Mié. 05 Febrero 2025 Actualizado 5:13 pm

MCH-HCR-MRG.jpg

Ante el llamado a la abstención de María Corina Machado, dirigentes como Manuel Rosales y Henrique Capriles han privilegiado el ejercicio del voto (Foto: Archivo)
Elevan la apuesta narrativa para no "ceder espacios"

Rosales y Capriles desafían a una debilitada María Corina Machado

Con la frase "estoy listo para cualquier cosa" Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, cerró su discurso en la entrega de la Memoria y Cuenta de 2024 ante el Consejo Legislativo estadal. Hecho ocurrido el pasado 3 de febrero en Maracaibo, el fundador del partido opositor Un Nuevo Tiempo (UNT) reiteró que es la hora de "comenzar de nuevo" y no existe otra alternativa, muy probablemente en referencia a los comicios pautados para abril de este año.

En sus palabras dejó colar críticas al extremismo opositor dirigido por María Corina Machado y Edmundo González: "No hay otra salida. Atrás deben quedar las consignas y políticas fracasadas. Han sido pura labia, sin plan ni estrategia."

Se trata de la declaración más firme contra ese sector después de las elecciones del 28J, lo que marca un cambio en la situación de UNT dentro de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). Aunque este partido no ha decidido participar en los comicios programados, hay diferencias internas y discordia de cara a las otras organizaciones de la coalición.

El gobernador no anunció su voluntad de relanzarse como candidato a la gobernación del estado Zulia, tampoco se ha posicionado abiertamente ante el llamado realizado por Machado a que la oposición en su conjunto se abstenga de participar en las elecciones de este 2025.

Sin embargo, vocerías políticas cercanas al gobernador coinciden en "defender espacios" de poder, sobre todo en las regiones donde estas facciones opositoras poseen cargos de gobierno obtenidos bajo el actual sistema electoral. Por ejemplo, el alcalde del municipio zuliano de San Francisco, Gustavo Fernández, pertenece a UNT, y el pasado 24 de enero recalcó ante la prensa regional que los "espacios no se entregan".

Elecciones en 2025: ¿Participar o no?

En enero pasado el zuliano envió un delegado a un espacio de diálogo convocado por la Asamblea Nacional con el fin de discutir la transformación de leyes electorales, sugerir elementos para una reforma constitucional y recabar propuestas de cara a la conformación de un cronograma comicial para este año. El gobernador Morel Rodríguez —Nueva Esparta— también envió a un delegado, mientras Sergio Garrido —Barinas— y Alberto Galíndez —Cojedes— hicieron acto de presencia.

Por su parte, el exgobernador de Miranda y excandidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, ha afirmado que "mientras no sea delito presentar la cédula, yo voy a votar. No me voy a quedar en mi casa. Ya veremos cuáles son los candidatos. Por supuesto, no votaremos por una oposición falsa, empleados del gobierno. Votaremos nulo o buscaremos la manera".

A través de un audio que circuló esta semana en redes sociales, el también exdirigente de Primero Justicia declaró que "como hemos vivido esta historia en otras oportunidades, este mismo dilema que parece que otra vez lo tenemos frente a nosotros, con la abstención nunca hemos logrado algo, jamás. O sea, no se logra absolutamente nada".

Está claro que si algo divide a la oposición es la participación como actores legítimos dentro o fuera de la legislación nacional. En contraposición está la opción prosanciones y proacciones militares encabezada por Machado y González.

El centro de la discordia está en reconocer o no la institucionalidad venezolana, la participación electoral es expresión de ello. Luego de haber intentado desprestigiar el Poder Electoral, los partidos de la PUD se ven en el dilema de aceptar competir en los próximos comicios o llamar a la abstención, siguiendo el llamado de Machado.

midiendo reacciones para dar el salto

Desde que el actual presidente estadounidense, Donald Trump, ganara los comicios en noviembre pasado, se ha mantenido la expectativa respecto a su nivel de apoyo al sector extremista de la oposición. Hasta el momento ha sido tímido, si se quiere, aunque el 10 de enero pasado se pronunció a favor de Machado y González de manera escueta. SIn embargo, cabe aclarar que lo hizo sin haber asumido el mando de la Casa Blanca.

Hasta ahora ese apoyo no se ha materializado con el recibimiento de González en Washington, y las interpretaciones al respecto van desde calificar de "error" el hecho de haberse reunido con el saliente Biden, hasta un eventual alejamiento de la oposición extremista por considerarlos unos "perdedores".

Por otra parte, la visita a Venezuela del enviado especial de Trump, Richard Grenell, y su reunión con el presidente Nicolás Maduro constituyó un duro golpe para este sector pues se tradujo en irrelevancia y hundimiento de expectativas sobre el retorno seguro de la "máxima presión".

Leyendo que las primeras señales de la administración republicana no se están traduciendo en elevar el perfil y empoderar a Machado y González, actores más moderados como Manuel Rosales y Henrique Capriles sienten que la coyuntura los acompaña y van adquiriendo confianza para perfilar su participación en las elecciones venideras, desafiando abiertamente al ala extremista. De continuar esta tendencia, se abriría una escenario para reducir los costos políticos y administrar los daños de optar a cargos de elección popular.

Es posible que los movimientos tácticos de Rosales estén siendo graduales, conforme con una dinámica que, aunque todavía inestable, está evidenciando que en la Casa Blanca no hay una decisión tomada a favor del cambio de régimen ni de repetir con bombos y platillos una ruta Guaidó 2.0. Evita arriesgarse, pues no sabe si habrá un giro inesperado, pero tampoco se mantiene estático: lanza incursiones narrativas controladas contra Machado, mide las reacciones y va ajustando sus movimientos dependiendo de las señales.

Entretanto Capriles tampoco ha exhibido aspiraciones electorales más allá de su relato de "ejercer el voto". Los ataques de ambos dirigentes a Machado no son abiertos, y no lo necesitan, debido a que el declive de la coordinadora de Vente Venezuela está ocurriendo por sí mismo.

Al referirse a la salida del presidente Nicolás Maduro del poder, Machado dijo: "Eso lo sabe Dios, yo no lo sé, pero lo que yo sí les puedo garantizar  es que los vamos a sacar si seguimos haciendo las cosas bien". Sus más recientes declaraciones difundidas en redes profundizan aun más el vacío de poder, la desesperanza de sus seguidores y comienzan a configurar un marco de legitimación para los actores que desean competir en los comicios de abril, puliendo el argumento de que se estaría repitiendo el funesto año 2005.

Las caras visibles de este sector han insistido en no ceder espacios, lo que significaría estabilidad para sus partidos y movimientos ante el limbo que vive la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el reacomodo del empresariado en medio de la agenda política nacional. Sin posicionamiento ni financiamiento la opción sería hundirse con María Corina.

Todo indica que Rosales y Capriles están calentando el ambiente para una ruptura oficial con Machado y su agenda golpista. Han denostado de sus vacilantes pasos, cuando no han hecho un sordo silencio frente sus acciones y declaraciones. La cautela ante la ausencia de aliados, tanto internos como externos, es una forma de tomarle el pulso a la oportunidad política que constituye el año electoral para sus intenciones de relanzar su liderazgo en el ecosistema antichavista.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<