El gobierno británico atraviesa una crisis política y económica. La salida de Boris Johnson, la renuncia prematura de Liz Truss y el reciente nombramiento del milmillonario Rishi Sunak son un reflejo del desastre gubernamental. En lo económico puede verse el descontento de los ciudadanos ingleses y su incapacidad para enfrentar el alto costo de la vida.
Recientemente, una encuesta reveló que 31,9 millones de británicos, o un 60% de la población adulta del país, consideran "una carga pesada" o "un poco de carga" el intento de pagar a tiempo sus facturas.
El estudio realizado por la Autoridad de Conducta Financiera de Reino Unido (FCA, por sus siglas en inglés) arrojó que el resultado supone un aumento de alrededor de 6 millones de personas en comparación con los datos de 2020.
El sondeo, en el que se llamaron a unas 19 mil personas, muestra que el número de ciudadanos con dificultades financieras también ha crecido. Al menos 4,2 millones de británicos no han pagado sus facturas o créditos en tres o más de los últimos seis meses, más que la cifra arrojada durante la pandemia.
"Nuestra investigación muestra que gentes de todo el país están luchando para mantenerse al día con sus facturas", dijo el director ejecutivo de Consumo y Competencia en la FCA, Sheldon Mills.
Pese a la crisis interna, el gobierno británico se ha sumado abiertamente a la aventura de apoyar y financiar, con logística y recursos humanos, la guerra de la OTAN en Ucrania, siendo, después de Estados Unidos, el que más ha enviado armas y otros recursos a Kiev.