Sáb. 14 Junio 2025 Actualizado ayer a las 6:20 pm

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El CNE ha llamado a nuevas elecciones el 27 de julio, que elegirá alcaldes para 335 municipios (Foto: AVN)
Sobre el contexto y las maquinarias partidistas

Cuatro claves de las elecciones municipales del 27 de julio

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela ha pautado para el próximo 27 de julio un nuevo proceso comicial con el fin de elegir los cargos de alcaldes y concejales en 335 jurisdicciones del país.

Estará precedido por la importante fecha del 25 de mayo, en la cual el chavismo logró alzarse con 23 de 24 gobernaciones y una abrumadora mayoría parlamentaria.

La próxima cita electoral trae consigo un conjunto de aristas, especialmente si consideramos el contexto político general del país y las cuestiones inherentes a las fuerzas políticas que se medirán.

Características propias de las elecciones municipales

Las elecciones municipales suelen ser, en Venezuela, las que normalmente registran menor participación electoral. Y esto ha ocurrido especialmente en eventos donde no se elige otros cargos, como los de gobernadores o parlamentarios nacionales.

Sin embargo, la elección de cargos municipales es completamente relevante para el quehacer de la vida en los territorios, por tratarse de las instancias del poder constituido y con capacidad de gestión más cercanas a la población.

Ciertos grupos de electores en diversos municipios tienden a participar en estos comicios considerando el nivel de cercanía y relevancia que tienen los cargos de alcaldes y concejales para el desarrollo de su cotidianidad.

Los alcaldes o concejales son los cargos ejecutivos y legislativos de elección popular que demandan una mayor conexión con la gente y sus demandas.

Sin embargo, las formas de gobierno y co-gobierno se han transformado en Venezuela de maneras profundas, creando instancias de participación y ejecución de políticas públicas que, en diversas instancias, han restado relevancia a las instituciones municipales tradicionales.

Los factores electorales de conjunto

Esta elección viene precedida por la cita del 25 de mayo, en la que el chavismo se impuso de manera abrumadora, frente a diversos grupos opositores que se presentaron a la contienda de manera dividida y con una gran inercia abstencionista entre sus seguidores.

La elección de mayo y sus resultados incidirá en las tendencias electorales que se registrarán en julio próximo.

Por ejemplo, que los factores del chavismo han mantenido el músculo organizativo que se decanta en los territorios y municipios, ofreciéndole mayores facultades para hacer política, desarrollar proselitismo y promover a sus liderazgos.

Por otro lado, en las elecciones regionales y municipales de 2021, el chavismo logró la mayoría política en 212 municipios. Por su parte, los dirigentes provenientes de partidos de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) se alzaron con 61 cargos de alcaldes, mientras que la coalición Alianza Democrática (AD) alcanzaron 39 y el partido Fuerza Vecinal (FV) logró 10.

En el presente, las oposiciones dominan en casi el 32% de los municipios del país. Esos datos refieren que los partidos opositores suelen tener mejor desempeño en cargos municipales que en cargos por gobernaciones.

Esto se explica mediante dinámicas territoriales concretas.

Una de ellas es, por ejemplo, el caso de alcaldías del Eje Metropolitano y del estado Miranda, como Chacao, Baruta y El Hatillo, que son considerados bastiones electorales opositores donde el chavismo nunca ha ganado. Este fenómeno es también apreciable en estados como Táchira, Carabobo, Zulia, Mérida y Anzoátegui, donde ciertos municipios, por "tradición", suelen inclinarse por dirigentes opositores.

Por otro lado, muchas alcaldías del país suelen ser electoralmente oscilantes, y eso depende en gran medida de acuerdo con el contexto político del país y de los propios municipios.

En estos territorios reposan instancias de gobierno en los que, por su cercanía a la gente, los dirigentes son más susceptibles a ser "premiados" o "castigados" según la percepción general sobre su gestión. Y ello explica por qué muchas veces los municipios cambian de "color político" entre una elección y otra.

El panorama para la próxima cita de julio es completamente particular. Casi todos los 110 alcaldes opositores elegidos en 2021 optarán por la reelección; algunos irán más fortalecidos, otros más debilitados.

Por su parte, muchos alcaldes del chavismo irán a la relección, lo cual someterá sus gestiones a prueba, y es probable que algunos resulten reprobados.

Pero el factor más importante a considerar no yace hoy en las dinámicas particulares de los territorios; en realidad, el contexto general del país y del ecosistema de las oposiciones creará un peso adicional para los dirigentes de derecha que aspiran a reelegirse o que esperan ser electos en cargos.

abstencionismo, división y debilidades organizativas de las oposiciones

La victoria electoral del chavismo en mayo se explica, en buena medida, por las grandes inercias abstencionistas y divisiones entre las candidaturas opositoras.

Este factor sigue latente; persiste para la cita de julio. La cercanía entre ambas fechas ha impedido –si es que eso es posible hoy– una recomposición de las fuerzas opositoras para construir fuerzas unitarias y una reconstitución del ánimo electoral entre sus seguidores.

El factor de abstención debe ser analizado con detalle. De acuerdo con los datos de la última elección municipal en la que no se eligió a gobernadores ni a diputados, realizada en 2018, la participación fue realmente baja, pues arrojó solo un 27% del Registro Electoral Permanente (REP).

Claramente, sin elegir a gobernadores o a diputados al parlamento nacional, muchos electores no se sienten motivados a participar.

Aunado a ello, existen abstencionistas crónicos, o grupos de electores que no suelen participar en elecciones de ningún tipo, que representan más o menos el 20% del padrón electoral.

También es necesario mencionar que existe un grupo considerable de electores fuera del país que podría alcanzar otro 20% del REP.

Estos tres grupos de electores que seguramente no votarán en julio próximo podría alcanzar casi el 50% del registro electoral. Por lo tanto, el número real de votantes sujetos y susceptibles a las campañas políticas y a ser abordados para lograr su participación es considerablemente limitado. Esto afecta al conjunto de las oposiciones.

Aunado a ello existen los llamados a abstención que han realizado ciertos grupos opositores extremistas. María Corina Machado y Edmundo González fueron agentes de la apatía electoral en los comicios de mayo y esto pesó grandemente en las posibilidades opositoras en algunos estados.

Ahora, el momento político pone a los dirigentes antichavistas en las regiones y municipios frente a una nueva encrucijada. Los márgenes de abstención podrían permitir que el chavismo gane en alcaldías donde nunca lo ha conseguido, tal como es el caso de Chacao, Baruta y El Hatillo en el estado Miranda, que han sido bastiones infranqueables de las derechas en 26 años.

Esta posibilidad ha desatado alarmas y algunos grupos del antichavismo han tratado de zafarse de las tendencias paralizantes, para canalizar y movilizar el apoyo a sus dirigentes.

Sin embargo, el factor de división de las fuerzas políticas opositoras sigue siendo muy relevante. Al menos tres coaliciones opositoras compiten entre sí y contra el chavismo.

En esta oportunidad, sin la participación formal de la PUD, los partidos Un Nuevo Tiempo (UNT), Movimiento por Venezuela (MPV) y la plataforma DECIDE (de Henrique Capriles) han formado una nueva agrupación para acoger a dirigentes que provienen de la PUD y que han ido al ruedo sin el aval de sus partidos de origen.

Pero esto no resuelve los grandes problemas acumulados por la pérdida de capacidades organizativas a nivel territorial y sectorial por parte de las oposiciones.

El abstencionismo electoral persistente en los últimos años, así como otros factores, como el desplazamiento al extranjero de dirigentes para buscar los favores (recursos ilícitos) del entonces "gobierno interino" de Juan Guaidó, han destrozado durante años la capacidad de las oposiciones de hacer política desde el territorio.

Justamente los municipios son las instancias territoriales más importantes en las estructuras de partidos. A este nivel, y aguas abajo, la desconexión de los dirigentes con sus bases se ha vuelto profunda y compleja, porque se han perdido los vehículos de organización.

Para el año 2024, gran parte de las capacidades organizativas que aún quedaban en la PUD, fueron secuestradas, empaquetadas y etiquetadas bajo una nueva denominación, por María Corina Machado, al sumar a la organización no legal Vente Venezuela a miles de dirigentes comunitarios mediante su estructura de "Comanditos".

El trasvase de dirigentes fue abierto, notorio y ha demostrado ser claramente perjudicial, ya que muchas de estas personas que hacían política en lo territorial ahora siguen la línea abstencionista y se han apartado del ruedo político.

El robo que Machado hizo de lo poco que quedaba de la orgánica opositora devino en la paralización e inutilización de capacidades de los partidos; se traduce en perjuicio directo para todos los dirigentes de todos los demás espectros opositores.

El chavismo frente al contexto

Hasta el momento, el chavismo ha consultado a sus asambleas de base con el fin de realizar las postulaciones de quienes podrían ser nominados como candidatos a alcaldes y concejales.

Este proceso de consulta pasa a una siguiente fase de revisión y discusión por parte de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), desde donde se divulgarán finalmente los nombres de quienes conformarán la oferta electoral del chavismo para el mes de julio, según los acuerdos con otros partidos chavistas.

El tiempo apremia, incluso para el chavismo. Aunque el contexto electoral del ecosistema opositor favorece las posibilidades del PSUV y partidos aliados, no hay garantías de opciones de relección automática para la mayoría de los alcaldes bolivarianos. Habrá una revisión, y por ende, habrá cambios.

Tal como ocurrió en la oferta electoral presentada por el chavismo en mayo, los cuadros jóvenes, los líderes con buena gestión en cargos, las candidaturas femeninas y los dirigentes tradicionales con carreras en ascenso, podrían dominar las postulaciones de la coalición del Gran Polo Patriótico (GPP) el 27 de julio.

El contexto político-económico del país es un factor clave. El gobierno nacional demanda gobiernos municipales completamente alineados a las estrategias centrales, frente a un contexto adverso de presiones económicas y políticas. En este sentido, los vectores y componentes de la gobernanza serán cruciales.

Por otro lado, el presidente Maduro ha señalado el camino a una "comunalización" de la política a nuevos niveles. Ha promovido la creación y consolidación de las Salas de Autogobierno Comunal con el objetivo de fortalecer la autogestión y el poder popular en las comunidades venezolanas.

De igual manera ha destacado la importancia de estas salas como un mecanismo para que las comunidades puedan autogestionar sus propios proyectos y recursos, lo que contribuye a la construcción de un Estado más democrático y participativo. Durante este año, el gobierno nacional ya ha organizado varias "Consultas Populares" donde la población ha votado para elegir por la ejecución de proyectos priorizados en sus territorios.

Estos métodos, por naturaleza propia del funcionamiento del poder, podrían colisionar con las instancias municipales tradicionales. Por ende, el chavismo demandará la máxima colaboración de su nueva oleada de alcaldes para no obstaculizar los nuevos procesos de organización, gestión y co-gobierno.

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