Del 7 al 11 de marzo los grupos armados del "gobierno de transición sirio" se han embarcado en una operación de exterminio que alcanzó a miles de civiles pertenecientes a las minorías religiosas en Siria, central y principalmente la alauí.
A cuatro meses del desplome del gobierno de Al Assad y la llegada al poder, sin resistencia militar alguna, de Hayat Tahrir al Sham (HTS), el escenario más probable ante una eventual caída del gobierno del Baaz se ha materializado con todas sus letras.
Asume el primer gobierno Al Qaeda de la historia
Mínimo contexto: la guerra en Siria había quedado esencialmente congelada, sin una resolución definitiva, desde 2020.
A pesar de que las hostilidades no habían alcanzado nuevas cotas de violencia hasta finales de 2024, las líneas del conflicto permanecieron sin resolverse.
Siria sigue de facto ocupada —al control estadounidense ahora se le suma el israelí en el sur—, de facto balcanizada y severamente sancionada —la Ley César trituró económicamente a Siria, y a Líbano—. Este mapa lo ilustra:
Como se ve, el gobierno controlaba esencialmente la zona costera montañosa en el noroeste del país (Latakia y Tartus) junto a la línea norte-sur de las principales ciudades (Alepo, Hama, Homs, Damasco y Dará), conectadas por la autopista M5.
Esta línea a veces, y de forma simplificadora y peyorativa, la han llamado también "la Siria útil".
Por otro lado, el este y noreste del país todavía está bajo el control de las Fuerzas de Seguridad Democrática (FSD), el paraguas político-militar kurdo que recibe apoyo de Washington.
Las principales zonas agrícolas del valle del Éufrates y los yacimientos petrolíferos estaban bajo su control, en un "condominio" con los Estados Unidos.
El sur, que incluye los altos del Golán ocupados colindando con Israel y Jordania (Sueida y Dará), tiene a los drusos y zonas rurales tribales bajo el control del gobierno, en buena medida representante de la zona más exitosa —dentro de lo que cabe— de los procesos de reconciliación.
Las zonas desérticas del sureste, como al Tanf, permanecen en manos de los estadounidenses —junto a la base militar en la frontera con Jordania—, donde operan pequeños grupos del Estado Islámico.
Resta la provincia de Idlib, también al noreste, fronteriza con Türkiye, que en 2015 cayó en manos de las predenominaciones del HTS, que en el marco del Proceso de Astaná estaba dentro del área de responsabilidad de Ankara.
Esta era el área gobernada y controlada por Al Jolani/Al Sharaa, desde donde arrancó la ofensiva y desde donde, también, se desprende el "modelo" de gobernabilidad —si se le puede llamar así— que alcanzó el poder en Damasco y que hoy encabeza el "gobierno de transición".
El HTS y las demás formaciones yihadistas se desarticularían para ser asimiladas por el nuevo Estado, integrándose en el ministerio de defensa.
Al Shará/Al Jolani declaró en una reunión con comunidades drusas en diciembre que con esta medida el nuevo "gobierno" busca afirmar y consolidar la unidad nacional, así como cualquier temor de las distintas minorías.
A la par de la ofensiva que desde Idlib fue estrepitosamente avanzando hasta Damasco, Al Jolani volvió a lo que durante el tiempo ha parecido una de sus actividades preferidas: las metamorfosis publicitarias.
Una entrevista con CNN de esos días lo presenta como un dirigente "moderado", cómodo, usando blazers y "diversity friendly".
Ante cámaras que debidamente registraban el avance, comandantes del HTS declaraban durante asambleas en las zonas conquistadas frente a las personas de las distintas confesiones y sus propiedades.
Ya no eran los de antes, afirmaban. Atrás quedaba el sinnúmero de masacres a civiles desarmados o prisioneros.
Pero esto no era una historia nueva. El HTS era la última manifestación de una redenominación constante. Lo que comenzó como el Frente al Nusra pasó por, al menos, tres rebautizos más hasta llegar a las siglas HTS.
Lo mismo el propio Al Jolani. Enviado a Siria como militante del Estado Islámico en Irak (al Qaeda) por Abu Bakr al Baghdadi —el "califa" del Estado Islámico—, Al Nusra se desvincula y le declara lealtad a Al Zawahiri, el emir global de Al Qaeda.
Posteriormente, Al Jolani nominalmente se distancia de la propia Al Qaeda para reforzar visualmente el carácter "nacional" y "moderado" del HTS y sus aliados.
A estas mutaciones un corresponsal anónimo de The Cradle lo llamaría "ponerle labial a un cerdo". "La pregunta sobre quién es Abu Mohamed al Jolani —sus motivaciones, ideologías y transformaciones—", escribía, "en última instancia es menos importante que lo que representa".
Y lo que representa, concretamente, a cada paso, queda claramente establecido en sus acciones, lejos del empaque narrativo que Estados Unidos, Europa o Catar planteen.
La ocupación de Idlib representa el modelo de "gobierno": una dictadura fundamentalista y policial en la que la guerra de facciones se fue resolviendo mediante desapariciones y detenciones hasta que el HTS alcanzara la hegemonía.
Donde la población civil era sometida a la depredación económica y a juicios en cortes islámicas profundamente retardatarias, en los que no se escatimó nunca en vejaciones y ejecuciones públicas bajo pretextos convenientes. "El refugio más grande de Al Qaeda desde el 11 de septiembre", dijo Brett McGurk, el exrepresentante de la administración Obama en la "coalición" que "luchó" contra el Estado Islámico.
Esta es la estructura que comenzó a ocupar del debilitado Estado baazista que lo antecedió.
Al Jolani trajo consigo a su elenco de Idlib, toda vez que terroristas internacionales (uigures, uzbekos, tayikos, albaneses, etcétera) comenzaron a ser asimilados dentro de las estructuras del nuevo ministerio de defensa y de los directorios de seguridad.
Extranjeros, a los que se les conferirá la ciudadanía siria, en muchos casos fundamentalistas más radicales que el propio Al Shará, pasarían a ser generales de brigada y coroneles.
Tanto el nuevo primer ministro como el ministro de justicia presidieron cortes bajo una interpretación vulgar y primitiva de la sharía (la jurisprudencia islámica), supervisando ejecuciones y castigos, notoriamente contra mujeres, sin considerar como problemático esclavizarlas, ahí donde convenga.
¿Qué puede salir mal?
Ejecuciones extrajudiciales, asesinatos y revanchismos de baja intensidad
Desde el comienzo, a pesar de la ruidosa ofensiva de carisma en los medios mainstream sobre "la nueva Siria", grupos armados, donde opera una línea divisoria muy tenue entre lo que es el nuevo gobierno o milicias "voluntarias", se han dedicado a asesinar, a secuestrar, a expropiar o a saquear, en particular a civiles cristianos y alauíes.
El hecho de haber desmantelado las estructuras de seguridad antecesoras, incluido el despido general de las fuerzas policiales, la situación cobró un acento aun más intenso.
Consecuencia lógica de lo anterior, se produjo un vacío de seguridad enel que se solapan las acciones de los fundamentalistas con el crimen vulgar, tal como lo reseñó el propio New York Times.
Ya desde el principio, provocaciones, desalojos forzados, prohibiciones de celebrar sus propios rituales es algo que han padecido las poblaciones cristianas en Damasco y Homs.
Lo mismo la destrucción de santuarios y tumbas de figuras prominentes alauíes, aparejado igualmente con asesinatos, desapariciones, expulsiones.
Sin embargo, comenzando marzo, la situación dio otro salto macabramente cualitativo.
El alzamiento del 6 de marzo —y el comienzo del exterminio intensivo—
La línea temporal que desembocó en la campaña de exterminio comienza el 4 de marzo, cuando fuerzas de seguridad denunciaron que dos miembros del ministerio de defensa murieron en una emboscada en el barrio de Datur, Latakia.
El 5 vino la respuesta del gobierno: las "fuerzas del orden" dispararon indiscriminadamente en el mismo sector y mataron a cuatro civiles. Mezquitas en Damasco comenzaron a llamar para librar la yihad contra los alauitas.
El 6 detuvieron en Daliyah (provincia de Tartus a un joven de 20 años para ser interrogado. Líderes locales buscaron mediar en la detención. Fueron rechazados. El convoy que se llevaba forzosamente al detenido también fue asaltado de sorpresa, dejando 13 muertos.
El gobierno en Damasco decidió responder con ataques aéreos y de artillería indiscriminados en varias aldeas alauitas.
En Jableh, también Tartus, comenzaron a concentrarse manifestantes a protestar por el hostigamiento sistemático. Agentes del HTS y refuerzos del Ejército Nacional Sirio —el paraguas turco— también fueron desplegados en la zona y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra las concentraciones.
Es en ese contexto donde comienza el alzamiento armado. Nuevas, extensas e intensas emboscadas comenzaron a incrementar las bajas del gobierno.
Un grupo denominado la Brigada Escudo de la Costa emitió un comunicado en el que se anuncia la formación de un Consejo Militar por la Liberación de Siria.
El comunicado fue firmado por el exgeneral de brigada Ghiath Suleiman Dalla. Dalla lideraba una brigada dentro de la Cuarta División del Ejército que estaba bajo el mando de Maher al Assad, hermano de Bashar.
La Brigada logró tomar varios puntos de control, la sede del Comando Naval, la base aérea de Istamo, la Academia Naval, mientras que se acercaban al puerto y a la Academia Militar, todo en Latakia. Asimismo, ocuparon las baterías de artillería del monte Yunus, el punto más alto en la costa.
En ese momento no solo quedan registrados videos de los ataques a viviendas civiles o la represión contra los alauitas sino también de las emboscadas donde claramente se observa a los militantes del HTS asustados y llorando por las bajas en sus filas.
Otras facciones, en otros puntos del país, aprovecharon los movimientos del HTS:
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La resistencia islámica en el sur del país emprendía sus propias acciones militares. Este grupo había aparecido antes y se ha dedicado a atacar la ocupación israelí.
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Los kurdos de las FDS en Alepo aprovecharon el desplazamiento de números a la costa para atacar y avanzar en los barrios al este de la ciudad. Se reportaron enfrentamientos esporádicos en Hama y Homs.
Por un breve momento, daba la impresión de que todo se iba a salir de control.
Para la madrugada del 7 de marzo los soldados de la Brigada Escudo de la Costa se habían replegado a las zonas rurales y las montañas.
Para la población civil comenzaba el infierno.
Nueva pesadilla en la nueva Siria
El repliegue de los grupos alzados en armas supuso vía libre para que los "soldados" de la "nueva Siria" desencadenaran una carnicería cuyo escenario más afín sería el de Ruanda 1994.
A lo largo del 7, 8, 9, 10 y 11 de marzo los flamantes "funcionarios" del directorio de seguridad, del ministerio de defensa y los —así llamados— voluntarios desencadenaron toda la furia y la saña que no fueron capaces de librar contra los soldados de la Brigada de Protección de la Costa.
Tildados como "residuos del gobierno" de Al Assad, tales palabras fueron la clave con la que medios y gobiernos árabes y europeos denunciaron las amenazas contra el gobierno.
El patrón, en esencia, es el mismo: los "guerreros" del HTS y sus alrededores concentraron todos sus empeños en mujeres, niños, ancianos y hombres desarmados.
Al principio lo hicieron arrojando bombas de barril desde helicópteros, lanzando fuego cruzado en residencias en barrios alauíes en Latakia, Jableh y Tartus, expandiéndose a las aldeas rurales.
La misma repetición infernal: decenas de cuerpos apilados al borde de la carretera, en construcciones incompletas, en huertas y calles. Viviendas y negocios incendiados.
En distintos canales de Telegram pueden encontrarse videos de los valientes combatientes santos entrando violentamente en una casa, incapaces de fijar una imagen quedando tan solo los gritos de pánico de las víctimas, los golpes y los niños aterrorizados.
Por streaming abundaron también las ejecuciones sumarias luego de interrogatorios "teológicos", si se le puede llamar así a esa interpretación sanguinariamente cretina de la fe.
En las redes, suníes sirios dentro del país y "refugiados" en países europeos alentaban la masacre.
Ancianos golpeados, puestos a gatear mientras imitaban a un perro, para luego ser igualmente ajusticiados.
Y cuando el frenesí estaba sustancialmente registrado en videos grabados por celulares, Murhaf Abu Qafra, alias Abu Hassan 600, el actual ministro de defensa, emite la orden: debe cesar el registro audiovisual de ajusticiamientos.
Al flamante ministro se le acusa de "20 asesinatos premeditados, 15 robos a mano armada, 12 amputaciones, 150 ejecuciones contra chiíes, cristianos y ateos, 15 acusaciones de dilapidaciones y 10 casos de violaciones a prisioneras" en su época de "rebelde moderado".
En el medio de la mesnada, Zarqa Sabahiye, una señora de avanzada edad, enfrentó a los verdugos de sus dos hijos, cuyos cuerpos yacían en el suelo.
Sabahiye los cuidaba de que fueran vejados por animales carroñeros, plantándose de frente a dos héroes de la nueva Siria.
Los dos prohombres defendían sus actos acusándola a ella, y a sus hijos, de traidores. Sin inmutarse, Sabahiye los encara acusándolos de ser ellos quienes traicionaron el acuerdo de desarme en diciembre, cuando tanto alauitas como cristianos entregaron sus armas.
Desde entonces, como se ha dicho, el hostigamiento no ha cesado. Lo mismo ocurre con las comunidades cristianas.
Y es que en el medio de estos días ruandeses, cristianos también fueron asesinados por mediar o tan solo por vivir en una comunidad donde predominan los alauitas. Igual destino tuvieron algunos ciudadanos suníes que buscaron mediar.
Todavía el 10 existe registro de sectores urbanos donde claramente se pueden escuchar los gritos de las personas torturadas.
Por exigencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el gobierno de Al Jolani/Al Sharaa designó dos comisiones. El 14, la ONU condenó los eventos.
El primer comité fue designado para "mantener la paz". Compuesto por tres personas, una de ellas es Hassan Soufan, el comandante de la facción yihadista Ahrar al Sham, mejor conocido como "el Talibán sirio".
Otro de sus integrantes es Anas Airut, gobernador designado por el "gobierno de transición" para la provincia de Tartus. Abundan los videos donde sale alentando a combatir contra todos los "nusayris" (alauitas).
El segundo, un "comité nacional independiente" con la misión de investigar la violencia, poniendo como punto de partida el 6 de marzo, y no el 7, cuando comenzó la masacre en toda regla. Ni un solo integrante pertenece a alguna de las minorías religiosas.
No es difícil de imaginar cuál es el verdadero papel de dichas comisiones, descartando, automáticamente, que vayan a buscar algo relativamente cercano a la verdad.
Los sobrevivientes tenían terminantemente prohibido velar los restos de sus familiares.
Y cuando bajó la marea de sangre, comenzó el encubrimiento, junto al control de daños y los vergonzosos intentos de administración perceptiva.
Con tractores, la maquinaria de la muerte del HTS fue apilando los cuerpos, arrojándolos en fosas. Los afamados Cascos Blancos pudieron verse recogiendo y escondiendo cadáveres.
En Tartus también se pudo ver con toda claridad cómo "sembraban" armamento en zonas alauíes para poder sostener la versión de que se trató de enfrentamientos.
El 17 de marzo hasta CNN publicó un trabajo que constata la persecución y masacre geolocalizando una de las fosas comunes cavadas por los agentes de la "nueva Siria".
Alrededor de 9 mil personas, mayoritariamente mujeres y niños, todavía están refugiados en la base rusa de Hmeimin.
Paisaje después de la masacre
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, del 1.° al 18 de marzo 2 mil 237 personas fueron asesinadas, pero desde todo punto de vista este número debe tomarse a la baja, con una cifra que puede alcanzar las 4 mil personas, entre ajusticiadas y masacradas.
Habida cuenta, el propio Observatorio registró más de 1 300 muertes los primeros tres días, y los tres posteriores la cantidad únicamente escaló.
El alzamiento de la Brigada de Protección de la Costa se dio al mismo tiempo cuando Siria volvía a ser admitida en la Organización de Cooperación Islámica, y luego de que la Unión Europea continuaba sus pasos rumbo a la normalización diplomática, que tomaba en consideración el levantamiento de sanciones.
El primer comunicado giró en torno a condenar los "remanentes del gobierno de Al Assad", en defensa del gobierno de Al Jolani, un sujeto que todavía al día de hoy es considerado legalmente un terrorista internacional con orden de captura.
La línea discursiva de catalogar las familias alauitas a reductos del gobierno anterior fue igualmente replicada por las capitales árabes y Türkiye, que envió refuerzos y apoyo durante los brutales eventos.
El Departamento de Estado condenó los eventos conminando a proteger las minorías, pero excluyendo cuidadosamente los chiíes dentro de la lista.
Mientras todavía no se secaba la sangre, el gobierno de Al Jolani firmó la nueva constitución "provisional", que le confiere un mandato de cinco años.
También, cuando todavía rugía el alzamiento en la costa, fuerzas del gobierno junto a las milicias del Ejército Nacional Sirio —el paraguas de milicias turcas y turcomanas— se preparaban para una ofensiva contra las Fuerzas Democráticas de Siria en Alepo, en lo que podía haber constituido otra episodio bélico catastrófico.
El gobierno Al Sharaa admite que en el alzamiento del 6 al 7 de marzo las milicias alauíes dieron de baja a 400, por lo que la cifra debe ser con creces superior.
No existe un solo registro de detenidos o bajas de las Brigadas de Protección de la Costa, en un movimiento insurreccional que tuvo una clara y sofisticada coordinación a pesar de lo difuso de los objetivos políticos directos.
Y esto último se acentúa porque uno quedó claro: la total evidencia de 1) Al Jolani es incapaz de gobernar sin el manejo de percepción de las capitales árabes ni el poder que por transferencia le llega desde el reconocimiento internacional, en particular desde la Unión Europea. Y 2) la vulnerabilidad militar es notoria cuando no se trata de personas desarmadas.
Justo antes de desencadenarse una ofensiva en toda regla contra los experimentados grupos armados kurdos en Alepo, en el último minuto, Al Jolani/Al Shará llegó a un acuerdo con el líder de las FDS mediante la firma de un pacto de cogobernabilidad. ¿Divide y vencerás o intento de reconciliación entre los proxys del Pentágono y de la CIA?
Otro episodio de negligencia militar, con abundantes videos de yihadistas muertos o llorando de pánico, probablemente lo terminaban de conducir a una crisis terminal.
En el sur, el Sheikh Hikmat al Hijri, la mayor autoridad drusa, rechazó la constitución provisional demandando que fuera una que reconociera a la diversidad de confesiones y etnias que han hecho a Siria lo que es desde hace miles de años.
Los drusos, a diferencia de cristianos y alauíes, se negaron a entregar sus armas. Cínicamente, Israel los "apoya" y declara protegerlos mientras ocupa una franja territorial de Siria superior a Gaza y Líbano combinados.
Mucho menos ha sido capaz de enfrentar o se encuentra en disposición de responder los recurrentes ataques israelíes.
A fin de cuentas, de Tel Aviv recibieron a lo largo de la guerra apoyo médico, logístico y de atención médica en el sur del país.
Al cierre de esta nota seguían los enfrentamientos entre clanes chiíes —no vinculados a Hezbolá— en el valle del Beká, al otro lado de la frontera, en Líbano, y elementos del ministerio de defensa y el directorio de seguridad.
El saldo de los días anteriores es más de una decena de bajas del HTS y cero de los clanes en la línea de contacto. Las bajas aparecieron con los lanzacohetes MLRS que el HTS empleó.
Lo mismo hubiese pasado con los kurdos, y lo mismo pasó con los alauíes armados.
La única consolación que les queda a los suníes sionistas de la remozada Al Qaeda son los inocentes: los desarmados, las mujeres, los ancianos y los niños.
Si el genocido en Gaza es uno de magnitudes sinfónicas, el del HTS en Siria es un genocidio de cámara.
Al cierre de esta nota persiste el hostigamiento contra cristianos y alauíes, donde comienza a cobrar forma la idea de la separación territorial por supervivencia, con ciertas capitales europeas sonriéndole a la idea.
Siria necesita todo su territorio para tener una coherencia política, fiscal, económica y territorial en aras de seguir existiendo como nación.
Este ha sido el plan de Israel desde el principio. Y Estados Unidos ladra con comunicados, pero no muerde, porque también ha sido su plan desde hace suficiente tiempo.