Recientemente Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), con sanciones sobre los hombros, publicó cifras sobre la producción petrolera en Venezuela en lo que va de año, que señalan que se ha incrementado considerablemente. La empresa estatal registró para el mes de julio un aumento de 10,65% respecto a enero de 2023.
Con el repaso de los reportes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de este primer semestre del año se puede notar el aumento progresivo de la producción de crudo, lo que deja en evidencia el crecimiento de la operatividad de PDVSA.
En el transcurso del año 2023, la producción petrolera venezolana ha aumentado en un 10,65%, lo que representa un incremento de 78 mil b/d en comparación con el promedio registrado en enero de este año. pic.twitter.com/RK3aq1zT84
— PDVSA (@PDVSA) August 14, 2023
Asimismo, en el reciente Reporte Mensual sobre el Mercado Petrolero de la OPEP se destaca el significativo repunte en la producción de mayo, con 819 mil b/d, después de iniciar el año con 732 mil b/d. El comportamiento de la curva de crecimiento de la producción ha sido constante y paulatino estos últimos meses.
Estos números se destacan porque, desde 2017, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto una serie de sanciones a la empresa petrolera venezolana, que han obstaculizado las dinámicas propias de cualquier instancia de esta categoría, pues la inversión en toda su amplitud proporciona acceso al capital que puede utilizarse para modernizar la infraestructura, mejorar las técnicas de productividad y aumentar la eficiencia. Todo ello puede ayudar a aumentar la producción y los ingresos que genera el petróleo.
Además de eso, la naturaleza de la industria petrolera en cualquier país está asociada con el ecosistema del comercio, intercambio y/o cooperación internacional. Al existir una barrera que impida poner los barriles de crudo en el mercado y, a la vez, se imposibilite el pago por el producto procesado, evidentemente se desequilibra el circuito completo de cualquier empresa.
Las sanciones han limitado el acceso de Venezuela a los mercados internacionales y han tenido un impacto negativo en sus ingresos petroleros.
Desde luego, tanto los profesionales que forman parte de PDVSA como los mecanismos alternativos de comercio internacional que ha adoptado la empresa han sido cruciales en la operatividad y sostenimiento de la industria, pese a los impactos brutales de las sanciones y el bloqueo.
Aparte de los datos de PDVSA y la OPEP, la Agencia Internacional de Energía, en un reporte de junio de 2023, señaló que "Venezuela parece haber puesto fin a un largo declive, con un aumento de la producción de crudo por segundo año consecutivo hasta alcanzar los 700 mil b/d en 2022".
Por otro lado, la agencia de noticias Reuters informó que las exportaciones de petróleo venezolano aumentó 8%, equivalente a 700 mil b/d para junio 2023 respecto al mes anterior. Incluso, afirma que "las exportaciones de petróleo de Venezuela promediaron 670 mil b/d en el primer semestre del año, casi 15% por encima de los 585 mil b/d del período de 2022".
Luego, a inicios de agosto de este año, la misma agencia publicó que "las exportaciones de petróleo de Venezuela aumentaron en julio al nivel más alto en casi tres años y medio", cuestión asociada también al drenaje de inventarios de PDVSA.
Las cifras evidencian sutiles pero importantes resultados del Plan de Recuperación Integral Productiva (PRIP) 2023 que lleva a cabo la empresa desde la llegada de su actual presidente, Pedro Tellechea, ya que deja ver que las capacidades operativas propias de PDVSA se han remontado, cuyo fin a mediano plazo consiste en superar el umbral de producción de 1 millón de barriles de crudo, lo que marcaría un hito importante en términos de gestión y estabilidad de la industria en medio de un complejo escenario atravesado por las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos.