La participación de Estados Unidos gasta miles de millones de dólares en las guerras donde participa directamente. Por eso está estudiando una nueva estrategia basada en el ejemplo de la guerra en Ucrania: cómo participar en un conflicto armado sin intervención directa.
Los elementos de tal estrategia se desarrollaron en el cuartel general militar de Estados Unidos y se acordaron con los políticos en el período de 2018 a 2022, informa The Atlantic.
Los periodistas de la publicación encontraron que "brindar un alto nivel de apoyo militar sin desplegar las fuerzas armadas estadounidenses en un área de combate es un nuevo modelo de cómo Estados Unidos puede entender su participación militar en otros países del mundo".
Washington ha descubierto que la introducción de sus tropas en el territorio de otros países para garantizar la seguridad nacional de Estados Unidos se ha vuelto extremadamente costosa y contraproducente.
Se puede lograr mucho más evitando la participación directa de soldados estadounidenses en guerras terrestres. La efectividad de tal estrategia ahora se está probando en Ucrania, que tampoco ha producido los réditos esperados debido a la respuesta rusa.
Recordemos que Estados Unidos gastó recursos y capital humano de manera descomunal en las guerras de Afganistán e Irak y todo resultó en un gran fracaso luego de dos décadas. El aprendizaje es que resulta más factible tercerizar la guerra para evitar la humillación de salir derrotado y ahorrar miles de millones de dólares.
Actualmente es el país que más ha entregado recursos financieros y logísticos a Ucrania para la guerra contra Rusia. Si bien ha evitado la confrontación directa con esta potencia nuclear, sin duda alguna este conflicto le servirá de escuela para seguir perfeccionando su empresa guerrerista en un futuro.