POLITICO recuerda uno de los fracasos más estrepitosos de la CIA en su historia de intervenciones en otros países para promover cambios de gobierno. Sucedió en los años 1950 cuando la central estaba recién fundada y apenas empezaba la Guerra Fría.
Conocida como la Operación Medias Rojas, uno de los primeros procedimientos encubiertos de la agencia, consistió en enviar comandos entrenados por estadounidenses a territorio ucraniano para que se vincularan con los combatientes que intentaban enfrentar al ejército soviético. El objetivo era proporcionar a Estados Unidos una visión sin precedentes de los planes de Moscú en Europa del Este para romper desde adentro el bloque socialista.
"De los 85 agentes que la CIA dejó caer en territorio controlado por los soviéticos, se cree que unas tres cuartas partes de ellos fueron capturadas y torturadas casi de inmediato o asesinadas en el acto", reseña POLITICO. Pero el ridículo quedó expuesto cuando la inteligencia estadounidense tardó años en darse cuenta del fracaso y siguieron enviando agentes a una muerte segura.
Los estadounidenses fueron completamente engañados por los servicios de inteligencia soviéticos, que enviaban mensajes a los centros de operaciones de la CIA en los que afirmaban que el plan se estaba llevando a cabo como era previsto. La realidad es que para ese momento la reserva de combatientes ya había sido diezmada por la KGB. "Sin que Estados Unidos se diera cuenta, Moscú había desmantelado una de las operaciones encubiertas más importantes de Estados Unidos en toda Europa", afirma el medio.
A más de 70 años de ese fracaso, Estados Unidos aún tiene algunas lecciones que aprender, sobre todo ahora que reviven las mismas tensiones en los territorios donde fracasó la Operación Medias Rojas. La historia se repite: la CIA apoya a Ucrania en la actual guerra y sigue subestimando al Kremlin en cuanto al poder militar y al trabajo de contrainteligencia.