El fundador del canal de Telegram NEXTA, Roman Protasevich, reconocido como opositor extremista al Gobierno de Alexander Lukashenko en Bielorrusia, fue detenido por las fuerzas del orden bielorrusas tras el aterrizaje de emergencia del avión de la aerolínea irlandesa Ryanair, que volaba de Atenas a Vilna. Así lo confirmó la Dirección Principal de Lucha contra el Crimen Organizado y la Corrupción del Ministerio del Interior de Bielorrusia.
También se informó de la detención de su novia, la rusa Sofia Sapieha.
En Bielorrusia, Protasevich está acusado por varios artículos incitadores a la insurgencia, entre ellos la organización de disturbios masivos, acciones colectivas asociadas a la insubordinación, incitación a la enemistad y discordia social. El canal de Telegram de NEXTA está reconocido por las autoridades bielorrusas como extremista.
En febrero de 2021, Belarús envió documentos a Polonia para la extradición de Protasevich. La Agencia de Seguridad del Estado de la República de Bielorrusia lo incluyó en la lista de personas involucradas en el terrorismo.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, instó a evaluar el hecho. "Abogamos por evaluar la situación no en caliente, sin prisas, sino basándonos en toda la información disponible", dijo. Añadió que Minsk está dispuesta a proporcionar toda la información necesaria.
Anteriormente, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, criticó la reacción de Occidente al incidente.
"Deberían estar sorprendidos por todo: desde el aterrizaje forzoso del avión del presidente de Bolivia en Austria a petición de Estados Unidos, y en Ucrania tras 11 minutos de despegue de un avión bielorruso con un activista de Antimaidan (…) El comportamiento similar de otros no provoca tanto revuelo".
Representantes de varios países de la Unión Europea (UE), el Reino Unido y Estados Unidos, sin conocer más detalles del caso, que fue un “acto imprudente” que puso en “grave peligro” a los pasajeros y a la tripulación a bordo, y añadieron que era un "recordatorio de la ilegitimidad del régimen que reclama autoridad en Minsk”.
El Reino Unido ordenó evitar el espacio aéreo del país de Europa Oriental y la UE cerró su espacio aéreo a las compañías bielorrusas. Antes del suceso, la UE ya estaba preparando un tercer paquete de “sanciones” para Belarús.