter.com/3X28WYnRk8
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 12, 2022
Con el uribismo y los planes de privatización, se desdibujó la ruta que se intentó impulsar en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo en Colombia con la iniciativa político económica de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) en la década de 1960; a partir de allí nace Monómeros Colombo-Venezolanos S.A. para armar un modelo industrial sustitutivo de importaciones de fertilizantes y caprolactama.
En vísperas de la reapertura fronteriza entre Venezuela y Colombia, la recuperación de Monómeros es otro gran paso para crear una nueva hoja de ruta de recuperación y puesta en marcha de la empresa, y esto marca un hito importante en la nueva era de relacionamiento binacional.
Además, este hecho se logra en el escenario de crisis ucraniana y la agresión financiera contra Rusia, afectando considerablemente los intercambios comerciales de fertilizantes a nivel global, así que Monómeros podría calmar esas aguas en Colombia y Venezuela a un mediano plazo.
Si bien el regreso a la legalidad sobre Monómeros visualiza un panorama optimista en la esfera petroquímica, existen obstáculos injerencistas que continúan orbitando en este asunto, debido a que Monómeros nuevamente en manos del estado venezolano (como estaba desde 2006) plantearía un posible escenario en el que Estados Unidos podría retomar la imposición de nuevas medidas coercitivas contra esa empresa, entorpeciendo las dinámicas propias tanto procedimentales como comerciales, siendo Colombia un país atado a la órbita de influencia estadounidense, y esto podría ralentizar, mas no detener, la recuperación de la empresa.