Lun. 25 Noviembre 2024 Actualizado 6:37 pm

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El ámbito del mercado petrolero para 2025 luce incierto, pues podría iniciarse un nuevo período de precios bajos (Foto: Agencias)
Los factores geopolíticos y económicos de su dinámica general

Perspectivas en torno al mercado petrolero mundial para 2025

El año 2025 podría ser uno de los más difíciles para el mercado petrolero mundial debido a la conjunción de diversos componentes geopolíticos y económicos que podrían amenazar seriamente la estabilidad del mercado actual.

Algunas previsiones sobre las dinámicas políticas y las del mercado sugieren que los precios en diferentes canastas podrían bajar considerablemente al producirse una previsible saturación del mercado de crudos, lo cual debilitaría el delicado equilibrio entre la oferta y la demanda que existe en el presente.

El siguiente análisis recoge algunos elementos vinculados con las dinámicas del mercado petrolero, y establece probabilidades y datos.

LOS COMPONENTES GEOPOLÍTICOS DEL MERCADO PETROLERO PARA 2025

Es necesario analizar un conjunto de posibles eventos en el ámbito geopolítico que podrían tener lugar durante los primeros meses del próximo año, dado que podrían incidir de manera variable, según sea el caso, sobre el valor del petróleo.

¿Posible distensión en el conflicto ruso-ucraniano?: Hace poco el gobierno saliente de Joe Biden autorizó a Ucrania el uso de misiles tácticos en suelo ruso. Con ello, la Casa Blanca abandona la política que sostuvo durante más de dos años, cuando suministraron este armamento a Ucrania pero solo con propósitos de implementación en el teatro de operaciones militares en su territorio.

Rusia respondió reescribiendo su doctrina y legislación en el uso de armas nucleares. Ahora han declarado que un Estado no nuclear que realice ataques con armas convencionales puede ser un blanco legítimo de fuego atómico si este cuenta con apoyo directo de una potencia nuclear.

Estos eventos refieren un claro interés orientado al escalamiento del conflicto, inducido por la administración Biden. Sin embargo, a su despecho, el aumento de la presión general debido a la incertidumbre generada por el agravamiento del conflicto puede ser una justificación para que la próxima administración Trump tome la decisión de atenuar hostilidades.

Esta variable ha surgido a partir de la misma campaña de Trump, quien ha asegurado que torcerá el brazo de Kiev a fin de lograr una solución al conflicto.

Las posibilidad de distensiones supone condiciones de relajamiento sobre las medidas contra la cadena de suministros y energía de Rusia. Cualquier escenario favorable al flujo de crudo y gas ruso impactará los precios de manera desfavorable.

La política energética de Trump: Es altamente probable que el mandatario decida tomar medidas que se traduzcan en el aumento de la producción de crudo estadounidense.

Es cierto que muchos pozos estadounidenses basados en fracking y altos costos operativos podrán trabajar únicamente sobre la línea de 60 USD/Barril. Pero también es un hecho que Trump quiere ir por las fuentes de crudos convencionales que están catalogadas como reservas en el subsuelo, cuyas cuencas no han sido desarrolladas con nuevos pozos.

La aprobación de permisos y los estímulos al sector facilitarán una especie de "nueva fiebre del oro negro" en Estados Unidos. Varios yacimientos cuyo proceso de sísmica está completada están a la espera de permisos para comenzar a taladrar.

Trump ha nombrado como Secretario de Energía a Chris Wright, empresario privado y defensor a ultranza del fracking. Lo instó a "superar la burocracia" y a acelerar los mecanismos de producción.

El proceso tomará tiempo, pero si esas medidas se ejecutan en el primer semestre de 2025 esas decisiones se van a apreciar en el mercado de futuros con la expectativa de un aumento en la producción de crudo en Estados Unidos.

La situación de Asia Occidental: Este tema, componente usual de la cuestión geopolítica y su colateralización en el precio petrolero, aparece en el horizonte de 2025 de manera clara.

El gobierno de Trump y los nombres que ha sugerido en su gabinete implican una alta posibilidad de que no haya un cambio de situación e Israel actúe a sus anchas en la zona Gaza-Líbano. Por ende, la inestabilidad desde los países del Eje de la Resistencia (Líbano, Yemen, Irán, etcétera) va a continuar.

Las estimaciones preliminares sugieren que Estados Unidos evitará una participación directa en la crisis pero seguirá ofreciendo armas y apoyo técnico-militar a Israel, además se presume que continuará estableciendo disuasivos para contener a Irán, lo cual evitaría la repetición de fuego directo prolongado contra Israel —situación que los iraníes también desean evitar, por ahora—.

Este panorama de conjunto permite suponer de primera mano que la crisis alentará los precios del crudo al alza, pero esta estimación puede no ser precisa debido a otros factores componentes en el cuadro del mercado petrolero más allá de Asia Occidental.

El apoyo de Irán a los actores del Eje de la Resistencia y la garantía de fuego mutuo entre estos e Israel se puede traducir en el recrudecimiento de sanciones sobre la nación persa, escenario que sacaría del mercado más barriles por cientos de miles e incrementaría la incertidumbre. Sin embargo, en tal caso, Estados Unidos podría fortalecer su política energética, especialmente en el ámbito comercial, y desplazar a Irán de clientes europeos, maniobra que incluso mitigaría los factores de riesgo en el suministro con el concurso de otros países de la conflictuada región.

LOS COMPONENTES ECONÓMICOS DEL MERCADO PETROLERO PARA 2025

En su reporte mensual correspondiente al mes de noviembre, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha divulgado estimaciones sobre las variables del mercado para el cierre de este año y las correspondientes a 2025. La OPEP refiere los siguientes datos.

Sobre la nueva producción que se incorporará al mercado: El informe establece importantes alertas. Se espera que el suministro de crudo de países no pertenecientes a la OPEP+ —es decir, la incorporación de líquidos desde Estados que no participan en OPEP+— crezca en 1,2 millones de barriles diarios (b/d), interanual, en 2024. La organización refiere que los principales impulsores del crecimiento serán Estados Unidos y Canadá.

Para el cierre de 2025, el ente interministerial señala que el crecimiento del suministro de crudos y derivados de países no OPEP+ aumentará en 1,1 millones de b/d interanual. Si bien el aporte desde esos Estados se desacelerará, comparado con 2024, los nuevos barriles serán asimilados por el mercado en condiciones de incertidumbre y riesgo de sobreoferta.

Se prevé que el crecimiento en 2025 sea impulsado principalmente por Estados Unidos, Brasil, Canadá y Noruega, en ese orden de importancia.

Estos datos preliminares ratifican las tendencias del muy posible aumento de la producción en suelo estadounidense.

Sobre la economía mundial y su relación con la demanda: El reporte mensual de la OPEP, que incluye perspectivas sobre la economía mundial para el cierre de este año y para 2025, señala los siguientes datos, aludiendo a grandes consumidores e importadores.

La previsión de crecimiento económico mundial se revisa ligeramente al alza hasta situarse en 3,1% para 2024 y 3,0% para 2025.

El pronóstico de crecimiento económico de Estados Unidos para 2024 se revisa al alza a 2,7%, cifra que refleja un crecimiento sólido. Para 2025 la proyección de crecimiento de Estados Unidos también se revisa al alza, hasta 2,1%.

Las estimaciones de crecimiento de Japón se sitúan en 0,1% para 2024 y 0,9% para 2025. Del mismo modo, las perspectivas de crecimiento económico de la eurozona son de 0,8% y 1,2% en 2024 y 2025, respectivamente, señala el reporte.

La previsión de crecimiento económico de China para 2024 se mantiene sin cambios, afirma la OPEP. Sin embargo, con 4,9%, las medidas de estímulo recientemente anunciadas por Beijing llevaron a una revisión al alza del crecimiento del PIB. China lucha por alcanzar la meta de 5% de crecimiento este año, pero no hay perspectivas claras de que esa cifra se logre y se mantenga para el año entrante. De hecho, según la OPEP, la previsión para 2025 sobre el crecimiento de China sería de 4,7%.

Por su parte, las estimaciones de crecimiento económico de India se sitúan en 6,8% para 2024 y 6,3% para 2025.

Las previsiones del mismo indicador para Rusia se revisan al alza hasta 3,5% en 2024 y se desaceleran en torno a 1,7% para 2025.

Lo que los datos refieren es que el crecimiento global de la economía pasa desde una perspectiva baja hacia una moderada. Pero China, como gran importador de crudos, aumenta por debajo de lo esperado.

El escenario de crecimiento estimado para 2025 no es favorable para sugerir un incremento significativo de la demanda de crudo. Ella más bien podría ralentizarse. Y puede colisionar con la nueva oferta correspondiente al cierre de 2024 y el consumo esperado para 2025.

EL RIESGO DE SATURACIÓN EN EL MERCADO

La misma OPEP, el pasado mes de octubre, revisó a la baja sus previsiones de crecimiento para la demanda mundial de petróleo en 2024, marcando la tercera reducción consecutiva para el grupo productor.

En su informe mensual de octubre, la organización anunció que se espera un incremento en la demanda mundial de 1,93 millones de b/d en 2025, cifra inferior a la proyección de 2,03 millones de b/d realizada en septiembre.

Este ajuste se debe, en gran parte, a las expectativas sobre la demanda en China, donde la OPEP redujo su estimación de crecimiento en la demanda desde los 650 000 b/d hasta 580 000 b/d.

Aunque las medidas de estímulo del gobierno chino podrían impulsar la demanda en el cuarto trimestre de 2024, factores como la desaceleración económica y la transición hacia fuentes de energía secundaria para vehículos eléctricos están generando preocupaciones.

Desde diciembre de este año los países que forman parte de la OPEP+ (países OPEP y otros asociados no integrantes plenos del grupo) colocarán unos 180 mil b/d adicionales de crudo, parte de una política de flexibilización de sus recortes sostenidos en la producción, según se acordó en reunión del grupo.

Los miembros de la OPEP+ son los únicos factores que han logrado una estabilidad en el mercado, pero el delicado equilibrio entre la oferta y la demanda podría romperse en la medida en que estos elementos tengan convergencia durante el próximo año.

Las consecuencias de este desbarajuste en el mercado yacen en la posibilidad de una caída del valor de los crudos.

Una saturación del mercado por causas combinadas en el aumento de la producción, en un contexto donde las economías de grandes consumidores se ralenticen, sugiere un escenario hacia la baja de los precios.

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