Todos los velos han sido rasgados. Ya no existe disfraz que pueda esconder la criminalidad inherente a la gestión de la pasada Asamblea Nacional (2016-2021). Las lesiones a la República Bolivariana han sido de tal magnitud que ya se hace insoportable el desangrado.
Me atrevo a decir que la mayoría del pueblo venezolano reconoce esta situación, conoce los hechos y reclama justicia. Quien no lo haga y se haga llamar venezolano es por desconocimiento, falta de interés o simpatía por el diablo.
Si nos apegamos al expediente, nos daremos cuenta de que no hubo ningún momento de sosiego para el país desde que los parlamentarios antichavistas decidieron usar el Parlamento como plataforma para el "cambio de régimen", la gestión para concretar el bloqueo contra Venezuela, el choque y usurpación de poderes del Estado venezolano y el latrocinio descarado.
Revisemos brevemente lo que Venezuela ha perdido económicamente, en líquido y activos empresariales y financieros, con los gángsteres de poco valor que estuvieron al frente del Hemiciclo, solo para recordar al grado de criminalidad al que nos estamos enfrentando.
Cito los siguientes fragmentos de una nota publicada en octubre de 2020 en esta tribuna:
"Entre las pérdidas más graves están las económicas porque devienen en las sociales. En 2019, ante la Asamblea General de la ONU, la vicepresidenta Delcy Rodríguez dijo que 'se estima que desde el año 2015 y 2018 la pérdidas para la economía venezolana han alcanzado los 130 mil millones de dólares por el brutal bloqueo financiero impuesto por el gobierno estadounidense'.
"A esto debemos adherir los datos emitidos recientemente por el presidente Nicolás Maduro en la presentación de la Ley Antibloqueo: 'Entre 2014 y 2019 Venezuela experimentó la más brusca caída de ingresos externos de su historia. En seis años, perdimos 99% del volumen de ingresos en divisas'.
"'Dicho de otra manera: De cada 100 dólares o euros que el país obtenía por la venta de petróleo en 2014, hoy obtiene menos de 1', remató.
"Una investigación de La Tabla arroja que la junta ad hoc de Juan Guaidó en Monómeros maquilló las pérdidas de la empresa venezolana en Colombia en su gestión, revelando que se perdieron 'los $USD 20 millones de ganancias de 2018, las reservas de inversión y los resultados acumulados de años anteriores'.
"La empresa petroquímica venezolana en Colombia ya había perdido 90% de su participación en el mercado internacional y 15% del mercado local colombiano, luego de que el 'gobierno paralelo' de Guaidó tomara su control.
"Asimismo, la junta ad hoc de Guaidó en Citgo emitió un informe en el que revela que las ganancias por 850 millones de dólares de 2018 obtenidas por las refinerías de Citgo fueron usadas para pagar deudas a las compañías petroleras aliadas del gobierno de Donald Trump, mientras que sectores inversionistas favorecidos con bonos de deuda venezolana reciben licencias especiales para cobrar sus ganancias con dinero despojado a la República.
"Otra investigación de La Tabla asegura que, para diciembre de 2019, Citgo había reportado pérdidas por más de 300 millones de dólares.
"Además, producto de las medidas coercitivas unilaterales, a Venezuela le congelaron 31 toneladas de oro en el Banco de Inglaterra".
Para delimitar mucho mejor el alcance de la guerra económica, financiera y comercial contra Venezuela, el presidente Nicolás Maduro en su Memoria y Cuenta a principios de este mes ante la Asamblea Nacional reportó que, producto del bloqueo y embargo estadounidense, la pérdida neta estimada es de más de 102 mil millones de dólares que no ingresaron a la economía nacional desde 2015 hasta la fecha, debido a la caída operacional, la imposibilidad de exportaciones y la desinversión inducida.
Más allá, en el hueso de la realidad cotidiana de los de a pie, no se puede calcular el daño patrimonial que ha inculcado la camarilla hoy supuestamente liderada por Juan Guaidó al cuerpo social venezolano, pueblo al que dicen proteger y representar mientras se resguardan en sus privilegios aquí y en el exterior.
La prueba de fuego
El desangramiento que vivimos día y noche los ciudadanos de esta República merece cicatrizar, y una de las principales armas que tenemos es la nueva Asamblea Nacional. Sabemos que las legislaciones no van a resolver todos los problemas, pero pueden motorizar un gran aliciente para que los responsables del torniquete y posterior sanación podamos, entre todos, reconstruir lo que servía y crear lo que tenga que nacer en pos de la concreción del proyecto histórico chavista.
La instalación de la Comisión Especial para las Investigaciones de Acciones de la AN saliente es un primer paso. Ahora toca avanzar en la sustanciación de los expedientes y en la determinación de la cuantía del daño patrimonial causado, para que haya el establecimiento efectivo de las responsabilidades por todos los daños causados.
Sin embargo, no basta con meter preso a Guaidó, quien aún se encuentra en el país, ya que no podríamos encerrar a Julio Borges, Carlos Vecchio, José Ignacio Hernández y volver a meter entre barrotes a Leopoldo López. Todas esas alimañas (con el perdón de las alimañas) se encuentran en el exterior, bien protegidos por gobiernos adversos.
Como bien expuso el diputado Pedro Carreño, presidente de la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional, en una entrevista transmitida en VTV, no solo se trata de encanar a los exdiputados, sino de establecer una recuperación pecunaria. Lo cito:
"Debemos establecer mecanismos para que el ámbito punitivo vaya más a lo pecuniario que a lo penal. La sanción penal es necesaria, pero si no se resarce el daño patrimonial, la República no se surte de ningún efecto positivo en lo sustantivo. Debemos confiscarle los bienes en Venezuela y en el exterior vía rogatoria, y si los bienes pertenecen a la República que se devuelvan; avanzar para adecentar la administración pública".
Esto es de suma importancia ya que admite que el Código Penal venezolano es insuficiente para "surtir un efecto positivo en lo sustantivo", que es el resarcimiento patrimonial del Estado. No conozco aún a algún venezolano o venezolana chavista o medianamente crítico de la dirigencia antichavista que no esté de acuerdo con confiscarle los activos a esas bandas criminales que llaman oposición venezolana.
El diputado Carreño destacó que la Comisión Especial representa una verdadera prueba de fuego para la Asamblea Nacional. Realmente sí lo es, si tomamos en cuenta que para que ocurra es necesario que exista una buena relación institucional entre varios países en función de que las cartas rogatorias funcionen en pro de la confiscación de activos de los Guaidó, Borges, Vecchio, López & Cía, y que además debe haber una reforma en las leyes punitivas del país para que exista el resarcimiento patrimonial a la República Bolivariana.
En ese sentido, el trabajo del Parlamento es una prueba de fuego que todo el país mantendrá bajo escrúpulo. El latrocinio y la corrupción seguirán infectando a Venezuela hasta que el capitalismo sea desmontado por otro sistema mucho más compatible con la empatía comunitaria y la solidaridad entre los comunes. Como buen paso, la recién instalada Asamblea Nacional puede tomar la vanguardia de esta bandera y brindar justicia a quienes la clamamos y votamos día a día con nuestra voluntad y el sudor de nuestra frente.