El presidente electo Joe Biden anunció el miércoles la nominación de la ex embajadora de la ONU Samantha Power para dirigir la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
"Conozco de primera mano el conocimiento incomparable y el compromiso incansable con el compromiso estadounidense basado en principios que ella aporta", dijo en un comunicado. "Como administradora de la USAID, Power será una fuerza poderosa para ayudar a los vulnerables, marcando el comienzo de una nueva era de progreso y desarrollo humanos y promoviendo los intereses estadounidenses a nivel mundial".
El sitio web POLITICO describe a Power como una ficha del Partido Demócrata muy apreciada en ese sector por sus "dotes diplomáticas". En el primer gobierno de Barack Obama, Samantha Power fue asistente especial del presidente y directora principal de asuntos multilaterales y derechos humanos del Consejo de Seguridad Nacional. Entre 2013 y 2017, fue embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.
El periodista Alan Macleod publicó en el sitio web MintPress algunas declaraciones de Power que dan cuenta de su posición militarista bajo la fachada de defensa a los derechos humanos.
"A diferencia de otros críticos de la política exterior de Estados Unidos, Power criticó a Washington por no intervenir lo suficiente en otros países, argumentando que Estados Unidos tiene la responsabilidad de proteger a los débiles del mundo", dice Macleod refiriéndose a lo escrito por la ex embajadora de la ONU en un libro escrito en 2002 en respuesta a los ataques del 11 de septiembre, titulado "Problema infernal. Estados Unidos en la era del genocidio" .
Aunque no apoyó la forma en que la Administración Bush abordó el conflicto, sí respaldaba la guerra contra Irak: “Una intervención estadounidense probablemente mejorará la vida de los iraquíes. Sus vidas no podrían empeorar, creo que es bastante seguro decirlo”, declaró en una entrevista el 10 de marzo de 2003.
Antes de ocupar el puesto de embajadora ante la ONU en 2013, estuvo en varios puestos en el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración Obama. Desde allí, fue promotora de las intervenciones militares en Libia y Siria.
En el caso de Yemen, país que Arabia Saudita ha bombardeado desatando una emergencia humanitaria que alcanza al 80% de la población, Power colaboró con la monarquía saudí para bloquear los esfuerzos internacionales de asistencia a los yemeníes.
Desde la sede de la ONU, Power defendió el asedio de Israel a Palestina. "Ella criticó a la institución por su 'trato desigual' del estado judío y por su 'silencio indefendible en respuesta a los ataques terroristas contra israelíes'", escribe Macleod .