En la actualidad está creciendo el fenómeno de la repatriación del oro. El metal de respaldo de riquezas que muchos bancos centrales y fondos soberanos mantienen en bóvedas en el extranjero, sea en Londres o en otras naciones occidentales, está más seguro en casa ante las preocupaciones sobre las "sanciones" y la seguridad.
Esta incertidumbre creció ante las medidas coercitivas y el bloqueo de activos contra Rusia por Estados Unidos y la Unión Europea luego del despliegue de la Operación Militar Especial rusa en Ucrania. Al país euroasiático le congelaron casi la mitad de las reservas de divisas y oro valoradas en 650 mil millones de dólares. Además, ya había experiencias como la del secuestro de las reservas en oro que Venezuela tiene en el Banco de Inglaterra.
Según una encuesta de Invesco, una empresa estadounidense independiente de gestión de inversiones con sede en Atlanta, hay dos preocupaciones centrales que subyacen al interés de aumentar las reservas en oro y, además, repatriarlo si está en otros bancos.
Un 85% de los 85 fondos soberanos y los 57 bancos centrales encuestados indicaron que creen que la inflación de precios será mayor en la próxima década que en la anterior. Asimismo, expresaron su preocupación por las crecientes tensiones geopolíticas y la trayectoria del dólar estadounidense. Como resultado, los banqueros centrales y los administradores de fondos soberanos están repensando "fundamentalmente" sus estrategias.
Casi todos los encuestados creen que las tensiones geopolíticas y la inflación son señales claras de que es el momento para tener el dinero en sus propios bancos centrales. Ante la incertidumbre que genera la inestabilidad del dólar como activo de riesgo para países enamistados con Estados Unidos, muchos prefieren usar el oro para respaldar sus riquezas, y el bloqueo a Rusia sirve como experiencia para no verse en ese espejo.