Hace ocho años, en marzo de 2014, Crimea se convirtió en parte de la Federación Rusa. Comenzaría, para los habitantes de ese territorio, una nueva etapa que no estaría exenta de las usuales "sanciones" ilegales de Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Las medidas hicieron imposible los pagos con tarjeta en la península porque los bancos cayeron bajo las restricciones de los sistemas de pago internacionales Visa y MasterCard. Fue entonces que el Banco Central ruso se propuso desarrollar el Sistema Nacional de Tarjetas de Pagos (NPCS, sus siglas en ruso) para garantizar la seguridad financiera e independencia de los servicios bancarios del país.
Un año más tarde aparecería un logotipo y un nombre: "Mir" (en ruso significa "paz" y "mundo", y tiene connotaciones de "comunidad").
¿Qué es el Mir?
Mir es un sistema de pago ruso que funciona con tarjetas de plástico bancarias. Está operado por NPCS, que desde 2016 procesa todos los pagos y transferencias nacionales rusos en todas las tarjetas de plástico emitidas por los bancos rusos, así como por los emisores extranjeros. Gracias a esto, Rusia pudo evitar un colapso tras la salida de Visa y MasterCard en marzo de este año, y mantuvo las tarjetas operativas.
Esto dice la página oficial de Mir sobre los servicios que ofrece la tarjeta:
"Se acepta en toda Rusia. Le permite pagar bienes y servicios, retirar dinero de un cajero automático, transferir fondos a cualquier lugar del país donde se atiendan las tarjetas bancarias. Los titulares de tarjetas pueden realizar cualquier transacción utilizando terminales bancarias y de forma remota, en Internet o mediante una aplicación móvil".
El sitio web también destaca que el mayor atractivo del sistema de pago Mir es que, por tratarse de algo nacional, su funcionamiento no depende de factores externos políticos y económicos, a diferencia de los sistemas de pago internacionales.
Las primeras tarjetas Mir se emitieron en diciembre de 2015 con los bancos Gazprombank, Banco MDM, Banco Industrial de Moscú, Banco RNKB, Banco Rossiya, Banco SMP y Banco Svyaz. En 2016 se hicieron los primeros pagos con la tarjeta en Crimea y en 2017 la emisión de tarjetas se generalizó en todo el país.
A partir del 1° de julio de 2018, los salarios de los empleados estatales, así como los pagos sociales (subsidios, becas estatales, etc.) se comenzaron a acreditar en la tarjeta MIR, y siguieron las pensiones en 2020.
Para 2021, ya se había logrado emitir 100 millones de tarjetas Mir y más de la mitad de los rusos tenían al menos una tarjeta, según el NSPC. El Banco Central ruso dice que el sistema de pago Mir representa más de una cuarta parte del volumen de pagos no monetarios en el país (27%).
Actualmente, las tarjetas Mir son emitidas por 158 bancos. Antes de las "sanciones" ilegales euro-estadounidenses, Mir emitió tarjetas de pago en conjunto con otros sistemas de pago extranjeros: el chino Unionpay, el japonés JBC y Maestro de MasterCard.
Cómo funcionan las tarjetas Mir en otros países
A principios de año, las tarjetas Mir se aceptaban en 10 países: Turquía, Vietnam, Armenia, Tayikistán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Corea del Sur y Abjasia. Las tarjetas funcionan bajo acuerdos con bancos locales de esos países y se pueden usar para retirar efectivo en cajeros automáticos, hacer pagos de bienes y servicios e incluso hacer pagos en línea, todo sin tener que utilizar el dólar como intermediario.
También en Emiratos Árabes Unidos es posible pagar con las tarjetas Mir desde octubre de 2021, específicamente en establecimientos comerciales y de servicios asociados a la empresa Network International.
Rusia está llevando a cabo negociaciones con varios países de las regiones de Asia-Pacífico, América Latina y Medio Oriente sobre la posibilidad de utilizar la tarjeta Mir en esos territorios. La directora de la Agencia Federal de Turismo (Rostourism), Zarina Doguzova, dijo en junio que se está promoviendo el sistema Mir en doce nuevos países, todos ellos con una afluencia considerable de turistas rusos. Egipto, Sri Lanka, Indonesia, India, Sudáfrica, Angola, Siria e Irán son algunos de ellos.
En América Latina y el Caribe, Cuba y Venezuela han avanzado en las negociaciones para la implementación del sistema de pago ruso.
Cuba pronto culminará la primera etapa, que se trata de la interconexión de los sistemas de pagos con Rusia. En julio, apareció la opción de retirar dinero en efectivo con la tarjeta Mir en algunos cajeros automáticos, cuestión que fue anunciada por Juan Carlos Escalona, asesor de turismo de la embajada cubana en Rusia. Se tiene previsto que a finales de año estas tarjetas puedan ser utilizadas en toda la isla.
Venezuela tiene en la mira el sistema de pago Mir. Actualmente las autoridades de la República Bolivariana están considerando la posibilidad de su implementación y están analizando la información necesaria para conectarse a ella.
Ambos países son destinos importantes para el turismo ruso. En el primer trimestre del año, 28 mil viajeros rusos visitaron La Habana, mientras que la aerolínea venezolana Conviasa ha ido estableciendo varios vuelos directos entre Moscú y ciudades turísticas de Venezuela.
En total, para 2025 está previsto conectar 30 países a los sistemas de pago rusos, y para 2030 aumentar a 35 el número de países que trabajan con tarjetas Mir.
El sistema de pago ruso en el contexto sancionatorio
No cabe duda de que la expansión geográfica del sistema de pago ruso incomoda a más de uno en el círculo de los defensores de la hegemonía del dólar, siendo que no involucra a ningún banco del sistema financiero internacional, sino solo a los bancos de los Estados interesados en hacer la conexión.
En los meses transcurridos de 2022, la Unión Europea fue desconectando a algunos bancos rusos del sistema SWIFT, aprovechando la campaña de desprestigio contra Moscú por la Operación Militar Especial (OME) en Ucrania. Sin embargo, tal medida no afectó al funcionamiento del sistema de pago Mir en el extranjero.
Lo siguiente que hizo Washington fue recurrir a las amenazas. El 15 de septiembre, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció posibles "sanciones" secundarias contra las organizaciones que cooperan con el NSPK, el operador del sistema Mir. Dos semanas más tarde, la administración Biden dejó filtrar en los medios la información de que estaba preparando medidas coercitivas contra el Mir. Este fue el segundo acto de agresión estadounidense contra el sistema de pagos ruso.
¿Cual fue el resultado? En Turquía, los bancos estatales Halkbank, Ziraat Bank y VakıfBank decidieron dejar de utilizar el sistema de pago ruso Mir el 27 de septiembre. Los bancos decidieron no correr riesgos y se rindieron ante las presiones estadounidenses, pero eso no impidió que Ankara y Moscú buscaran conjuntamente formas de resolver el problema. El presidente Erdogan instruyó a su gobierno desarrollar con Moscú alternativas al sistema de pago Mir.
En Uzbekistán también se suspendió el servicio de tarjetas Mir desde el 23 de septiembre. El servicio de prensa del sistema de pago de ese país, Uzcard, dijo que el motivo era "procedimientos técnicos necesarios", pero coincide con los tiempos de los anuncios de Washington. La empresa no dio más detalles ni tampoco dijo cuánto tiempo durará la suspensión.
En otros países, el uso del Mir se ha visto afectado parcialmente por las amenazas de "sanciones". Por ejemplo, según los viajeros rusos, en Kazajistán y Kirguistán se ha limitado el número de bancos que aceptan las tarjetas, en Vietnam las tarjetas solo se aceptan en un banco, mientras que en Armenia y Bielorrusia se siguen aceptando en casi cualquier parte.
A juicio de Vladímir Komlev, director general de NSPK, el contexto de las "sanciones" ilegales ofrece más oportunidades que amenazas para el futuro del Mir, y utiliza como ejemplo la situación parecida en la que estuvo China con las tarjetas de Union Pay.
"Es gracias a los turistas chinos que las tarjetas Union Pay se han vuelto demandadas en muchos países turísticos. Después de todo, si un país quería trabajar con ellos, tenía que aceptar la única tarjeta que existía en ese país", dice en un artículo de opinión.
Del mismo modo piensa Evgeny Berezovsky, director del departamento de procesamiento y sistemas de pago del banco ruso Novikombank:
"Mi optimismo proviene del hecho de que muchos países quieren recibir turistas rusos (y para algunos de ellos es generalmente una cuestión de supervivencia). Y para ello hay que darles la oportunidad de pagar allí con tarjeta, porque irse de vacaciones con una maleta de efectivo no es la opción más segura. Creo que Turquía pronto eliminará este tema de la agenda, y para la temporada turística las tarjetas Mir serán aceptadas en este país sin ningún problema".
¿Qué tanto tiempo puede Estados Unidos mantener alineados a otros países en las presiones contra Rusia cuando éstos se ven directamente afectados? Si nos guiamos por el ejemplo que da la UE y sus restricciones a la energía rusa, no será por mucho.