Mar. 21 Enero 2025 Actualizado ayer a las 5:34 pm

TurkStream conecta directamente las mayores reservas de gas de Rusia con la red turca de transporte de gas, creando una fuente fiable de energía para Türkiye

TurkStream conecta directamente las mayores reservas de gas de Rusia con la red turca de transporte de gas, creando una fuente fiable de energía para Türkiye (Foto: Kremlin)
La seguridad energética europea en jaque

Algunas implicaciones geopolíticas del ataque al TurkStream

El gasoducto TurkStream, inaugurado en 2020, representa una infraestructura crítica para el transporte de gas natural desde Rusia hacia Türkiye y, posteriormente, hacia Europa Central. Su capacidad anual de 31 500 millones de metros cúbicos es suficiente para abastecer el consumo anual de ese recurso en países como España. Tal nivel de suministro resalta su importancia estratégica como uno de los principales canales gasíferos hacia un continente que ha buscado reducir su dependencia del hidrocarburo ruso tras la crisis ucraniana.

Sin embargo, recientes denuncias por parte de Rusia sobre un intento de ataque con drones lanzado por Ucrania han puesto nuevamente en el centro del debate las tensiones geopolíticas que giran en torno a la energía.

EL ATAQUE FRUSTRADO AL GASODUCTO

El 11 de enero de 2025 el Ministerio de Defensa ruso informó que nueve drones procuraron vulnerar una estación compresora en la región de Krasnodar, una infraestructura clave para el funcionamiento del TurkStream.

Aunque todos los artefactos fueron interceptados por las defensas aéreas rusas, los fragmentos de algunos impactaron la estación y causaron daños menores a los equipos y edificaciones.

El secretario de prensa del presidente ruso, Dmitri Peskov, calificó el incidente como "terrorismo energético".

"El intento del sábado por parte del régimen de Kiev de atacar la estación compresora Russkaya en Gai-Kodzor, territorio de Krasnodar, es esencialmente una continuación de la línea de terrorismo energético que Kiev ha estado siguiendo, aparentemente bajo la supervisión de amigos extranjeros durante mucho tiempo", dijo Peskov.

Enseguida, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, conversó sobre la situación con su homólogo turco Hakan Fidan y, a la vez, el director de Gazprom, Alexéi Miller, con el director de la empresa estatal turca Botas.

Por su parte, Ucrania ha rechazado las acusaciones y no ha emitido una respuesta oficial.

CONTEXTO DEL TURKSTREAM Y SU RELEVANCIA

TurkStream se ha consolidado como una de las pocas rutas que permite a Rusia continuar exportando gas hacia Europa de forma tercerizada, especialmente después de que Ucrania decidiera suspender el tránsito de ese recurso el 1 de enero de 2025, tras la expiración de un acuerdo con Gazprom.

Esta medida, que profundiza aun más la crisis energética en la región, deja a Europa atada a rutas alternativas, con el TurkStream como una de las opciones claves. La infraestructura de este gasoducto, que atraviesa el mar Negro, conecta a las costas rusas de Krasnodar con la región turca de Kiyikoy, y de ahí se extiende hacia los Balcanes y Europa Central, ruta que abastece a países como Hungría y Serbia.

La importancia de dicha arteria energética va más allá del volumen de gas que transporta en virtud de que se convierte en un eje estratégico en la batalla geopolítica entre Rusia y Occidente. Desde el ataque al Nord Stream en 2022, un acto que sigue siendo objeto de controversia y cuya autoría ha sido vinculada con Ucrania en diversas investigaciones, los gasoductos han pasado a ser considerados objetivos de guerra.

No solo se trata de interrumpir el suministro del recurso sino de intensificar las tensiones entre Rusia, Europa y Estados Unidos con el claro objetivo de apartar a Rusia de un mercado esencial para Europa, un mercado que sigue siendo neurálgico para la estabilidad económica de esa región.

La creciente dependencia europea del gas natural licuado (GNL) estadounidense, impulsada por intereses geopolíticos, ha alterado las dinámicas en este ámbito. Antes del conflicto, Estados Unidos suministraba alrededor de 25% de las importaciones europeas de GNL. En 2023, esta cifra había aumentado a casi 50%.

Así que Europa, al abandonar progresivamente sus fuentes de gas rusas, se ve sometida a la influencia política y económica de Estados Unidos. Cualquier intento de desestabilizar el TurkStream podría tener repercusiones graves, tanto para Rusia como para Europa, lo que exacerbaría más la crisis existente.

La seguridad energética de Europa no es solo un tema económico sino un campo de batalla crucial en las tensiones geopolítica, en el que las acciones militares buscan debilitar tanto la capacidad de Rusia para exportar gas como también reducir los ingresos rusos y limitar su capacidad de financiar su esfuerzo bélico.

No obstante, tal estrategia podría provocar una respuesta rusa contundente y acentuar la complejidad en las negociaciones entre las partes.

REACCIONES Y PRÓXIMOS RIESGOS

El ataque frustrado generó reacciones internacionales que subrayan las tensiones geopolíticas en torno a la infraestructura energética crítica. El 17 de enero Vasily Nebenzya, representante permanente de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirmó en una reunión del Consejo de Seguridad que Moscú tiene razones para creer que el hecho fue incentivado por Estados Unidos y Gran Bretaña.

Según Nebenzya, estos países buscan fortalecer su control sobre Europa al promover el GNL estadounidense, un suministro más caro pero estratégicamente alineado con sus intereses.

Nebenzya recordó que estos mismos actores bloquearon una investigación internacional sobre el sabotaje del Nord Stream en 2022, y sugirió la existencia de un patrón de ofensivas contra los gasoductos rusos con fines de aislamiento comercial, principalmente en el sector hidrocarburífero. "Las conclusiones son obvias", subrayó, y dejó entrever que las tensiones en torno al TurkStream no son un hecho aislado sino parte de un proyecto a largo plazo.

En Bruselas la Comisión Europea también manifestó su preocupación. Anna-Kaisa Itkonen, portavoz de Acción por el Clima y Energía de esa instancia, calificó cualquier ataque a la infraestructura como motivo de "grave preocupación", aunque destacó que todavía no hay una evaluación concreta sobre el impacto del incidente sobre el suministro europeo.

Por otro lado Peter Szijjártó, ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, fue más enfático al señalar que cualquier amenaza a la seguridad energética de su país constituye una afrenta a su soberanía. "El TurkStream ha sido una ruta confiable durante años, y esperamos que se respete su operatividad", afirmó. Hungría, altamente dependiente de esta infraestructura, ha instado a que se refuercen las medidas de seguridad para evitar una crisis mayor.

En Türkiye el vicepresidente del partido Vatan, Hakan Topkurulu, acusó directamente a Estados Unidos de intentar perturbar la economía rusa a través de acciones indirectas, pero advirtió que estos hechos también afectan la estabilidad en los suministros de Türkiye y de Europa. "Ankara debe reflexionar sobre el costo de apoyar ciertas acciones, como el suministro de drones Bayraktar a Ucrania, en un contexto donde su bienestar está vinculado al TurkStream", señaló.

El panorama que se vislumbra a partir de estos acontecimientos es preocupante. Andréi Klimov, senador ruso, afirmó que los ataques al Nord Stream y ahora al TurkStream reflejan un esfuerzo sostenido de Estados Unidos por aislar a Europa de los recursos energéticos rusos. Según Klimov, este programa, ejecutado con el apoyo de Ucrania, está poniendo a Europa Oriental al borde del colapso.

De continuar estos hechos, los riesgos se multiplican: una escalada en las tensiones entre Rusia y Occidente podría comprometer tanto el suministro de gas a Europa como también ampliar las fisuras dentro de la Unión Europea, donde algunos países, como Hungría, son depedendientes de ese suministro.

Además, cualquier interrupción significativa en el TurkStream podría derivar en un aumento de los precios de la energía en un continente que ya enfrenta una crisis sin precedentes en esta materia.

La reciente investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos marca el inicio de una política centrada en la expansión de la producción de hidrocarburos bajo el lema "¡Perforar, baby, perforar!". Este enfoque, que busca satisfacer la demanda interna y situar a Estados Unidos como líder en el mercado global, podría encontrar una oportunidad en la inestabilidad generada por actos como el ataque al TurkStream.

Tal situación favorecería la estrategia estadounidense al aumentar la dependencia de Europa del gas natural licuado, reforzando su influencia económica y política en la necesitada y urgida región.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<