La prestigiosa revista científica del primer mundo, Nature, controlada por los poderes facticos capitalistas globales, reconoce la eficacia de la vacuna contra el covid-19 producida por el sistema de salud pública del Gobierno socialista de Cuba.
En un artículo titulado La apuesta de Cuba por las vacunas COVID de cosecha propia está dando sus frutos, Nature reseña el trabajo que viene haciendo el Instituto de Vacunas Finlay en La Habana. Informa que “la vacuna cubana, Soberana 02, muestra una eficacia de más del 90% en la protección contra la infección sintomática por Covid-19 cuando se usa con una vacuna relacionada”. Además destaca que la combinación “parece ser efectiva contra la variante Delta, que ha provocado un aumento en las hospitalizaciones y muertes en todo el mundo y ahora representa casi todos los casos de Covid-19 en Cuba”.
El texto le da visibilidad a las vacunas cubanas y al esfuerzo que ha hecho el país y su personal calificado, para desarrollar, fabricar y aplicar a toda su población las vacunas propias contra el covid-19. Hay que recordar que estas vacunas se desarrollaron en tiempo record, por la urgencia que ameritaba la pandemia, donde no había oportunidad de equivocarse.
Según Cubadebate, que hizo la traducción del artículo publicado en Nature:
Al 18 de noviembre el 89% de la población cubana, incluidos niños de hasta 2 años, recibió al menos una dosis de Soberana 02 o Abdala, otra vacuna cubana producida en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana. El centro informó en julio que Abdala, una vacuna de tres dosis, mostró una eficacia de más del 92 por ciento en estudios de fase III que incluyeron a más de 48 mil participantes, pero los resultados completos aún no se han publicado.
El reconocimiento de la revista científica occidental se va abriendo camino en un escenario de adversidad con pocos recursos debido al bloqueo aun vigente contra la isla. También hace peso para instar a la Organización Mundial de la Salud acelere el proceso de aprobación de las vacunas cubanas para poder garantizar el acceso en otros países bajo convenios de solidaridas, como de hecho ya están siendo distribuidas en Venezuela, Vietnam, Irán y Nicaragua.