Recientemente, el Pentágono concluyó que el ataque aéreo estadounidense de marzo de 2019 en la localidad siria de Deir Ezzor, que dejó más de 60 civiles muertos, "no fue una violación de las reglas de enfrentamiento del ejército" y añadió que nadie debe rendir cuentas.
La investigación interna inició luego de que el año pasado el New York Times revelara que una oscura célula del ejército estadounidense, que operaba sin rendir cuentas, lanzó más de 100 mil bombas en toda Siria
En el informe de la investigación desclasificado, publicado el 17 de mayo, culpan a las fuerzas kurdas por confirmar falsamente que no había combatientes en el lugar.
"Estamos admitiendo que, sí, matamos a algunos civiles inocentes, mujeres y niños, en 2019 en Baghuz, Siria. Está todo ahí para que lo vean. Estamos admitiendo que cometimos esos errores. Que nuestras operaciones terminaron en la muerte de personas inocentes", dijo el 17 de mayo el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, recoge The Cradle.
En noviembre del año pasado, el ejército estadounidense justificó este mismo ataque aéreo en un comunicado, afirmando que era "necesario" para derrotar a 16 combatientes armados del ISIS. Concretamente, un avión de ataque F-15E lanzó una bomba de 500 libras sobre una "gran multitud de mujeres y niños acurrucados contra la orilla de un río". Luego lanzaron otro ataque que mató a la mayoría de los sobrevivientes que quedaron.
Irónicamente, Estados Unidos es el primero en señalar y condenar a otros países por "bombardear y matar" a civiles, aun cuando las acusaciones sean falsas y carenes de pruebas.