El resultado de las elecciones estadounidenses es justo ahora el principal centro de atención de la opinión pública mundial. El evento está signado por la polémica. Luego de 24 horas del cierre de la jornada electoral en la Costa Este estadounidense, el país sigue sin tener un resultado electoral definido.
La dilación por un resultado favorable con 270 votos electorales para alguno de los candidatos continúa, a riesgo de perpetuarse por días.
Esta jornada también está demarcada por las proclamaciones adelantadas de los candidatos, suspicacias por los conteos y denuncias de fraude.
La dilación del resultado y el elemento de la votación por correo
Como primera salvedad, es indispensable señalar que estas elecciones tienen un componente de nuevo tipo, que es la votación masiva por vía de correo a causa de las circunstancias particulares de la crisis sanitaria por el Covid-19.
Aunque el voto por correo existe en las elecciones estadounidenses desde el siglo XIX, esta vez ha sobrepasado toda proyección. El voto anticipado y por correo en las elecciones presidenciales que se han celebrado este martes en EEUU ha alcanzado un récord histórico al superar los 100 millones de sufragios, según la organización U.S. Elections Project, en un contexto de pandemia, refiere el medio La Vanguardia.
La institución de la Universidad de Florida indicó que 35,9 millones corresponden a votos en persona registrados en las jornadas anteriores y otros 64,8 millones a votos por correo. Con esta cifra, sumada a los sufragios que han depositado este martes los electores y los enviados por correo y aún no contabilizados, se espera que se rebasen con creces los 136,6 millones de votantes, indica el medio.
Aunado a este caudal de votos, está la ausencia de un ente electoral único en EEUU, esto a expensas de su modelo político-administrativo federal. Esto implica que hay diferencias en la modalidad del procesamiento de votos en los estados.
Varios estados claves como Florida y Texas tienen normativas que imponen que el conteo del 3 de noviembre incluye los votos recibidos por correo hasta esa fecha. Pero otros estados como Pensilvania, Michigan y Wisconsin seguirían contando papeletas por correo, si siguen llegando, hasta el 6 de noviembre.
Estas condiciones dilatan la emisión de un resultado y la disparidad de los lapsos se explica por las modificaciones a los protocolos de la votación por correo que efectuaron en varios estados demócratas, por temores y suspicacias.
Recordemos que la votación por correo queda en manos de la Oficina Postal estadounidense, a cargo de Louis DeJoy, ex recaudador de fondos y abierto aliado de Trump, quien asumió dicha oficina por nombramiento presidencial.
Varios estados demócratas decidieron alargar los plazos para los conteos, con el objeto de evitar que las papeletas quedaran fuera del conteo el 3 de noviembre.
Esto también se explica por las posibilidades constantemente planteadas de que los demócratas harían más uso del correo para votar. Las desestimaciones de Trump por la pandemia, el imaginario "anti-confinamientos" de sus seguidores, y los señalamientos de Trump del "fraude" del voto por correo, pudo instar a los republicanos a emplear el voto tradicional.
Este factor está terminando por ser decisivo en la colocación de EEUU bajo el umbral de una crisis política.
Un Informe Especial de la redacción de Misión Verdad, fechado el 11 de octubre, estableció las posibilidades de la dilación del resultado como desencadenante de una crisis institucional, peligrosamente intrincada.
El resultado consolidado
La mayoría del territorio estadounidense tiene ya resultados consolidados. A 24 horas de los cierres en la costa este, Biden acumula 248 colegios electorales y Trump 214.
Biden se hace de la franja norte de la costa este, con Nueva York, Nueva Jersey, Illinois, Virginia, Maryland, pero también gana un trecho importante del medio oeste, en Arizona, Colorado y Nuevo México, donde el voto latino fue determinante a su favor. Biden también se consagró en California, con 55 colegios electorales y así en toda la franja costera oeste, con el estado de Washington y Oregon.
Entretanto, Trump se consolidó en los estados del centro-sur del país, desde Texas hasta Dakota del Norte. Gana el estratégico Florida y la franja suroeste desde Alabama a Iowa. Para Trump los estados pequeños han sido claves y lo siguen teniendo en la pelea.
En este trecho, estados claves como Pensilvania, por ahora favorable a Trump, siguen siendo claves para definir. Al mismo tiempo Michigan, por ahora, es favorable a Biden. La definición de Wisconsin para Biden inclinó la tendencia y Biden consigue dividir la tendencia de la noche anterior que hacía favorable a Trump el eje llamado Rust Belt.
En síntesis, Trump se está desempeñando mejor de lo esperado y Biden no ha podido ganar los estados decisivos que cuentan los votos rápidamente, lo que significa más incertidumbre mientras esperamos algunos estados clave como Michigan y Pensilvania.
El tanque de pensamiento venezolano Instituto Samuel Robinson (ISR) analizó datos presentados por el sitio web de análisis político estadounidense The Hill.
"Las elecciones han dejado desvelado otro conjunto de elementos y factores que son esenciales para entender los cambios de la base de apoyo de Trump, más allá de los estereotipos construidos por los medios tradicionales", indicó el ISR.
"Trump elevó su apoyo entre las mujeres blancas del país de un 9% a un 11% en comparación con 2016. También aumentó el apoyo en un 18% entre los hombres negros, un 5% más que lo alcanzado en 2016. El apoyo general de los afroamericanos aumentó de 8% a 12% para el candidato republicano. Entre los latinos, Trump alcanzó un 32% de apoyo, 4% más que en 2016", refiere el flamante instituto.
La polémica post electoral
En medio de esos retrasos y con millones de votos todavía por contabilizar, el mandatario estadounidense comenzó a darse por ganador y a hablar de un fraude del que no presentó evidencia alguna.
"Los resultados han sido fenomenales y nos estamos preparando para una gran celebración", dijo Trump desde la Casa Blanca. "Esto es un fraude para el público estadounidense, francamente ganamos la elección. Es un enorme fraude. Vamos a acabar en la Corte Suprema", adelantó.
"Millones de personas votaron por nosotros y un grupo triste de gente está tratando de privarles de sus derechos y no lo vamos a permitir", dijo Trump.
Este miércoles en la mañana continuó con sus sospechas en Twitter. "La pasada noche estaba liderando de forma sólida en muchos estados clave (...) Entonces, uno a uno empezaron a desaparecer mágicamente mientras se contaban boletas sorpresa botadas. MUY EXTRAÑO", escribió.
Trump llevaba meses sembrando dudas sobre el voto por correo e insistiendo en que el ganador debía ser proclamado en la misma noche electoral, algo que generalmente solo sucede por las proyecciones de los medios, nunca por los funcionarios públicos responsables.
En la última semana había cuestionado también la organización de Pensilvania, que cuenta como válidos los votos por correo recibidos en los tres días posteriores a las elecciones, siempre que fueran entregados dentro del plazo. Justamente ahora, Pensilvania es un estado clave y está en seria disputa.
Trump asume la línea del "fraude" en su contra, y ya parte de su equipo ha dicho que impugnarán resultados en Wisconsin y Michigan.
En route to Philadelphia with legal team.
Massive cheating.@realDonaldTrump up by 550,000 with 75% counted.
Will not let Philly Democrat hacks steal it!— Rudy W. Giuliani (@RudyGiuliani) November 4, 2020
El equipo de campaña de Biden, el candidato demócrata a la Casa Blanca, ha afirmado que tiene preparados a sus equipos legales para actuar si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa con sus amenazas de llevar las elecciones al Supremo y parar el recuento de las elecciones.
"Si el presidente cumple su amenaza de ir al Supremo para intentar impedir el recuento de los votos, tenemos equipos legales preparados para resistirse a ese esfuerzo", ha afirmado el director de la campaña de Biden, Jen O'Malley Dillon.
En simultáneo, la candidata a vicepresidenta demócrata Kamala Harris inició una recolección de dinero a favor de la disputa en tribunales. Todo parece que, por ahora, y aún habiendo resultados presentados como "consolidados", ellos no serán concluyentes.
El próximo ocupante de la Oficina Oval se definirá seguramente en el Supremo estadounidense.
Posibles escenarios más allá de las elecciones
En el ámbito de lo social, y fuera de los conteos, el cuadro es de tensa calma y altas expectativas. Los estadounidenses esperan un resultado, a expensas de que se pueda desatar una crisis política muy superior a la que tuvo lugar con las polémicas elecciones de George W. Bush vs. Al Gore en el año 2000.
Los componentes políticos y subjetivos en el mapa ampliado y contexto son muy diferentes a los que hubo en aquel momento. A saber, niveles de exasperación social producto de la pandemia y la crisis económica, grupos armados (especialmente los supremacistas blancos), violencia callejera (conformada por las fuerzas heterogéneas que han salido a las calles estadounidenses en los últimos meses), una institucionalidad desgastada y el propio Trump, como un atizador del conflicto.
La dilación de los conteos y, próximamente, la dilación de las decisiones en las instancias tribunales, pondrán al relieve todas las contradicciones de la institucionalidad estadounidense frente a una población exasperada.
Los componentes son idóneos para la detonación multidireccional de focos de conflicto, desde las calles y en las propias formas de la institucionalidad. Entiéndase con ello la posibilidad de que Trump intente aferrarse a los tribunales, evitando una entrega pacífica y regular del poder, y con ello, las reacciones sociales.