Jue. 30 Enero 2025 Actualizado 4:55 pm

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Redada de las fuerzas de seguridad del Estado en la cárcel de Tocorón, año 2023 (Foto: Archivo)
Una cronología analítica

Tren de Aragua: cómo se construyó el mito

En casi un año, el Tren de Aragua (TdA) ha tenido un vertiginoso ascenso al estrellato criminal en Estados Unidos.

Beneficiados por la mitología que han creado a su alrededor a partir de su estruendosidad, el 20 de enero, en la primera tanda de órdenes ejecutivas de Donald Trump, fue designado organización terrorista global.

¿Cómo se llegó hasta este punto?

La franquicia criminal

Cualquier revisión del año 2022 encontrará que es poco, cuando no inexistente, la presencia del TdA en los titulares estadounidenses.

En lo que se refiere a los movimientos de la migración venezolana, el dramático punto central de atención en 2022 fue la pronunciada subida de los números de familias cruzando el Darién rumbo al norte. 

Pero no es menos importante dejar anotado que esta es la evolución, con sus consecuencias lógicas, del estímulo que los gobiernos de Colombia, Perú, Ecuador y Chile realizaron en 2017 invitando a la ciudadanía venezolana a emigrar bajo la falsa promesa de ser protegidos en sus países. Ello supuso una inyección de esteroides que hipertrofió el flujo migratorio ocasionado desmostradamente por el paquete de sanciones ilegales de la administración Trump. 

El fin del espejismo solidario con Venezuela que le metió sobremarcha a los movimientos migratorios rumbo al sur había colapsado por completo con la parálisis que vino junto a la pandemia.

A la par del contraéxodo emprendido de vuelta a Venezuela a lo largo de 2020 y parte del 2021, en marzo de este año la administración Biden declaró que esa migración en particular podía ser beneficiaria del Estatus de Protección Temporal

Para abril de 2022, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) manifestaba que apenas en los dos primeros meses de ese año superaron la totalidad del 2021; números, en todo caso, que deben tomarse como una referencia del patrón general más que como un dato riguroso, habida cuenta de la vocación al engorde de cifras de la OIM. 

Hasta 2023 ya habían cruzado, supuestamente, medio millón de personas, según el gobierno panameño. Es el mismo año cuando comienza a aparecer con mayor intensidad y recurrencia el TdA en medios y discursos oficiales del gobierno estadounidense.

A pesar del profuso centimentraje internacional que la banda ha tenido durante 2023 y 2024, el portal "especializado" Insight Crime ya ha venido cubriéndola desde 2019. Este medio suele ser la referencia principal y la materia prima a la hora de establecer el marco con el cual se analiza y luego se proyecta en el mainstream.

Una revisión concienzuda del trabajo que han realizado más allá de los titulares efectistas demuestra en muchos casos un déficit de fuentes consistentes, cuando no el habitual mecanismo circular con el que este circuito se valida a sí mismo a partir de la reproducción desde grandes medios y el bucle como la comunidad "experta".

Pero Insight Crime, por más "especializado" que se presente, padece de todos los sesgos esperables de este tipo de fuentes: fuerte financiamiento del Departamento de Estado, criterio selectivo sobre amenazas y enemigos en función de eso, etcétera.

Algo similar ocurre con el OCCRP, otro portal investigativo que también ha hecho lo propio respecto al Tren, y que al igual que Insight Crime "curiosamente" suelen enfocarse en los enemigos geopolíticos de los Estados Unidos.

De hecho, el único trabajo que realizó sobre el TdA data de noviembre de 2023, luego del desmantelamiento de Tocorón, como parte de los Narcofiles, un proyecto del que forman parte miembros de todos los medios mainstream imaginables, desde CNN hasta Telemundo.

En febrero de 2023 la periodista venezolana Ronna Rízquez publicó su non-fiction bajo el título El Tren de Aragua, junto al subtítulo La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina.

La clase experta, el lobby cognitivo si se quiere, ya había establecido las bases que luego le darían "profundidad" a lo que fuera acoplándose gradualmente en el quehacer noticioso.

No obstante, se tiene que esperar hasta agosto de 2023 para encontrar la primera mención oficial de la presencia del TdA, o los intentos de ingresar por la frontera, a Estados Unidos.

Jason Owens, para el momento jefe de la patrulla fronteriza, tuitea sobre su presencia y luego expande la información en CNN.

La intervención del gobierno venezolano en los penales fuera del nuevo régimen penitenciario, a finales de septiembre de 2023, fue un salto cualitativo y cuantitativo en la cobertura.

El Washington Post, Insight Crime, el OCCRP, CNN, y The Economist publicaron trabajos especiales dedicados a la banda.

Al momento cuando disminuyeron aun más sus manifestaciones en Venezuela —por diversas razones— aumentó su exposición en ciudades estadounidenses.

El 17 de enero de 2024 trascendió que un sujeto fue detenido por secuestro e intento de asesinato en el Doral, al sur de Florida, en noviembre de 2023, y se comenzó a sospechar que también era integrante del grupo.

El 24 de enero "confirmaron" que Edwin Camejo, detenido en diciembre del año anterior en Chicago por microtráfico, pretenecía, afirmaban, al TdA.

El 31 del mismo mes se hizo viral un video en el que un grupo de venezolanos les propinaba una golpiza a agentes policiales en Nueva York, dos de ellos, afirmaban las autoridades, miembros del TdA.

La cobertura de los tres fue trabajo de Telemundo.

En febrero el senador republicano por Luisiana, Bill Cassidy, apareció responsabilizando a Venezuela por el auge en la migración.

En marzo lo hizo Marco Rubio, alertando sobre la aparición del grupo delincuencial pero apuntando contra la laxitud de las políticas migratorias de la administración Biden.

De ahí en más se produjo un efecto cascada donde un amplio espectro del estamento político se incorporó al circo de opiniones colocando en la conversación la forzada teoría que vincula al Tren con el gobierno venezolano.

La aparición del cuerpo sin vida de la estudiante de enfermería en la Universidad de Augusta (Georgia) Laken Riley condujo a José Ibarra, un ciudadano venezolano responsable del asesinato.

El hermano de José, Diego Ibarra, según el New York Post era miembro, o mejor dicho, se sospecha que estaba vinculado con el TdA, lo que situó con más fuerza a la banda en el panorama perceptivo. Este caso debe tomarse como un punto de inflexión. 

En primer lugar, porque deja entrever un patrón que luego se repetiría: siempre se presume, se sospecha, se establece en los medios, pero en muy pocas veces, sobre todo en esa etapa, se confirma. 

Y en segundo por la noticia que trascendió el 29 de enero: ese día Trump firmó la Ley Laken Riley, con la que todos los migrantes ilegales que han cometido delitos serán procesado por las leyes federales. Ominosamente, se sugiere que esto se acompasará con la habilitación de Guantánamo como posible centro de detención. 

PUNTO DE ACELERACIÓN

El 12 de marzo, a días de aparecer el cuerpo sin vida de Riley, el senador Rick Scott, junto a colegas que integran el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales, le escribió a Alejandro Mayorkas, el para entonces secretario de Seguridad Nacional, para exigirle toda la información y diligencias disponibles sobre el caso, enfocado en la nacionalidad del asesino.

Dos días después, tras la detención de un sospechoso de pertenecer al Tren, Marco Rubio y la congresista María Elvira Salazar encabezaron otra carta, co-firmada por seis senadores y 16 congresistas, para instar a que se designase al TdA como organización criminal transnacional.

Dejaban en entredicho la relación entre la organización criminal y el gobierno venezolano.

Esta es la premisa central del libro de Rízquez, en el que a lo largo de sus ocho capítulos encuentra la cuadratura del círculo sobre esa relación, una insinuación previamente establecida por Insight Crime.

Luego fue el turno del congresista Mario Díaz-Baralt de sumarse a la presión. Aquí se estableció el patrón de presión y quienes están al frente: Rubio, Scott, Salazar y Díaz-Baralt.

El 11 de julio de 2024 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, según siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó al TdA organización delictiva transnacional con origen en Venezuela.

Un mes después, a finales de agosto, se viralizó un video en el que presuntos miembros del TdA "toman el control" de los apartamentos de un inmueble en Aurora, Colorado, registrados por las cámaras de seguridad portando fusiles de asalto.

Muchas veces, como se ha acopiado, el sintagma "Tren de Aragua" ahora satura los medios y todo lo asociado con Venezuela.

En noviembre el New York Post, otro de los emisores centrales del tema, afirmó que la organización ya se encuentraba en 16 estados del país, incluidos lugares tan remotos como Montana.

Desde redes de prostitución en el estado de Luisiana hasta un presunto ciudadano venezolano detenido en diciembre de 2024, según Fox News, rondando por los alrededores de Mar-a-Lago (la residencia de Trump), la aparición del TdA se hizo sistemática. Este último, de nuevo, sin una confirmación definitiva o un follow-up en los medios que lo cubrieron. 

Pero algunos elementos son tan constantes como la denominación: la asociación. Desde el principio, se trata de sospechas de vinculaciones o, por mampuesto, como en el caso de los hermanos Ibarra —un antes y un después—, la responsabilidad individual ante un crimen brutal se agrava cuando se sospecha que su hermano pertenece a una organización criminal, en este caso, obvio, el TdA. 

Esa aparición constante, con la masa crítica que se fue creando a través de los medios y las reacciones políticas, condujeron a la designación del TdA como organización terrorista extranjera y terroristas globales especialmente designados.

Aun así, la presencia de muchos cabos sueltos en relación con la construcción y estandarización perceptiva del TdA es igual de patente.

En otro sentido, la sustancia mítica en torno al Tren, una traslación que viene con el abordaje informativo de lugares como Chile, pareciera asentar un caso de "venefrenia": por un lado, un estado fallido completamente incapaz de resolver lo esencial pero, por el otro, capaz de extender sus tentáculos y proxies delictivos en todo el hemisferio. Una contradicción pasmosa.

Ciertamente esto no forma parte de la orden ejecutiva que ahora lo declara una organización terrorista global en términos estrictamente oficiales. Pero la sugerencia de que en el impulso central de su expansión existe una operación migratoria de largo alcance del gobierno venezolano persiste, en la voz del mismo Trump.

En el texto propiamente de la orden ejecutiva se señala de forma extremadamente general a los "carteles mexicanos" y se exclusiviza a la Mara Salvatrucha y al TdA como responsables de desempeñar todo el portafolio criminal que le endilgan y/o que, efectivamente, ha ejercido.

El Tren, si se compara con carteles de poder y verdadero alcance como el Cartel Jalisco Nueva Generación o el propio Sinaloa, se queda, cuando menos, muy corto. Pero ni una orden ejecutiva se enfoca en el papel extensivo e intensivo que tienen la N’Dragheta calabresa o los clanes albaneses en movimientos pesados tanto de droga como de lavado, por ejemplo.

Las capacidades militares y organizativas de cualquiera de estas estructuras mafiosas rebasa por mucho al TdA. 

De forma similar no deja de ser notorio que, a lo largo de los años del primer Trump, Honduras ya era en esencia un narcoestado consolidado. Y Ecuador, ahora una ruta privilegiada, da la impresión de ir por el mismo camino.

Tampoco toma en cuenta esa orden, o ninguna, lo que conduce al propio sistema financiero, indispensable para convertir los ingresos de mercancía en capital que, según un connotado informe de Antonio María Costa, para entonces representante de la agencia de la ONU que se ocupa del narcotráfico, sobre el papel salvador del dinero sucio dentro del sistema financiero tras la crisis financiera de 2008.

Imposible eximir al TdA de los brutales pecados y responsabilidades penales directas en su actuar, más aun cuando la principal víctima es, precisamente, la migración venezolana, que padece la traslación de control, renta y depredación que el Tren empleaba en su momento dentro de Tocorón, haciendo de las víctimas venezolanas presos de ese sistema.

Pero dicho todo, la designación del Tren funciona para abrir más de una compuerta de acción directa, legal o de otro tipo, contra Venezuela. El encuadre con que la banda es designada en la última orden ejecutiva —un paso más en la escala luego de ser reconocida como organización delictiva transnacional, que ya daba pie a embargos, congelamiento de cuentas, etcétera— ofrece un nuevo repertorio que puede ir desde asociarlo al país y, en consecuencia, incorporarlo a los Estados patrocinadores de terrorismo, y bajo el Título 50 "legalizar" cualquier tipo de acción encubierta armada so pretexto de atacar "en la raíz" a la amenaza. 

Por supuesto, esto va en desmedro de lo que ha incubado la organización desde que inició su expansión fuera de Tocorón en 2014, y cuyo auge puede rastrearse, paso tras paso, al grado de intensificación de los mecanismos de intervención y disrupción directa sobre la República Bolivariana.

Dicho con otras palabras, hay medias verdades y elementos objetivos sobre la existencia del TdA, del mismo modo que hay una serie de factores exógenos que sobreestimularon su presencia física y narrativa con el objetivo de magnificar su alcance. Sus métodos torpes y brutales producen el suficiente escándalo, pero además la materia prima para la instalación de narrativas e institucionalmente moldearlo al antojo de las agendas e intereses geopolíticos de quienes han querido perpetrar el cambio de régimen en Venezuela. 

Pero difícilmente sea una amenaza comparable con otras creaciones anteriores, que igualmente combinan medias verdades con explotación perceptiva: sea al Qaeda, el Cartel de Sinaloa, o el piso de más arriba en el mundo del narcotráfico que, según Antonio María Costa, se puede encontrar en Wall Street. 

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