¿Un vasto poderío militar en el extranjero le evitará a Estados Unidos perder la hegemonía en el mundo? Los hechos indican lo contrario.
Una publicación de Usa Today evalúa el alcance de las fuerzas armadas estadounidense y lo contrasta con el de potencias que están en ascenso sin necesidad de invertir multimillonarios presupuestos. Compartimos algunos datos del artículo:
- El Departamento de Defensa gasta más de $ 700 mil millones al año en armamento y preparación para el combate, más que los siguientes 10 países juntos, según el grupo de expertos económicos Peter G. Peterson Foundation.
- Unos 45 mil estadounidenses trabajan en la Comunidad Militar de Kaiserslautern, una red de bases del Ejército y la Fuerza Aérea de EEUU en Alemania. Allí funcionan escuelas, complejos de viviendas, clínicas dentales, hospitales, centros comunitarios, clubes deportivos, patios de comidas, policía militar y tiendas minoristas.
- Cerca de 60 mil militares y civiles estadounidenses están situados en Japón.
- Aproximadamente 30 mil soldados habitan en Corea del Sur.
- Más de 6 mil militares estadounidenses se encuentran repartidos por África, según el Departamento de Defensa.
“China, por el contrario, la segunda economía más grande del mundo y, según todas las cuentas, el mayor competidor de Estados Unidos, tiene una sola base militar oficial en el extranjero, en Djibouti, en el Cuerno de África. (Camp Lemonnier, la base estadounidense más grande en África, está a solo millas de distancia). Gran Bretaña, Francia y Rusia tienen hasta 60 bases en el extranjero combinadas, según Vine. En el mar, Estados Unidos tiene 11 portaaviones. China tiene dos. Rusia tiene uno”, dice Usa Today.
Debido al cambio en las amenazas de seguridad nacional, el poderío militar estadounidense en el extranjero podría ser irrelevante. El país del Norte se enfrenta a peligros como la pandemia de covid-19 y las continuas crisis económicas de un sistema financiero en colapso, que poco o nada pueden resolverse con seguir pagando por sostener fuerzas militares a miles de kilómetros de las costas estadounidenses.
Trita Parsi, cofundadora del Quincy Institute for Responsible Statecraft, un grupo de expertos con sede en Washington que aboga por la moderación militar estadounidense en el extranjero, dijo que esa estrategia es “costosa, difícil de manejar y anacrónica”.
"Fue diseñado para un mundo que todavía se enfrenta a otro hegemón militar", dijo Parsi. "Ahora, las pandemias, el caos climático, la inteligencia artificial y 5G son mucho más importantes para la seguridad nacional estadounidense que tener 15 bases en el Océano Índico".
La visión de Beijing de los campos de batalla es opuesta a la del Imperio occidental en decadencia. El líder del bloque emergente ha priorizado la expansión y consolidación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, construyendo miles de carreteras, ferrocarriles, puertos y corredores industriales en más de 60 países.
"China juega un juego totalmente diferente al de Estados Unidos", dijo William Hartung, director del Proyecto de Armas y Seguridad en el Centro de Política Internacional en Washington. "Estados Unidos depende de bases militares tradicionales, alcance militar global y entrenamiento de ejércitos locales, mientras que China está avanzando al cerrar acuerdos económicos que parecen darles más influencia que el enfoque militar de Estados Unidos".