Establecer una zona de exclusión aérea en Ucrania, así como lo han hecho en otros territorios donde Estados Unidos ha llevado la guerra, puede ser el detonante de una escalada de confrontación mayor que trascienda a una guerra mundial. Y es que, a diferencia medidas aplicadas en Libia, por ejemplo, derribar aviones rusos en Ucrania tendría una respuesta poderosa contra Occidente.
Pero, aun sabiendo los riesgos que supone la aplicación de una exclusión aérea en Ucrania, hay un poderoso lobby que está empujando la idea a tal punto de que está ganando impulso en el gobierno de Biden. Recientemente, 27 expertos en política exterior clamaron por una zona de exclusión aérea en Ucrania, señala Jacobin.
Pero, ¿quiénes están detrás de esta campaña y a qué intereses responde? No es de extrañar que este mensaje sea financiado por fabricantes de armas y el sector de los combustibles fósiles. Aquí presentamos a algunos interesados en que se aplique la zona de exclusión aérea:
- Ian Brzezinski fue director en Booz Allen Hamilton, contratista del Pentágono, que sirve a clientes comerciales estadounidenses e internacionales en los sectores financiero, energético y de defensa.
- John Kornblum es asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), que recibe recursos de firmas como General Atomics, Lockheed Martin y Boeing.
- Tanto Ben Hodges como Kurt Volker forman parte del Center for European Policy Analysis (CEPA), un think tank que en 2021 contaba con las firmas de defensa BAE Systems, General Dynamics, General Atomics y Lockheed entre su lista de contribuyentes.
- Philip Breedlove forma parte de la junta de asesores del Center for a New American Security (CNAS), un think tank liberal de línea dura que ha servido para dotar de personal a las administraciones demócratas, incluida esta.
- Northrop Grumman es el principal donante del CNAS, con Raytheon, Palantir, BAE, Boeing, Booz Allen, Lockheed y General Dynamics.
- Evelyn Farkas es una ex funcionaria del Pentágono y analista de seguridad nacional que dirige Farkas Global Strategies, coach en el área de defensa. Farkas también forma parte de la junta directiva del Instituto del Proyecto 2049, que aboga por una postura más confrontativa hacia China y por aumentar las ventas militares a los países asiáticos en tensión el gigante asiático.
- Los ejecutivos de Lockheed y Raytheon lamentaron la retirada de Estados Unidos de Afganistán el año pasado, y ellos y General Dynamics habían celebrado las oportunidades de negocio procedentes de las actuales y totalmente evitables tensiones geopolíticas con China. Actualmente buscan sacar provecho del conflicto con Rusia.
- Diez de los firmantes ocupan diversos puestos en el Atlantic Council, un grupo de reflexión de corte belicista financiado por una cornucopia de intereses empresariales, mientras que otro fue miembro principal del mismo durante seis años.
- Pinchuk y Rinat Akhmetov, jefes de SCM, son dos de los hombres más ricos de Ucrania y también buscan sacar provecho de la guerra. Pinchuk es un pro-OTAN, también ha sido un importante donante del Consejo Atlántico durante años y forma parte de su consejo asesor internacional.
- Compañías petroleras como Crescent Petroleum, Abu Dhabi National Oil Company, Chevron, Mubadala Petroleum y Exxon complementan la lista de interesados porque se establezca una exclusión aérea en Ucrania.