La industria alemana pagará alrededor de 40% más por la energía en 2023 que en 2021, antes de la crisis energética provocada tras las sanciones unilaterales de Estados Unidos y la Unión Europea contra la Federación Rusa, un gigante energético, expresa un estudio de la aseguradora de crédito Allianz Trade, citando vencimientos de contratos y efectos retardados de precios al por mayor.
"El gran impacto de los precios de la energía aún está por venir para las empresas europeas", dijo Allianz Trade.
En 2022, se contuvo el aumento de las facturas de servicios públicos corporativos, ya que los largos tiempos de transferencia de los mercados mayoristas y las intervenciones gubernamentales mitigaron el impacto inmediato del aumento de los precios cuando Rusia redujo las exportaciones de combustible a Europa.
Los aumentos de precios afectarán las ganancias corporativas en toda Europa entre un 1% y un 1,5% y conducirán a una menor inversión, que en el caso de Alemania ascendería a 25 mil millones de euros (27 mil millones de dólares), estimó Allianz Trade.
Los temores de que la crisis pueda conducir a la desindustrialización y una pérdida de competitividad frente a Estados Unidos fueron exagerados, porque los costos laborales y los tipos de cambio tienen un mayor impacto en la fabricación que los precios de la energía, según el estudio.
Sin embargo, las alarmas no son tan falsas. Muchos analistas de economía en Europa, incluidos los de Financial Times, han estimado que, debido a la dependencia de la industria alemana de la energía rusa y la demanda china, los riesgos de desindustrialización son inminentes y provocarían un colapso en la manufactura germana.
Desde Eurasia, e incluso en esta tribuna, se ha argumentado que el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Rusia tiene que ver, en parte, con una demolición programada de la industria alemana, la mayor de Europa, para así fortalecer los lazos de dependencia en bienes y servicios a favor de la órbita corporativa estadounidense, en un contexto de crisis financiera, recesión y alta inflación en el eje atlantista.