Una ola de frío afecta a Estados Unidos y, de acuerdo a informes oficiales, ha cubierto de nieve casi las tres cuartas partes del territorio continental norteamericano, ocasionando interminables horas de apagones, muertes por intoxicación con monóxido de carbono, numerosos récords de temperaturas bajas en sus ciudades y congelamiento del agua en las tuberías.
El american way of life se ha convertido en un infierno frío, oscuro y nada potable para muchos estadounidenses, sobre todo para los 40 millones de pobres que sobreviven en ese territorio. Si se se aplicara aquella frase que dice "El batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo", solo quedaría por ver hacia dónde va el huracán y por dónde vuela la mariposa.
La emergencia humanitaria es climática y viceversa
Los medios reportaron más de 3 millones de hogares sin electricidad durante las primeras semanas de febrero en el estado de Texas, la tormenta invernal dejó al menos 40 muertos, daños a carreteras e interrumpió tanto la distribución de vacunas contra la covid-19 como la atención a la pandemia, que ya dejó en todo el país más de 500 mil muertos y en Texas, hasta la fecha, la cifra de fallecidos sobrepasa los 40 mil.
Más de 12 millones de personas en el segundo estado más grande del país, con 29 millones de habitantes, han llegado a no contar con agua potable o apenas les ha llegado de manera intermitente. Los residentes de más de 100 condados recibieron la orden de hervir el agua para potabilizarla mientras los servicios de agua sufren de pozos congelados y las plantas de tratamiento funcionan con energía de respaldo, entre ellos Harris que abarca parte de Houston, la cuarta ciudad más grande del país.
El fenómeno meteorológico trajo lluvia helada, nieve y temperaturas muy por debajo del promedio y los ciudadanos tuvieron que recurrir a estufas, parrilleras, plantas eléctricas a gasolina y sus vehículos para mantenerse calientes.
El Instituto Samuel Robinson para el Pensamiento Original, desde Venezuela, reportó la semana pasada algunos datos:
- Uno de cada 500 estadounidenses estaban experimentando falta de vivienda en enero de 2019, 37% de ellos duermen a la intemperie o en automóviles, furgonetas, autocaravanas y caravanas.
- Es más difícil hacer un seguimiento de cuántos viven en sus vehículos en lugar de en la calle o en refugios, porque deben desplazarse mucho, aparcan en la vía pública de forma ilegal sufriendo altas multas, tensiones vecinales, poca agua corriente y sin conexiones eléctricas.
- La tasa de gente sin hogar había disminuido significativamente, un 13% desde 2007, y el número de camas ha aumentado drásticamente en los refugios de emergencia y en las viviendas de apoyo permanente.
- Un informe del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano reveló que los afroamericanos constituyen casi la mitad de la población sin hogar, aunque solo representan el 13% de la población.
- Al miércoles 17/02, en plena tormenta invernal, la corresponsal de RT en Estados Unidos, Helena Villar, reportaba más de 3 millones de personas sin electricidad en Texas, solo un condado registró 300 casos de intoxicación de monóxido de carbono (CO), al menos 25 fallecidos, uno de ellos un niño por CO porque estaba dentro de un carro con la calefacción.
- Operadoras eléctricas han anunciado tarifas de hasta 9 mil dólares el megavatio/hora.
- Texas, que ha perdido el 40% de la capacidad de generación y no puede importar energía, fue declarada zona de desastre desde el viernes 12.
- Al norte de México, país petrolero y gasífero, 700 mil personas permanecen sin luz debido a que dependen del gas de Texas, producto de políticas del lobby y comisiones de anteriores gobiernos neoliberales.
Además, debido a su congelamiento, las tuberías de agua de muchos hogares están rotas por la expansión del hielo en su interior. Las redes sociales se llenaron de videos virales mostrando piscinas de complejos de apartamentos congeladas, agua entrando a las casas desde tuberías rotas, largas colas para las tiendas de comestibles y autos en las calles sin poder llegar a sus destinos.
Baby when I tell you texas ain’t built for this weather I mean it. pic.twitter.com/307gmzx8aG
— Luther Vandross JR. (@SirMarcusJ_) February 17, 2021
El caos los llevó a la cima de la indignación a millones de tejanos que no sabían cuándo volverían a encender las luces, o tendrían agua corriente, mientras el senador republicano Ted Cruz y su familia volaron a Cancún para alojarse en un resort, lo que fue confirmado por los carteles mediáticos.
Para aliviar la carga, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ha estado enviando generadores y otros suministros a Texas para ayudar al estado a hacer frente a los cortes de energía.
El cambio climático y su efecto dominó
Algunas zonas de Estados Unidos recibieron más de 60 cm de nieve, de hecho, 16 estados del Medio Oeste y las Llanuras del Norte de Estados Unidos experimentaron temperaturas bajo cero el lunes 22 por la mañana. Eso abarca el 16% del país y 41 millones de personas.
Solo unas semanas antes, España vivió una histórica y mortal tormenta de nieve y temperaturas peligrosamente bajas. El norte de Siberia (Rusia), que no es ajeno al frío, registró temperaturas por debajo de los -56ºC en algunas ciudades a mediados de enero pasado. Europa Occidental y China ya están experimentando una ola de frío, con París registrando temperaturas 3,5ºC por debajo de lo normal, Madrid con temperaturas 6,9ºC más frías y Beijing alcanzando un récord de -9ºC el jueves 18, informó Bloomberg Green.
Expertos atribuyen esta ola de frío al vórtice polar, un enorme anillo tridimensional de vientos que rodea los polos norte y sur durante el invierno de cada hemisferio, pero no es así precisamente, se debe a la ruptura de dicho anillo, que puede provocar importantes y violentas perturbaciones en su forma, ubicación, temperaturas y vientos, además de olas de frío cuando los "fragmentos rotos" se precipitan hacia las latitudes medias como Europa y Siberia.
Hay dos vórtices polares diferentes: uno estratosférico (VPE), a unos 20 km sobre la superficie de la Tierra, y otro troposférico (VPT) entre 5,5 km y 9 km de altura. Los vientos del VPE soplan de oeste a este con velocidades sostenidas que superan fácilmente las 160 kph y, en la oscuridad de la noche polar de invierno, las temperaturas dentro pueden bajar fácilmente a -79ºC.
El pasado 5 de enero se produjo un fenómeno conocido como Calentamiento Estratosférico Súbito (SSW, por sus siglas en inglés) en el Polo Norte, en el que las temperaturas de esa capa atmosférica alcanzan los 40 o 50ºC en unos pocos días. Se trata de un fenómeno natural que ocurre seis veces por década y los vientos, que normalmente fluyen de oeste a este alrededor del polo, se debilitan dramáticamente e incluso invierten su dirección, lo que ocasiona la ruptura ya descrita.
En 2016 la revista Nature Climate Change constató que el VPE ha cambiado de posición y se ha debilitado en las últimas tres décadas, y como resultado ha aumentado la entrada de aire frío en partes de Eurasia y América del Norte, sobre todo a finales del invierno y principios de la primavera. En 2019 rompió al menos 160 récords en el Medio Oeste y el Noreste de Estados Unidos, con temperaturas que alcanzaron hasta -14ºC en Detroit y provocó al menos 21 muertes.
En años pasados se han producido varios de estos eventos como en 1977, 1982, 1985, 1989 y 2014, según el National Weather Service de Estados Unidos.
No son pocas las investigaciones que sugieren que los efectos de un mundo que se calienta también tienen algo que ver con estas olas de frío ártico relacionando el calentamiento del Ártico con el aumento de la frecuencia de muchas condiciones climáticas invernales extremas en algunas partes de los Estados Unidos. Esto es llamado "patrón de continentes cálidos-árticos/fríos" y se mantiene en estudio.
Darwinismo social y el dilema de la energía
De nuevo la respuesta del estamento estadounidense ante la tragedia humanitaria ha sido elocuente y acorde con el darwinismo social que vertebra al neoliberalismo. Casi 200 mil clientes de Mississippi estaban sin electricidad el jueves 18 por la mañana, según PowerOutage.us, y decenas de miles más estaban sin electricidad en Louisiana, Alabama, Kentucky, West Virginia y Virginia. El viento y los árboles caídos amenazaban con cortes de energía de varios días a un millón de habitantes de las Carolinas, así lo predijo la empresa de servicios públicos Duke Energy.
La red eléctrica en Texas tiene la particularidad de no cruzar las fronteras estatales y, por lo tanto, no está bajo la supervisión de la Comisión Reguladora de Energía Federal. A principios de la década de 2000, los líderes republicanos en el estado presionaron por desregular el mercado eléctrico del estado y permitir que las compañías eléctricas determinaran cuándo y cómo construir y mantener plantas de energía. Ahora, esta configuración y sus fallas están regresando para atormentar al estado y los texanos pagan más en su factura que sus vecinos.
El ente supervisor de la red eléctrica en Texas, el Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas (Ercot) declaró que no podía predecir cuándo terminarían los cortes e instruyó a las empresas de servicios públicos que cortaran la energía a sus clientes en un esfuerzo por evitar un apagón total.
Mientras tanto los líderes locales y federales evadían la responsabilidad de la crisis, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, culpó a Ercot diciendo que "ha sido todo menos confiable en las últimas 48 horas" y ese mismo día argumentó que el fiasco se debe a la energía verde, específicamente a las turbinas eólicas congeladas, agregando que "esto muestra cómo el Green New Deal sería un acuerdo mortal para los Estados Unidos de América" y que "nuestra energía eólica y solar se apagaron, y colectivamente eran más del 10% de nuestra red eléctrica, y eso empujó a Texas a una situación en la que carecía de energía a nivel estatal. (...) Simplemente muestra que los combustibles fósiles son necesarios".
El motivo real de los cortes masivos no fue tanto el congelamiento de las aspas de las turbinas eólicas sino las gélidas temperaturas que paralizaron la producción de gas natural, responsable de la mayor parte del suministro eléctrico de Texas y sin inversión que la preparara para olas invernales.
El director ejecutivo de Comstock Resources Inc., una compañía de gas que surte en Texas, celebró las ganancias de esa semana por la tormenta diciendo: "Esta semana es como ganar el premio gordo con algunos de estos increíbles precios. Pudimos vender a precios súper premium por una cantidad importante de producción".
Por otra parte, Tim Boyd, entonces alcalde de la ciudad de Colorado, en el oeste de Texas, intentó desmarcarse de su reacción violenta en la que dijo que no era responsabilidad del gobierno ayudar a los que sufren y que estos deben elaborar sus propios planes sobre cómo sobrevivir. Algunas de sus frases escritas, y luego borradas, en la red social Facebook antes de renunciar:
- "Nadie le debe nada a usted ni a su familia; ¡ni es responsabilidad del gobierno local apoyarte en tiempos difíciles como este!".
- "¡Hundirse o nadar, es su elección! ¡La ciudad y el condado, junto con los proveedores de energía o cualquier otro servicio, no le deben NADA!".
- "Si no tiene electricidad, dé un paso al frente y elabore un plan para mantener a su familia abrigada y segura".
- "¡La ciudad y el condado, junto con los proveedores de energía o cualquier otro servicio, no le deben NADA!".
Para los residentes que atraviesan apagones y temperaturas bajo cero en sus hogares, el hecho de que los funcionarios electos señalen con el dedo no les ayuda en nada en su momento de mayor necesidad, antes mal, tocan la fibra sensible en un estado en el que cientos de miles de personas han estado sin electricidad y agua a temperaturas bajo cero durante días debido a la tormenta invernal.
La injusticia global es también climática y, de nuevo, viceversa
Un reciente análisis realizado por Jason Hickel, investigador de la Universidad de Londres, examina las contribuciones nacionales a las emisiones acumuladas del gas invernadero dióxido de carbono (CO2) que superan el límite planetario de 350 ppm de concentración de este gas en la atmósfera y concluyó que, en 2015, Estados Unidos era responsable del 40% del exceso de emisiones mundiales de CO2 y la Unión Europea (UE) era responsable del 29%.
El Norte Global fue responsable del 92% mientras que la mayoría de los países del Sur Global estaban dentro de sus cuotas justas, incluyendo India y China (aunque China se excederá pronto).
Para dicha investigación el término Norte Global se refiere a Estados Unidos, Canadá, Europa, Israel, Australia, Nueva Zelanda y Japón, mientras que el término Sur Global se refiere al resto del mundo: América Latina, África, Oriente Medio (Asia Occidental) y el resto de Asia.
La novedad de este análisis está en su método: el investigador restó los porcentajes justos nacionales de un "presupuesto mundial de carbono seguro y coherente con el límite planetario de 350 ppm" a las emisiones históricas reales de los países (emisiones territoriales de 1850 a 1969 y emisiones basadas en el consumo de 1970 a 2015) para determinar en qué medida cada país ha sobrepasado o no su cuota justa.
Los países ricos tienen un mayor grado de responsabilidad en los daños climáticos de lo que ya implicaban los métodos anteriores, lo que obligaría a aumentar sus esfuerzos más allá de lo establecido en acuerdos como el de París (2015), que ha servido de obligación para que países pobres como Haití vean limitado su acceso a combustibles fósiles.
Esto último es uno de los motivos de las protestas que hoy vive ese país, además de la injerencia de Estados Unidos y la OEA en su crisis política.
Décadas de neoliberalismo, neocolonialismo y ahora la injusticia climática han llevado al pueblo de Haití al límite https://t.co/7d2NEmlW75 pic.twitter.com/KuSHShd2jt
— Annur Tv (@annurtv) October 9, 2019
Por otra parte, el norte de México se ha visto afectado por la ola de frío, hasta ocho muertos se han registrado, también por los cortes masivos de refinación y cierres de petróleo y gas ocurridos en Texas, debido a que las exportaciones de gas natural a través de gasoductos cayeron alrededor de un 75% durante la semana pasada.
El gobernador Abbott ordenó a los proveedores de gas natural del estado que no realizaran envíos fuera de Texas y pidió a los reguladores estatales que hicieran cumplir esa prohibición aun cuando no tiene la autoridad para interferir con el comercio interestatal.
El director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mexicana señaló que el 64% de la energía eléctrica se genera a partir del gas natural, y tras priorizar los acuerdos con Texas por este combustible, se abandonó a su suerte a la CFE.
En gobiernos anteriores al del izquierdista Andrés Manuel López Obrador solo se le otorgaron contratos a la CFE por el 10% de las contrataciones y el 90% restante fue para empresas internacionales, que ahora han cesado el servicio.
Durante las últimas dos administraciones, se estableció que la red de gasoductos no perteneciera a la CFE, se otorgaron a empresas de Estados Unidos mediante 18 contratos para transporte y 24 para suministro, los cuales tienen una vigencia de entre 15 a 25 años.
El gobierno mexicano llamó al máximo representante de Estados Unidos en México para presionar por el suministro de gas natural debido a que los principales fabricantes de automóviles cerraron sus operaciones temporalmente porque no tenían el gas natural necesario para operar las plantas.
De la mariposa y el huracán
La sociedad estadounidense está sufriendo los efectos de un modelo al borde del colapso. Múltiples estudios dudan de la posibilidad de sustituir la actual infraestructura energética por las renovables, debido a la poca disponibilidad de reservas minerales para sus baterías y paneles.
Como es menester, los niveles de consumo de la sociedad estadounidense, en particular de sus élites y clases medias, no de sus 40 millones de pobres, son el motor de la economía de mercado globalizada. Lo que le ocurra a ellos no solo dejará a parte de un país del Tercer Mundo como México sin energía, sino que generará tropiezos en serie que tendrán consecuencias indeterminadas para todos los países mina.
Cabe preguntarse qué efectos tendrá, sobre la geopolítica y los mercados, el hecho de que, por nulas inversiones, su infraestructura energética haya colapsado ante un tipo de evento climático que pudiera haber llegado para quedarse. ¿Cuáles serán las implicaciones para el saqueo programado de nuestras reservas petroleras que comenzó con el sabotaje a nuestra industria de hidrocarburos?
No se trata de profetizar desastres sino de comenzar a discutir hacia cuál mundo y con qué valores y prioridades será ese trayecto. Pareciera que la selva neoliberal que determinan las élites también alcanza a sus votantes; ni los maquillajes verdes de la progresía demócrata ni el mito de los "recursos" infinitos, mucho menos el turbocapitalismo derrochador de energía, garantizan la vida para la clase trabajadora.
El huracán ha ocurrido en el mismo lugar donde la mariposa ha batido las alas, no solo allá sino en todo el mundo.