Jue. 18 Abril 2024 Actualizado ayer a las 8:19 pm

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Iván Duque sigue las órdenes del bloqueo estadounidense (Foto: Presidencia de Colombia)

Bloqueo y elecciones: la última jugada de Iván Duque contra Venezuela

El día de ayer, martes 8 de diciembre, diferentes veedores internacionales que participaron en las elecciones de la Asamblea Nacional de Venezuela denunciaron, a través de Twitter, la repentina prohibición de sobrevuelo por el espacio aéreo colombiano en el vuelo comercial con destino a México.

En ese momento, el gerente general de Estaciones de Conviasa, Salim Sayegh, explicaba que la aerolínea venezolana tenía los permisos de sobrevuelo desde esta fecha hasta enero de 2021 para cruzar por el espacio aéreo de Colombia, y que horas antes de la salida se negó la autorización.

Se sabe, el Estado venezolano respeta que el Convenio sobre la Aviación Civil Internacional, conocido también como el Convenio de Chicago, el cual establece como primer principio que todo Estado tiene soberanía plena y exclusiva en el espacio aéreo situado sobre su territorio.

La conclusión más obvia es que se trata de un nuevo episodio del bloqueo contra Venezuela. La clausura del espacio aéreo colombiano no solo es una violación a convenios internacionales, sino una afrenta a la estabilidad de las elecciones legislativas vía mecanismos de presión diplomático y político.

El rechazo de esta acción se nuclea en estas claves:

  • La aeronave de Conviasa está catalogada como aeronave comercial, no militar. Se trae esto a colación porque en el Convenio de Chicago se indica que una aeronave militar o de Estado requiere de autorizaciones diplomáticas para sobrevuelo.
  • En cambio, las aeronaves comerciales, como es el caso de Conviasa, tienen otros manejos, ya que no son autorizaciones en sí, sino trámites de pago de impuestos y pago de derechos para el uso de radioayudas del país donde sobrevolará. Conviasa cumplió con el pago de toda esa gestión, porque para armar el plan de vuelo se requiere previamente de ese trámite.
  • Venezuela nunca ha prohibido sobrevolar sus aeronaves comerciales por espacio aéreo colombiano. Incluso el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, respondió que por el espacio aéreo de Venezuela sobrevuelan decenas de aviones comerciales que parten de Colombia.
  • Caso contrario con la aerolínea colombiana Avianca, que en 2017 anunció que no volverá a sobrevolar el espacio aéreo de Venezuela en sus vuelos hacia Europa y el Caribe, generando indudablemente grandes gastos de combustible y de pago de impuestos por otros espacios aéreos. El principio de reciprocidad de Estados cortesía de Colombia es nula.

Con esto, la negativa a última hora es una clara señal de la decisión antipolítica del gobierno de Iván Duque para entorpecer las coordinaciones enmarcadas en el proceso electoral que se celebró el 6 de diciembre en Venezuela.

Bajo este contexto es pertinente recordar las grandes diferencias con otros episodios de provocación en contra de Venezuela por parte del gobierno de Duque, pues en septiembre de 2019 se informaba sobre una aeronave de inteligencia y reconocimiento electrónico de la fuerza aérea colombiana que volaba en dirección al territorio venezolano, sin autorización alguna.

Todo lo descrito rinde cuentas a que la intromisión de Duque en los asuntos de Venezuela por sumisión a Estados Unidos está orientada en diferentes frentes, tanto para obstaculizar los procesos democráticos como para provocar escenarios de confrontación bélica, ambas acciones centradas en el plan de desestabilizar al Estado venezolano.

Cabe destacar que para 2019 sucedieron más de 70 violaciones al espacio aéreo venezolano cometidas por aviones espías estadounidenses, con ayuda de la administración de Duque.

Impresiones de los veedores internacionales

Se debe resaltar que el sistema electoral de Venezuela cuenta con el mecanismo de control y transparencia, que incluye las auditorías, testigos y, por supuesto, la observación nacional electoral y el acompañamiento internacional, que esta vez se categorizó como veedores.

En este sentido, el Comité de Veedores Internacionales presentó el pasado lunes 7 de diciembre el informe correspondiente a las elecciones parlamentarias recientes en Venezuela, después de recorrer múltiples centros electorales en todo el país y participar en las distintas fases del proceso electoral venezolano.

En el informe destacaron, en principio, que el proceso electoral cumplió ampliamente con los estándares nacionales e internacionales, en auditorías y administración, siendo el sistema de auditorías el más alabado por los veedores, debido a la transparencia que así garantiza.

Asimismo, en el informe se reconoce la legitimidad, la legalidad y el respeto a la Constitución y a las leyes del sistema electoral venezolano.

Después de la solidez demostrada en este informe realizado in situ por los más de 200 veedores internacionales, paradójicamente la Organización de Estados Americanos (OEA) pretende contrarrestar tal informe con una resolución que rechaza las elecciones. No hay sorpresas en estos esfuerzos antidemocráticos en contra de Venezuela de esa organización sin fundamentos.

La amenaza siempre estuvo presente

Llegar a las elecciones del 6 de diciembre fue un hito clave en esta guerra multiforme que experimenta Venezuela.

Eran unas elecciones bastante amenazadas por la administración estadounidense y sus lacayos satelitales, cuyo resultados mantienen la amenaza latente del desconocimiento, debido a que las posturas de rechazo eran previas a que se celebraran los comicios, sumado al boicot de participación de la Unión Europea (UE) como observadores internacionales en dicho proceso.

Nada nuevo.

No obstante, las amenazas no solo están orbitando en el rechazo o desconocimiento a las elecciones legislativas por los caminos discursivos, sino que están presentes en las maniobras tuteladas por fuerzas extranjeras.

No fue aislada la Operación Escudo Bolivariano 2020 - Centauro de los Llanos llevada a cabo en septiembre de este año por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en el eje fronterizo llanero de Venezuela con Colombia, con el fin de destruir los tres campamentos donde operaban grupos irregulares provenientes del territorio colombiano. Esta maniobra militar fue clave para neutralizar las acciones que alteraran la paz nacional para las elecciones que estaban por aproximarse.

Duque, como fiel lacayo del aparataje estadounidense, alargó las intenciones para frustrar el proceso electoral, y así lo narró el presidente Nicolás Maduro, al afirmar que cambió de centro electoral en último momento porque le informaron sobre un plan para asesinarlo, plan organizado desde la Casa de Nariño.

La agenda antipolítica continúa, más si tomamos en cuenta que la fecha de finiquito de la saliente AN en desacato está a la vuelta de la esquina.

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