Estados Unidos ha estado avivando el conflicto entre China y Taiwán. No solo ha vendido a la isla equipos militares por un monto que se eleva a los 14 mil millones de dólares, sino también que el presidente Joe Biden aprobó recientemente una subvención de 80 millones de dólares provenientes de los contribuyentes estadounidenses.
Esta transferencia de recursos se efectúa bajo un programa llamado Financiamiento Militar Extranjero (FMF, por sus siglas en inglés), que hasta ahora se había usado para enviar ayuda militar a Ucrania, Afganistán, Irak, Israel, Egipto, entre otros países. La novedad es que únicamente se había otorgado a países u organizaciones reconocidas por las Naciones Unidas, y Taiwán no lo es.
Si bien Estados Unidos dice que el FMF no implica el reconocimiento a Taiwán, evidentemente se está redefiniendo la relación con la isla. Todo indica que para Washington, dada la superioridad militar de China, hay una urgencia para que Taiwán se rearme.
Una prueba de ello puede verse en el hecho de que Biden utilizó poderes discrecionales para aprobar la venta de servicios y equipos militares por valor de 500 millones de dólares a Taiwán. Además de eso, batallones terrestres recibirán formación en Estados Unidos.
Un reportaje de la BBC indica que a Estados Unidos se le está acabando el tiempo para actualizar y equipar al ejército taiwanés, sobre todo sabiendo que los equipos son viejos, no hay contrainteligencia de la isla en el país rival y, tal vez lo más importante, su inferioridad en todo sentido respecto a China.