Falta menos de una semana para que se realicen las elecciones presidenciales en Estados Unidos y todo parece indicar que tanto Kamala Harris como Donald Trump dependerán de los resultados que obtengan en Pensilvania para conseguir el triunfo el próximo 5 de noviembre.
Si bien ambos candidatos ya han asegurado su victoria en varios estados, que históricamente han votado por sus partidos, necesitan de algunos claves como Arizona, Georgia, Michigan, Wisconsin, Nevada, Carolina del Norte y el ya nombrado Pensilvania para llegar a los 270 votos electorales requeridos para salir airosos.
De acuerdo con las encuestas, Harris ya cuenta 226 votos electorales y el republicano 219, lo que indica el margen estrecho y, en varios casos, un "empate técnico". Ruth Igielnik, editora de encuestas, sostiene que en los siete estados que mencionamos se decidirán estos comicios.
Si los resultados coinciden con los estudios de opinión, los demócratas tendrían suficientes votos electorales para ganar los sufragios. Por su parte Nate Cohn, analista político jefe del New York Times (NYT), dice que los sondeos están tan reñidos que ninguno de los candidatos tiene una ventaja significativa en esta recta final.
Sin embargo, por más que las encuestadoras sean "prestigiosas" y cumplan con los criterios de fiabilidad, no se puede dar por hecho lo que ellas reflejan.
En 2016 y 2020 subestimaron a Trump y en 2022 los demócratas superaron los promedios de los sondeos en las elecciones de medio término, errores que pueden dar una idea de la magnitud en la que las proyecciones actuales podrían estar equivocadas, pero no son una garantía de en qué sentido puedan estar desviadas las encuestas actuales.
El gráfico del NYT muestra una contienda reñida en varios estados claves o, cuando mucho, algunos puntos de diferencia. Eso explica por qué en estos lugares se están gastando millones de dólares en anuncios y también las visitas frecuentes de los candidatos a este pequeño grupo de estados, pero sobre todo en Pensilvania, porque se asume la entidad "más decisiva" en los comicios estadounidenses.
ABC del sistema electoral y la importancia de Pensilvania en estos comicios
De los siete estados claves, Pensilvania es el más relevante porque representa 19 votos electorales. Le siguen Carolina del Norte (16), Georgia (16), Michigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6). Y la importancia que referimos solo se entiende si conocemos el funcionamiento del sistema electoral de Estados Unidos.
El colegio electoral es un mecanismo en el que participan 538 electores distribuidos entre los 50 estados y el Distrito de Columbia.
Cada estado tiene un número de electores proporcional a su representación en el Congreso. Si la entidad tiene una mayor población, asimismo tendrá una mayor cantidad de electores. Por ejemplo, California es el estado más poblado y tiene 55 votos electorales; Alaska tiene menos habitantes, y por eso solo tiene tres votos.
Se supone que este sistema se diseñó para garantizar que tanto los estados grandes como los pequeños tuvieran una influencia en la elección del presidente. En teoría se evitó que el voto popular beneficiara solo a las áreas más pobladas.
No son los ciudadanos los que eligen directamente al presidente sino que los representantes, conocidos como "electores", tienen la última palabra sobre quién llega a la magistratura. Es por eso que para asegurar la mayoría de los votos electorales se deben conseguir 270 de los 538.
Recordemos que en 2016 muchos se preguntaban cómo era posible que Trump le ganara a Hillary Clinton pese a haber recabado 2,8 millones de votos populares menos que su rival.
La clave estuvo en que Clinton logró ganar en 20 estados mientras que el republicano ganó en 30. En cifras se ve así: Clinton octuvo 227 votos de delegados del colegio electoral y Trump sumó 304, lo que equivale a 34 más de los 270 votos requeridos para ganar su pase directo a la Casa Blanca.
Si los demócratas cuentan con 226 votos electorales asegurados y los republicanos tienen 219, obviamente los candidatos van a poner el foco en los 93 votos electorales concentrados en los siete estados que hemos señalado, sobre todo en Pensilvania.
Con los años se ha acuñado swing states, o "los estados péndulo", para referirse a estas entidades que podrían definir el curso de la política estadounidense por los próximos cuatro años.
Por eso no es de extrañar que a pocos días de las elecciones Kamala Harris haya visitado iglesias y barrios latinos o afros en Filadelfia, y su rival Donald Trump apareciera sirviendo y repartiendo papas fritas en un McDonald's.
El 30 de octubre el candidato republicano apareció con un chaleco reflectante naranja, como el que usan los trabajadores que recogen residuos, y se subió a un camión recolector de basura rotulado con el logo de su campaña en el aeropuerto de Austin Straubel de Green Bay, Wisconsin, otro estado pendular.
La mayoría de las encuestas indica que Harris tiene la delantera por pocos puntos, pero una eventual victoria de Trump en Pensilvania el 5 de noviembre podría significar un gran obstáculo para la candidata demócrata.
En Pensilvania, los votantes de la clase trabajadora son un grupo clave para Harris y Trump, por lo que la economía, la inmigración, la atención sanitaria, la educación y la asequibilidad de la vivienda son algunos de los temas más mencionados durante la campaña, y factor de ansiedad entre ese sector poblacional, mayoritariamente masculino, blanco y de extracción obrera.
Fotos de Trump sangrando y con el puño en alto tras el atentado y carteles con la frase "Harris, obviously" (obviamente Harris) y una imagen de unos tacones pisoteando una gorra roja abundan en el paisaje de ese estado.
A esta ecuación se une el multimillonario Elon Musk, quien apoya al republicano y ha donado decenas de millones de dólares a la campaña. El magnate ha aparecido en Pensilvania regalando un millón de dólares diarios a los votantes de los estados claves en un intento de conseguir su apoyo para los republicanos.
"Queremos intentar conseguir que más de un millón, tal vez dos millones de votantes en los estados en disputa, firme la petición en apoyo de la Primera y la Segunda Enmienda... Vamos a otorgar un millón de dólares al azar a las personas que hayan firmado la petición, todos los días, desde ahora hasta las elecciones", dijo recientemente en Harrisburg.
Por ello la fiscalía de Filadelfia admitió una demanda este 28 de octubre contra el hombre más rico del mundo, y contra su comité de apoyo a Donald Trump, en aras de que suspenda su oferta de sortear un millón de dólares a los votantes que se registren para sufragar en las elecciones del 5 de noviembre.
La demanda está impulsada por el fiscal de distrito Larry Krasner, del partido demócrata, en Filadelfia, principal ciudad del estado en disputa.
En la víspera de las elecciones Donald Trump ha denunciado que el evento está amañado y se está preparando un fraude. "En Pensilvania se están haciendo trampas y están siendo descubiertas a gran escala, algo que rara vez se ha visto antes", publicó en redes, lo que para Político significa un intento de sembrar sus ideas conspirativas y, por ende, las bases para impugnar los resultados si pierde las elecciones.
El republicano tomó como referencia las largas filas y cortes anticipados mientras sus simpatizantes en un suburbio importante en las afueras de Filadelfia intentaban solicitar y emitir sus votos por correo en persona. Esto fue tomado como evidencia de supresión e intimidación de votantes.
Al momento del cierre de esta nota, algunos medios señalan que la distancia entre los candidatos se estrecha mientras Donald Trump se consolida en las regiones claves que hemos mencionado.
Sin embargo nada está dicho sobre esta elección, considerada como una de las más reñidas en la historia de Estados Unidos. El margen de error de las encuestas, los votos de los indecisos y las maniobras que hagan los candidatos en estos días serán determinantes el 5 de noviembre.