Se han registrado voraces incendios en Estados Unidos, sobre todo en Hawaii, Canadá y algunas islas de España, que han causado más de un centenar de muertos y miles de afectados. Si bien los efectos obedecen al cambio climático, provocado por el sistema capitalista, la magnitud del desastre se intensificó por algunas fallas estructurales al momento de atender la crisis.
En el caso de Maui, donde se registró la peor catástrofe, las consecuencias están estrechamente ligadas a la colonización. Un artículo de Wired señala que cuando los colonos europeos se establecieron introdujeron plantas invasoras, además de otros cultivos, que son proclives a generar incendios: "En este momento, 26% de nuestro estado está cubierto de estas gramíneas propensas a los incendios", refiere Elizabeth Pickett, codirectora ejecutiva de la Organización de Gestión de Incendios Forestales de Hawaii.
También hay que añadir que la creciente urbanización de los espacios aledaños a los enormes pastizales, así como el cambio repentino del viento, dio poco margen de maniobra para que las personas huyeran. Desde 1920 hay una tendencia a la sequía, pero que las personas conduzcan y transiten por la hierba incendiable hace que el territorio sea más vulnerable.
CNN accedió a cartas donde se revela que Hawaii retrasó un desvío de agua que pudo haber ayudado a combatir los devastadores incendios en la isla de Maui, lo que deja al descubierto que hubo negligencia en el manejo de la emergencia.