A continuación, citamos el reporte del día 27 de mayo del Instituto Samuel Robinson:
Varios medios de comunicación, inicialmente Rusia Today y seguidamente Clarín de Argentina, han posicionado que el país sureño se retiró de la demanda en La Haya por "crímenes de lesa humanidad" en Venezuela.
Fue el expresidente Mauricio Macri el que anunció en agosto de 2018 que junto a otros mandatarios iba a presentar un pedido a la Corte Penal Internacional (CPI) para que investigara posibles "crímenes cometidos en Venezuela", en pleno esplendor en la ruta de "máxima presión" contra la nación caribeña.
Macri hizo la denuncia finalmente junto a Canadá, Chile, Colombia, Paraguay y Perú, y también junto al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
El entonces gobierno argentino adjuntó ante la CPI una carpeta con denuncias de "numerosos inmigrantes venezolanos" en su país, quienes habrían hecho denuncias "sobre las penurias vividas bajo el régimen chavista". Todo esto, sin ningún tipo de contrastación de hechos con las autoridades venezolanas, por razones discrecionales y a causa del cese de relaciones previsto por Macri.
El actual gobierno argentino habría hecho el retiro de esas gestiones el 25 de marzo pasado, al día siguiente del retiro de ese país del Grupo de Lima, instancia creada exclusivamente para aplicar medidas coercitivas y unilaterales contra Caracas.
Recientemente, el mandatario Alberto Fernández, dio unas declaraciones ambiguas en las que indicó que "el problema de los derechos humanos en Venezuela estaba desapareciendo".
Fernández, quien fue enormemente presionado en la campaña electoral y al iniciar su gobierno por el factor "Venezuela", fue instado a llamar a Venezuela como una "dictadura", pero se ha desenvuelto en medio de gestos pequeños y claras distancias con el gobierno legítimo de la nación petrolera. El mandatario ha tenido que aplicar una política de "guantes de seda", tanto por su tibieza característica y además por decidir caminar en una delgada línea representada el tema Venezuela, por ser el que divide las posiciones en el marco de relaciones internacionales en la región. O se está a favor o se está en contra del gobierno legítimo en Miraflores.
En enero de 2020, Argentina hizo el retiro de las cartas credenciales a Elisa Trotta, embajadora fake de Juan Guaidó en ese país, dando por abortada la aventura del gobierno paralelo en el país austral.
La "máxima presión" que no funcionó: Fuentes de la cancillería de Argentina habrían dicho a Clarín que el retiro del país del Grupo de Lima se decidió dado que ello "no llevó a nada" o por sus pobres resultados. Estas fuentes confirman a Clarín que el retiro de la carpeta de Argentina en la CPI no menoscaba las acciones de esa instancia.
Es necesario subrayar que Argentina comenzó a amañar sus relaciones con Venezuela en nuevos términos reconociendo, anticipadamente, que la estrategia contra Caracas era inviable y además era incongruente con su política exterior.
"El Gobierno de la República Argentina se retira de dicha remisión (en la CPI) como así también de toda presentación realizada en ese marco, incluyendo la Nota OI 48/2019 del 30 de septiembre de 2019 vinculada a un informe elaborado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Argentina", refiere una carta publicada por Rusia Today en la que el actual gobierno da por clausurados los actos del macrismo contra Venezuela en esas instancias.
Venezuela desarrolla una hoja de ruta claramente direccionada en la recuperación de su espacio internacional. De ahí que son pertinentes estos actos, aunque no hayan sido anunciados por el gobierno argentino por su gestión de daños y condicionantes claros en su ámbito interno.
Cada paso en la dirección de la regularización de las relaciones de Venezuela con los países que han asumido una posición adversa es asumido por Caracas en idónea dimensión y coherencia.