Cualquier ciudadano occidental, pero sobre todo el estadounidense, que ve un artículo de opinión o un programa de TV en el que participe alguien de un grupo de expertos sobre Ucrania, Afganistán o Irán, por ejemplo, está ante la posibilidad de leer o escuchar a una persona que ha recibido dinero de contratistas de defensa.
Esto se ha hecho más común desde que comenzó la operación especial militar de Rusia en Ucrania, las cadenas de noticias por cable han llamado rutinariamente a funcionarios militares convertidos en consultores para ofrecer análisis y ayudar al público estadounidense a comprender la crisis. Estos analistas suelen usar el valioso tiempo de televisión para pedir una mayor participación de Estados Unidos y movimientos más audaces que podrían aumentar las tensiones entre dos superpotencias con armas nucleares.
La crisis de Ucrania y el potencial de un mayor conflicto han sido una mina de oro (como el tiempo en TV) para los contratistas de defensa, lo que ha disparado las acciones y ha provocado fuertes aumentos en el gasto de defensa.
Son 54 mil millones de dólares la "ayuda", mayormente militar, que Estados Unidos ha comprometido con Ucrania en los últimos tres meses, tan solo los 40 mil millones de dólares aprobados por el Congreso en mayo obtuvieron un apoyo abrumador (368 vs. 57 en la Cámara, 86 vs. 11 en el Senado).
Según The Hill, son más de mil millones de dólares los que Estados Unidos ya había gastado el año pasado, en medio de la crisis pandémica, para armar a los soldados ucranianos con armas modernas, incluidos los misiles antitanque Javelin, fabricados por Lockheed Martin y Raytheon Technologies, esta última también fabrica los misiles antiaéreos Stinger.
Invitados pero también involucrados
En un análisis de tres semanas de cobertura noticiosa, luego de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán el año pasado, el portal Fairness & Accuracy In Reporting (FAIR) encontró que 20 de los 22 invitados destacados en los programas dominicales de las cadenas tenían vínculos con el complejo militar-industrial estadounidense.
El caso que, por lo ecosistémico, llama la atención del pensador mainstream Robert Wright es el del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés). Se trata de un tanque de pensamiento (think-tank) dirigido y atendido por "halcones bastante extremistas", a decir del autor.
El ISW se ha convertido en el grupo de expertos de referencia para los medios de élite para obtener información y análisis, al punto que son citados casi a diario por algún reportero del New York Times, el Washington Post o el Wall Street Journal, en los primeros seis días de junio fueron citados en al menos diez artículos que aparecieron en uno de esos medios. Esto ha convertido el clima de la opinión estadounidense sobre Ucrania en un paraíso favorable para los contratistas de defensa, a diferencia de la guerra contra Irak en la que sobraron las marchas en oposición a la invasión.
Ha obtenido financiación de varios rincones de la industria armamentística: General Dynamics, Raytheon, contratistas de defensa menos conocidos y grandes empresas, como General Motors, que no son conocidas como contratistas de defensa pero obtienen contratos del Pentágono.
Son parte del elenco:
- Kimberly Kagan: Presidenta y fundadora del ISW, es historiadora militar.
- Frederick Kagan, también es historiador militar neoconservador y trabaja para ISW. Casado con Kimberly y estrechamente enlazado al general David Petraeus, comandante de la invasión a Afganistán.
- Robert Kagan, hermano de Frederick, quien junto a Bill Kristol (que forma parte de la junta directiva de ISW), fundó el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano que fue vital para convencer a George W. Bush de invadir Irak.
- Victoria Nuland, funcionaria del Departamento de Estado que apoyó públicamente la Revolución Maidan de Ucrania en 2014 y, por ende, el golpe de Estado contra Viktor Yanukovych.
- Bruce P. Jackson, ejecutivo de Lockheed Martin, empresa que financió el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano y organizador del Comité estadounidense para expandir la OTAN, esta estrategia ha generado mucho dinero para el contratista de defensa más grande, Lockheed Martin, y otros fabricantes de armas durante el último cuarto de siglo.
Además de alentar la entrega de armas a las facciones neonazis patrocinadas por el gobierno ucraniano, el ISW constantemente posiciona las informaciones de Kiev y obvia las de Moscú, por lo que encuentra más esperanzas ucranianas que rusas en las acciones bélicas.
Puertas giratorias y naturalización de la propaganda
Wright afirma que la propaganda bélica disfrazada de análisis político es "sutil" y no pareciera errar, el asunto es que además permea cada aspecto de la cultura mediática occidental, así se ha visto con el cine y la TV.
Su atributo más eficaz ha sido la erradicación de cualquier tinte ideológico al naturalizar determinados valores, como el del supremacismo. Si cada "analista" habla desde la "normalidad", asumiendo como típica o estándar su opinión, toda otra opinión que de ella se aleje será extremista, por lo tanto, calificaría para ser estigmatizada.
Una táctica, sencilla, pero eficiente, es que la de los medios al no mencionar los vínculos de estos expertos con contratistas de defensa y su interés financiero en impulsar la intervención militar estadounidense.
Otro atributo es la narrativa que parte de la idea de que, al ser múltiples los medios y analistas, son diversos. En esta trampa cae el mismo Wright al afirmar a lo largo del ensayo que existe diversidad de cadenas informativas sin tomar en cuenta la cartelización de quienes financian su infraestructura y contenidos.
En lo que va de 2022, aún más desde el comienzo de la crisis de Ucrania, las acciones de empresas como Raytheon, Northrop Grumman y Lockheed Martin han aumentado y el presidente Biden promulgó un paquete de gastos que asigna una cifra récord de 782 mil millones de dólares a la defensa, casi 30 mil millones por encima de su solicitud inicial.
Jim Naureckas, editor de FAIR, dijo al portal Lever: "Las personas que tienen más interés en influir en la dirección de la cobertura son los fabricantes de armas" agregando que "tienen la participación financiera más directa en la forma en que cubrimos los temas de guerra y paz. Desafortunadamente, están interesados en más guerra y menos paz".
Frases elocuentes (y sus autores)
- "Y si Estados Unidos puede entrenar y equipar a los ucranianos y, creo, participar en una segunda Guerra de Charlie Wilson, básicamente la secuela de la película y el libro, que está armando y entrenando una fuerza determinada que disparará a los aviones rusos del cielo, abrir esos tanques con abrelatas, como los Javelins, y matar rusos, que es lo que está haciendo nuestro equipo, creo que esta es una gran oportunidad para golpear muy fuerte a Putin".
Jeremy Bash, ex jefe de gabinete en el Pentágono y la CIA durante la presidencia de Barack Obama, invitado recurrente en MSNBC y NBC durante su cobertura de la crisis en Ucrania, fundador y director gerente de la firma asesora Beacon Global Strategies que trabaja para Raytheon. Esta empresa fabrica los misiles antitanque Javelin junto a Lockheed Martin. - "Lo que debemos hacer es darles a los ucranianos la capacidad de crear una zona de exclusión aérea (…) Más Stingers, más misiles que pueden llegar más alto que los Stingers".
Almirante James Stavridis, miembro del consejo asesor de Beacon Global Strategies, vicepresidente de asuntos globales y director gerente de Carlyle Group, que tiene un historial de inversión en los mercados de defensa y seguridad nacional. Los misiles Stinger son fabricados por Raytheon, cliente de Beacon Global Strategies. - "Esta batalla está muy lejos de terminar, siempre que podamos continuar reabasteciendo las armas de los ucranianos".
General retirado del ejército, Wesley Clark, veterano con una carrera lucrativa en empresas de defensa y líder de Wesley K. Clark & Associates, que dice que "aprovecha su experiencia, sus relaciones y su amplia reputación y experiencia internacional en los campos de la energía, las energías alternativas, la seguridad corporativa y nacional, la logística, la industria aeroespacial y la defensa, y banca de inversión".
Lo que dicen y venden está íntimamente relacionado: es la guerra total.