Venezuela sostiene que posee derechos históricos en el territorio que se extiende desde el oeste del río Esequibo hasta el hito en la cima del monte Roraima. Fue avistado por primera vez durante el tercer viaje de Cristóbal Colón en 1498 y comenzó a ser colonizado por España, pero luego experimentó incursiones y apetencias de otras potencias imperiales, lo que generó un mestizaje cultural.
A continuación un resumen acorde a diversas fuentes, en particular del libro “La Verdad sobre el Esequibo” elaborado por el gobierno venezolano:
1. Es de Venezuela desde que existe Venezuela
El mito de El Dorado con sus ciudades de oro motivó la posesión española de la Guayana (que significa “tierra de muchas aguas”) a inmigrantes holandeses en 1623, estos se establecieron en la margen derecha del Río Esequibo. Para ese momento, Holanda estaba en guerra con España.
España y Gran Bretaña firmaron el Tratado de Utrecht en 1713, Inglaterra se comprometía a respetar los territorios españoles ocupados en América. Los ingleses se apoderaron de la Guayana Holandesa.
En 1777 fue creada la Capitanía General de Venezuela el 8 de septiembre, mediante la Real Cédula de Carlos III, quedando integrada por las siguientes provincias: Venezuela, Nueva Andalucía o Cumaná, Maracaibo, Guayana, Margarita y Trinidad. Este acto administrativo fue un factor unificador, en lo político, económico y militar, de las hasta entonces separadas provincias.
Con la Real Cédula surgió la nacionalidad “venezolana” para todos los nacidos en estas tierras, cuya extensión territorial en su parte oriental entre España y Holanda sería el Río Esequibo, desde su nacimiento hasta su desembocadura en el océano Atlántico, quedando así establecida la jurisdicción de Venezuela sobre el Territorio Esequibo.
Aunque lnglaterra y España firmaron el Tratado de Amiens en 1802 e Inglaterra aceptó devolver algunos territorios arrebatados por la fuerza a España, en 1810, por la guerra napoleónica, Gran Bretaña entró en guerra contra Holanda y Francia y trasladó el conflicto a América invadiendo posesiones holandesas en las regiones de Demerara y el Esequibo. Londres publicó un mapa donde figura la Guayana venezolana y holandesa, con el Río Esequibo como línea fronteriza.
2. Reconocido como venezolano al reconocer nuestra independencia
Venezuela fue el primer país de América del Sur en proclamar su independencia del Imperio español y rompió relaciones con la España controlada por José Bonaparte. Tomó como su territorio el que a esa fecha correspondía a la Capitanía General de Venezuela, este abarca la Provincia de Guayana hasta el Río Esequibo, que fue, es y será, la frontera este de la nueva república, mediante la aplicación del principio del Uti Possidetis Juris.
Tres eventos definen la posición bolivariana respecto al Esequibo:
1) Simón Bolívar proclamó en 1821 la “Gran Colombia”, luego de la Batalla de Carabobo y Venezuela informa a la Gran Bretaña los límites orientales de la Gran Colombia:
“Termina en el Esequibo, siendo la ribera izquierda de este río la frontera con la Guayana Holandesa” (Nota del ministro Francisco Antonio Zea a Lord Castlereagh, Londres, 20 de febrero de 1821).
2) Ante las continuas invasiones de colonos ingleses a territorio venezolano Bolívar instruyó al ministro venezolano en Londres a presentar la denuncia oficial a las autoridades británicas en los siguientes términos:
“Los colonos de Demerara y Berbice tienen usurpada una gran porción de tierra que según los últimos tratados entre España y Holanda, nos pertenece del lado oeste del Río Esequibo. Es absolutamente indispensable que dichos colonos o se pongan bajo jurisdicción y obediencia de nuestras leyes, o se retiren a sus antiguas posesiones”.
3) El 16 de julio de 1824, la Gran Colombia solicitó del Reino Unido el reconocimiento de su independencia de la Corona española y definió su frontera este de la siguiente manera:
“La República de Colombia compuesta hoy en día de los pueblos conocidos antes bajo los nombres de Venezuela y Nueva Granada, está situada en el corazón de la zona tórrida en la América Meridional. Este bello y rico país se extiende por la mar del norte desde el Río Esequibo, o confines de la provincia de Guayana, hasta el Río de las Culebras, que la separa de Guatemala”.
El 24 de julio, con el triunfo de los patriotas en la Batalla del Lago de Maracaibo, se puso fin a la guerra. El imperio de la Gran Bretaña reconoció la independencia de la Gran Colombia y a la Guayana Esequiba como parte integral de la nueva República. Inglaterra reconoció a la Gran Colombia (Nueva Granada y Venezuela) como Estado soberano, para ese entonces tiene como límite este de su territorio el Río Esequibo. El 3 de octubre, Estados Unidos reconoció la Independencia de la República de Colombia.
El 1834 Inglaterra reconoció la independencia de Venezuela sin ningún tipo de objeción, lo cual equivale a reconocer el legítimo derecho de Venezuela sobre los territorios que fueron de la Capitanía General de Venezuela.
3. Los juegos de Schomburgk: Conspiración oligárquica y apetencia imperial
A partir de 1822 Gran Bretaña se expandió por Guayana Esequiba, iniciando con la zona de la costa baja de Morucá y Pomerún, ubicadas al oeste de río Esequibo. Posteriormente dirigió su expansión por el interior del Esequibo debido a sus ricos yacimientos de oro.
En mayo de 1835, Schomburgk elaboró un primer mapa de la Guayana Británica, en el cual indicaba que el territorio venezolano llegaba hasta el Río Esequibo (este mapa fue ocultado de forma maliciosa por los ingleses). A posteriori, aparecieron otros trabajos interesados y parcializados que fueron modificados según los intereses de la geopolítica expansionista de esa potencia.
En 1839, presentó un nuevo mapa de la Guayana Británica en la que le otorgó una frontera que incluía 142.000 kilómetros cuadrados pertenecientes a Venezuela. Al respecto, Gran Bretaña justificó dicha cartografía mencionando que simplemente era el punto de vista del explorador. Pero en 1840, el mapa fue publicado en el Parliamentary Papers y tiempo después fue adoptado como el mapa definitivo de la Guayana Británica.
Casi simultáneo al reconocimiento de la independencia, Inglaterra aprovecha la inexperiencia, impotencia y falta de organización y control de la nueva nación para iniciar un proceso sistemático de invasión del Territorio Esequibo mediante colonos. Venezuela le reclama a Inglaterra la actitud de invasión de su territorio al Oeste del Esequibo hasta la boca del Orinoco.
En 1840, cinco años después del primer mapa, Schomburgk fue comisionado por el gobierno inglés para hacer un levantamiento topográfico de la Guayana Británica, en el cual incluyó las pretensiones expansionistas de la Corona británica para esa fecha, que incluían 141 mil 930 kilómetros cuadrados al oeste del Río Esequibo constituyéndose este, de hecho, en la segunda línea Schomburgk.
El gobierno británico, ante el reclamo venezolano, accede en 1842 a quitar los hitos que arbitrariamente colocó Schomburgk en el extremo Norte-Sur y declara que las marcas y señales establecidas no constituían el límite con Venezuela sino sólo puntos referenciales, reconociendo la soberanía venezolana.
Con la Guerra Federal en pleno desarrollo durante 1861, el ex presidente Pedro Gual, a la cabeza de un grupo de oligarcas venezolanos, conformado por Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Pacífico Gual, Nicomedes Zuloaga, Juan José Mendoza, Francisco La Madriz, Federico Núñez de Aguilar y Aureliano Otáñez, solicita al imperio británico la intervención tutelar del territorio venezolano, tomando al territorio de Guayana como pago por las deudas adquiridas.
En 1887 Gran Bretaña publicó un nuevo mapa que ampliaba sus fronteras abarcando 168.000 kilómetros cuadrados al oeste del Esequibo, manifestando que el límite marcado por el explorador Schomburgk era errado. Como consecuencia Venezuela decide romper relaciones con Gran Bretaña.
4. Estados Unidos entra al juego con el laudo fraudulento
Debido a su intención de dominio hemisférico, concretada en la Doctrina Monroe de 1823, Estados Unidos consideró una amenaza a sus intereses cualquier apropiación territorial en América por parte de potencias europeas. El 20 de julio de 1895 envió una nota al Reino Unido en “defensa” de Venezuela contra la agresión por parte de Inglaterra al territorio venezolano.
El 17 de diciembre, el Presidente Grover Cleveland manifestó que Estados Unidos no estaba dispuesto a tolerar las usurpaciones británicas en Guayana y emplazó al Reino Unido a someter la cuestión a arbitraje, advirtiendo que la negativa al examen judicial de sus títulos equivalía a una apropiación.
Para ello propuso al Congreso la creación de una comisión investigadora para determinar cuál es la verdadera frontera entre los dos países, su secretario era el hispanista y experto en Derecho Latinoamericano, Severo Mallet-Prevost.
El Laudo Arbitral de París estuvo compuesto por dos jueces norteamericanos (Melville Weston Fuller y Davis Josianh Brewer) representando a Venezuela, dos jueces británicos (Charles Baron Rusell y Sir Richard Henn-Collins) en representación de Gran Bretaña y el Presidente del Tribunal Arbitral fue el Canciller ruso Federico Martens, amigo personal de la reina de Inglaterra.
Cabe destacar que Venezuela accedió a ser representada por Estados Unidos, ya que Gran Bretaña amenazaba con expandir su frontera hasta la boca del Orinoco sí no aceptaba. Las deliberaciones duraron 13 días y el 3 de octubre el Tribunal de Arbitraje dictó una decisión unánime que se conoce como Laudo Arbitral de París.
Una decisión sumamente breve, sin motivación ni argumentos legales que le dio a Gran Bretaña el 90% del territorio en disputa, menos la Boca del Orinoco y 500 millas cuadradas de la desembocadura que fueron reconocidas para Venezuela.
Se argumentó que la decisión se hizo para evitar una guerra, por lo que los jueces dictaminaron sin tomar en cuenta los aspectos jurídicos ni históricos.
El 4 de octubre se producen protestas por el resultado del Laudo por parte del venezolano José María Rojas y el 7 de octubre protesta el Presidente Ignacio Andrade.
5. El secreto de Mallet-Prevost: La trampa sale a la luz
En 1948, al fallecer Severo Mallet Prevost, secretario de la comisión de expertos designada por Estados Unidos, se publica en The American Journal of lnternational Law un memorando en el que él mismo explica la negociación secreta que hubo durante el arbitraje de París.
Mallet-Prevost mencionó que el Magistrado Brewer, uno de los jueces estadounidenses, le informó en una reunión que sostuvieron en el hotel donde Brewer se hospedaba, que el Presidente del Tribunal, Martens (amigo personal de la reina de Inglaterra), había visitado a los jueces estadounidenses para mencionarles que él y los dos jueces británicos querían dictar una sentencia unánime, proponiéndoles fijar una línea limítrofe al este de la boca del Orinoco.
Si los jueces norteamericanos aceptaban, Martens y los jueces británicos votarían a favor y la sentencia del Tribunal sería unánime. Pero por el contrario, si no aceptaban, él y los jueces británicos votarían a favor de la línea reclamada por Gran Bretaña. Ante la gran desventaja en la que se encontraba Venezuela y el eminente riesgo de perder la entrada al Orinoco, los jueces estadounidenses aceptaron la propuesta.
Al hacerse público este memorándum Venezuela acude a la ONU en 1962 y denuncia que considera "nulo e irrito" el Laudo Arbitral de París.
Entre los argumentos expuestos por Venezuela destacan:
1) La existencia de adulteración de evidencias documentales como lo son los mapas elaborados por Schomburgk, ya que la línea fronteriza fue fijada por Gran Bretaña en junio de 1899.
2) El Presidente del Tribunal Arbitral, se encontraba parcializado por una de las partes, de igual modo ejerció presión y chantaje en contra de la otra.
6. Acuerdo de Ginebra: Reconocimiento de la controversia y tensión geopolítica
El 17 de febrero de 1966, con la presencia de representantes de Venezuela, el Reino Unido y la Guayana Británica, se firmó el Acuerdo de Ginebra en el que los gobiernos reconocieron la existencia de una controversia sobre la soberanía en el Territorio del Esequibo y se establecieron los procedimientos para encontrar una solución por medios pacíficos
Aun cuando se constituyó una Comisión Mixta de Límites conformada por dos representantes de Guyana y dos de Venezuela, Guyana intentó ocupar la isla de Anacoco meses después, violando así el acuerdo, ante lo cual Venezuela respondió instalando una base militar.
El 2 de enero de 1969 se produjo un movimiento separatista en un sector del sur de la Guayana Esequiba llamado entonces Distrito de Rupununi. Los rebeldes, en su mayoría habitantes originarios del área, pretendían crear un Comité Provisional del Gobierno de Rupununi, solicitaron ayuda de Venezuela invocando su "nacionalidad venezolana", pero el Gobierno de Venezuela presidido por Rafael Caldera se abstuvo de apoyar el movimiento.
El gobierno guyanés, afecto a Estados Unidos y buscando estabilizarse internamente, acusó al venezolano de alentar el movimiento separatista. Se produjeron entre 70 y 100 muertos, al menos 120 habitantes de la región huyeron hacia Venezuela, fueron ubicados en el sur del Estado Bolívar y se les concedió la nacionalidad venezolana.
A comienzos de 1970 tropas de las Fuerzas de Defensa de Guyana del puesto de Eteringbang realizaron un hostigamiento con armas de fuego contra la guarnición acantonada en la Isla de Anacoco y contra la escuela del Venamo, el cual fue repelido con toda la energía adecuada al caso.
La actitud hostil inesperada de la tropa guyanesa fue calificada como una acción planificada para crear animadversión contra Venezuela en las naciones anglohablantes del Caribe.
El 18 de junio de ese año, durante el gobierno de Rafael Caldera, se firmó el Protocolo de Puerto España, el cual tendría una vigencia de doce años.
Cumplido el plazo, Venezuela propuso en 1983 la negociación directa con Guyana, pero ésta no acepta y propone tres alternativas que Venezuela rechaza: Asamblea General de la ONU, Consejo de Seguridad o Corte Internacional de Justicia.
El conflicto se lleva bajo los auspicios del Secretario General de las Naciones Unidas a propuesta de Venezuela, apegados al artículo 33º de la Carta de las Naciones Unidas referente a los medios de soluciones pacíficas. En 1987 Guyana y Venezuela deciden aceptar el método de los Buenos Oficios que comenzó a funcionar desde 1989.
Un buen oficiante elegido y aceptado por las partes tendría como función acercar a ambos Gobiernos con el fin de que estos llegaran a una solución satisfactoria, como lo dicta el tratado. Tres fueron los designados: Alister McIntyre (1989-1998), Oliver Jackman (1999-2007†) y Norman Girvan (2010-2014†).
El 20 de septiembre de 1999 se celebró una reunión entre miembros del Ministerio de Relaciones Exteriores de la ONU y de Guyana para revisar el estado de las discusiones sobre la controversia territorial del Esequibo, donde se destacó la importancia de los buenos oficios del Secretario General y el establecimiento de la Comisión Bilateral de Alto Nivel para la cooperación económica, social y ambiental.
7. Nueva fase de apetencia imperial: El factor petróleo aviva la controversia
En el 2011 Guyana determinó hacer modificaciones a su plataforma continental marítima para explotación de petróleo afectando el mar territorial de Venezuela, sin haber previa nota a la Cancillería Venezolana.
En junio de 2012 el vecino país entregó el bloque Roraima a las empresas trasnacionales CGX Energy, Exxon, Shell y Anadarko para la exploración petrolera, manteniendo en secreto la ubicación de la misma concesión que había sido paralizada tras una protesta de Venezuela entre 1999 y 2000.
En 2013 el gobierno de Venezuela descubre la ubicación frente a la fachada atlántica venezolana donde Guyana aplicó una línea divisoria con Venezuela con una inclinación aproximada de 30 grados mientras que la Armada de esta última señala que desde 1996 Venezuela ha asumido la inclinación de esta línea en 70 grados (Azimuth 070) y ha ejercido soberanía sobre la zona. Esta delimitación no solo afectó a la fachada atlántica de la Guayana Esequiba, sino a la del estado Delta Amacuro de Venezuela.
El 11 de octubre de ese año, Guyana acusó a la Armada de Venezuela de detener al barco petrolero estadounidense RV Teknik Perdana, contratado por el gobierno guyanés, y de haber ordenado dirigirse a la Isla de Margarita, calificando el acto como "una seria amenaza para la paz" de la región.
En efecto, el buque venezolano Patrullero Oceánico de Vigilancia Armada Bolivariana "Yekuana" (PO-13) informó a las autoridades de su país que el día 10 de octubre de 2013 en horas de la tarde fue detectado e interceptado aquel barco en espacio marítimo que corresponde a lo que reconocen como su zona económica exclusiva.
Por su parte, Venezuela pidió a Guyana explicaciones por lo que considera una invasión a las aguas jurisdiccionales venezolanas. El conflicto y los anteriores al acontecimiento fueron fijados para ser discutidos en Puerto España, Trinidad y Tobago, por ambos gobiernos el 17 de octubre del mismo año, en el ánimo de resolver por la vía diplomática cualquier diferencia existente entre las partes.
Como resultado, ambos gobiernos ratificaron la Declaración Conjunta del 30 de septiembre de 2013 en Puerto España y reconocieron que la delimitación de las fronteras marítimas sigue siendo un tema pendiente y requerirá negociaciones, para lo cual se convino que un equipo técnico se reuniera dentro de los cuatro meses posteriores para intercambiar puntos de vista sobre cómo podría proceder esa delimitación.
En diciembre de 2014 la canciller de Guyana, Carolyn Rodrigues-Birkett, declaró que en 2015 acudirían a organismos internacionales diferentes a los acordados con Venezuela, como la Corte Internacional de Justicia (CIJ) argumentando que, después de varias décadas, no se había logrado llegar a una solución efectiva al conflicto territorial, esto a partir del fallecimiento del buen oficiante de la ONU, el jamaiquino Norman Girvan.
La declaración de la canciller guyanesa recibió una protesta del gobierno de Venezuela que la calificó como un "acto inamistoso, unilateral y sorprendente" reclamando volver a los mecanismos previstos en el Acuerdo de Ginebra de 1966 con una solución bilateral y pacífica y reitero su posición de considerar "nulo e írrito el Laudo Arbitral de 1899”.
8. Corporaciones y sus marionetas usan al Esequibo como excusa
La orden ejecutiva en la que el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declara una "emergencia nacional" por la amenaza "inusual y extraordinaria" de Venezuela a la seguridad nacional y a la política exterior de su país, sirvió para que el establishment global arremetiera contra Venezuela azuzando a actores como David Granger, el presidente electo en Guyana ese año.
Granger ganó las elecciones tras una campaña diseñada y concebida por la empresa El Toro LLC, bajo la asesoría del estratega norteamericano en campañas electorales Brad Goodman, toda financiada por la megacorporación petrolera Exxon Mobil. En la 36ª Cumbre de la Comunidad de Países del Caribe (Caricom) emitió un discurso contra Venezuela en el que dijo:
- “Guyana aun lleva un mono sobre su espalda, esa carga es un peso insoportable de un reclamo opresivo y ofensivo sobre nuestros espacios terrestres y acuáticos”
- “La frontera de Guyana con Venezuela fue fijada hace 116 años (Laudo de Paris 1899), fue determinada, fue definida, fue delineada, fue demarcada por árbitros internacionales”
- “Cualquier Estado que sistemática, cínica e incansablemente busque repudiar solemnes acuerdos internacionales y socavar la seguridad y la soberanía de otro Estado debe ser condenado. La República Bolivariana de Venezuela en los últimos 50 años se ha vuelto reaccionaria y cada vez más agresiva”
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, respondió en cadena nacional de radio y televisión desde la Asamblea Nacional (AN) lo siguiente:
- “Es necesario poseer una gran paciencia, una gran altura, para procesar, digerir y no vomitar cuando uno escucha las declaraciones que ha dado contra Venezuela, nuestra historia y nuestro pueblo, el actual presidente de la Republica Cooperativa de Guyana; declaraciones vomitivas, altamente ofensivas contra la dignidad de un pueblo de héroes, de un pueblo de libertadores, del pueblo de Bolívar”
- “Venezuela es un país espiritual y doctrinariamente pacifista, pero es grave por que en política internacional el lenguaje es muy importante ya que va presentando y escalando escenarios; este es un discurso intoxicado de violencia y de odio, sin lugar a dudas, de un provocador en todas las de la ley, que sabe usar el lenguaje para ofender, herir y mancha”
9. Fallo de la Corte Internacional de Justicia y respuesta del Estado venezolano
El 29 de marzo de 2018 Guyana solicitó iniciar un procedimiento judicial ante la CIJ para el reconocimiento de su “derecho soberano” sobre la región del Esequibo que, según ese gobierno ya había sido resuelto en 1899 a través del Laudo Arbitral. Para ello pidió que "se confirme la validez legal y el efecto vinculante del laudo arbitral de 1899 con respecto a la frontera entre Guyana y Venezuela".
La excolonia británica se basó en el Artículo 36 de la CIJ y pidió determinar si esta tiene jurisdicción para conocer la controversia y reconocer su derecho soberano territorial sobre una zona que Venezuela reclama.
El pasado 18 de diciembre del 2020, con 12 votos a favor y 4 en contra, la CIJ se declaró competente para conocer de la demanda interpuesta por Guyana, se supo que dos jueves, uno de Francia y otro de Marruecos, se declararon disidentes arguyendo que no se pueden hacer derivar del acuerdo de 1966 entre Venezuela y Reino Unido las consecuencias jurídicas a las que llegó la mayoría de la CIJ.
La CIJ se apoya en el Acuerdo de Ginebra donde se establece que las Partes aceptaban la posibilidad de que la controversia fuese resuelta por vía judicial y; como complemento; se remite al Artículo 36 de su Estatuto que establece cómo funciona y cuáles son sus competencias, aunque para ello, las partes deben también reconocerla de manera expresa.
Venezuela ha alegado que no ha reconocido en ningún momento la jurisdicción de la CIJ en este caso y, por ende, desconoce la validez de sus decisiones. El 30 de enero de 2018, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, declaró que, al haber fracasado cualquier mecanismo diplomático, lo ideal era llevar el caso ante las instancias judiciales internacionales.
#COMUNICADO | Venezuela rechaza la infame decisión de la @CIJ_ICJ sobre la Guayana Esequiba; reiteramos el llamado a que la controversia se canalice de forma amistosa mediante negociaciones directas con Guyana, en apego al Derecho Internacional y al Acuerdo de Ginebra. pic.twitter.com/APoRsNk38l
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) December 18, 2020
El pasado jueves 7 de enero, a dos días de su instalación, la nueva AN de Venezuela, votó unánimemente un acuerdo en rechazo a la decisión de la CIJ en torno a la controversia y al haber tomado como válido el Laudo Arbitral de 1899 que lesiona la integridad territorial de nuestro país.
Además el Poder Legislativo respalda las acciones diplomáticas, jurídicas y políticas que emprenda el Ejecutivo encabezado por el presidente Maduro, para resguardar los derechos soberanos de Venezuela, abrir "caminos para negociaciones amistosas" con Guyana y buscar asistencia con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
En el acuerdo se establece la creación de una comisión especial que fue conformada este jueves, la cual está presidida por el diputado Hermann Escarrá del Gran Polo Patriótico (GPP). El primer vicepresidente será Earle Herrera (GPP), y segundo vicepresidente Timoteo Zambrano, de la oposición.
Ese mismo día el presidente Maduro envió una carta al secretario Guterres manifestando que "la dura experiencia histórica de agresiones económicas y despojos territoriales por parte de potencias imperiales nos dejó como lección jamás someter nuestra soberanía a las decisiones de instancias internacionales que pongan en peligro nuestra independencia política e integridad territorial".
Por ello el mandatario venezolano enfatizó que solo las conversaciones directas entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana "pueden acercarnos a una solución verdaderamente negociada, amistosa y definitiva a esta controversia territorial heredada de las rapiñas coloniales del siglo XIX".
Fue así como pidió a Guterres sus buenos oficios para que reanime el diálogo entre ambos países "como camino para evitar decisiones ajenas a la legalidad internacional que pueden poner en grave riesgo la paz y la seguridad de la región".