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En producción primaria de alimentos, en 2023, se volvió a crecer 5,5%, respecto a 2022 (Foto: Archivo)

Venezuela: más alimentos y menos hambre en 2023

A Venezuela desde 2014 se le ha aplicado un asedio generalizado descrito como una guerra no convencional, multiforme, multidimensional, híbrida o difusa, como finalmente se le catalogó en el país, para explicar la guerra de cuarta generación que se extiende a las dimensiones política, ambiental, militar, tecnológica, cultural, económica y social; tan difusa, que en un principio no se pudo prever que los alimentos también formaban parte de este ataque invisible, y sí, difusa, cuyos impactos recayeron sobre toda la población, el principal objetivo a destruir de la nación venezolana por parte de quien la etiqueta aun como una amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad nacional y política exterior, y que sirvió para imponer más de 930 sanciones o Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU) que también recaen sobre los venezolanos. Nueve años después, revisamos los avances en seguridad y soberanía alimentaria,  por su incidencia directa en la alimentación del pueblo, que juntos, constituyen dos factores, principales componentes del poder nacional: alimentos y población.

Para ello, repasamos algunos datos aportados por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, en su mensaje anual a la nación venezolana en el 2023, en el que el tema de la soberanía alimentaria fue uno de los más destacados desde el principio de su alocución. Por lo tanto, nos permite comparar los avances o retrocesos en esta materia desde 2014 hasta el 2023.

32% MÁS DE ALIMENTOS RESPECTO A 2018

En primer lugar, los datos económicos indican, además de las pérdidas directas petroleras y no petroleras causadas a Venezuela por las sanciones desde el 2015, que el país ha tenido un crecimiento económico progresivo ininterrumpido durante los últimos dos años y medio, al alcanzanr en 2023 alrededor de 5%, respecto a 2022, superior a las últimas proyecciones de la Cepal y el FMI.

Situación de crecimiento que en el sector agropecuario, antes de terminar 2023, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) anunciaba como positivo, al destacar entre otras cosas el aumento de 25% de la producción de maíz y arroz.

Y, en concordancia, la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) informaba que era el sector industrial de los alimentos el que mejor desempeño había mostrado en el tercer trimestre del 2023 con 33,1% de crecimiento y un acumulado enero-septiembre de 16,7%. Al mismo tiempo notificaba, en nombre de los industriales del país, la necesidad de la flexibilización de las sanciones sobre Venezuela por los efectos negativos que generan sobre las empresas privadas.

Producción vegetal y animal

Este crecimiento progresivo es el que se refleja finalmente en la producción primaria nacional de alimentos, cuyo retroceso iniciado en 2015 indica que en 2023 se volvió a crecer 5,5%, respecto a 2022, correspondiente a 19.382.022 toneladas de alimentos primarios, de los cuales 13.979.263 se deben al aumento de 6% de la producción vegetal, mientras que 5.402.759 pertenecen a la producción animal, que aumentó 4%.

Comparado con el mayor retroceso ocurrido en 2018, se indica una recuperación de la producción primaria nacional vegetal y animal de alimentos de 32% en Venezuela en los últimos cinco años, aunque todavía no se alcanzan los niveles históricos más altos logrados durante la Revolución Bolivariana antes de la imposición de las sanciones (ver imagen 1).

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Imagen 1. Producción primaria nacional de alimentos en Venezuela 1998-2023 (Foto: Alimentos y Poder)

Además, se destaca la soberanía plena en la producción nacional de 23 rubros entre hortalizas, frutas, musáceas, tubérculos, café, queso blanco, leche líquida, carne de res, pollo, cerdo y pescado fresco.

Pesca y acuicultura

El sector pesquero y acuícola registró un crecimiento de 13% en 2023, respecto a 2022, al registrar las 264.540 toneladas métricas representadas, por un lado, con la captura pesquera, 84% del sector, con un incremento correspondiente al 25% respecto al año anterior, obtenido a través de 222.815 toneladas métricasy, por el otro, la producción acuícola, 16% del renglón, que también se incrementó 20%, representado en 41.724 toneladas métricas al cierre del año.

Mientras, sigue siendo el camarón el principal producto de exportación no petrolero dentro del sector pesca y acuicultura, 80% del volumen exportado en 2023 (ver imagen 2).

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Imagen 2. Incremento de la exportación de camarón venezolano 2017-2023 (Foto: Alimentos y Poder)

LA PRODUCCIÓN NACIONAL AL 97%

En segundo lugar, se debe destacar que esta recuperación de la producción agropecuaria, que comenzó en 2019, fue coincidente con el arrecio de las sanciones al gobierno venezolano por parte de los Estados Unidos y el intento de imponer un gobierno paralelo en Venezuela, lo que impidió, entre muchas cosas, la importación de alimentos, principalmente los destinados al programa alimentario de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

En 2023 estos combos CLAP, entregados a 7 millones 600 mil familias, como esfuerzo gubernamental para garantizar la seguridad alimentaria al pueblo venezolano, aun en medio de las vulnerabilidades exacerbadas desde 2014, también fueron impactados por el crecimiento de la producción nacional, haciendo que 97% de los alimentos que se entregan directamente con este programa alimentario a puerta de casa correspondan a productos nacionales (ver imagen 3). Otro punto a favor para la soberanía nacional.

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Imagen 3. Combos CLAP con alimentos de producción nacional Vs. Alimentos importados (2017-2023) (Foto: Alimentos y Poder)

Una atención priorizada del Gobierno nacional que no solo se expresa a través de los CLAP, sino con el Programa de Alimentación Escolar (PAE), el cual atiende a 4,5 millones de estudiantes en 23 mil escuelas en todo el territorio nacional. Así como a 3.716 casas de alimentación para los más vulnerables, entre otros.

MAYOR ABASTECIMIENTO, MENOR INFLACIÓN

Además, continuó elevándose el abastecimiento nacional de alimentos para la población venezolana, con una recuperación que roza 97% al cierre del 2023.

Un abastecimiento acompañado por un Índice de Precios al Consumidor que en 2023 cerró en 189,8% (ver imagen 4), lo que refleja un control progresivo de la inflación en el país, que también incide en mejor acceso a los alimentos; aunque todavía se encuentra en contrapartida el asunto salarial. Sin embargo, esta disminución corresponde a 45 puntos respecto a 2022, más significativo si lo comparamos con los años anteriores de mayor asedio a la nación.

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Imagen 4. Índice de precios al consumidor en Venezuela (2009-2023) (Foto: Alimentos y Poder)

MENOS HAMBRE

Por supuesto, estos avances en la seguridad y soberanía alimentaria en Venezuela profundizaron su incidencia en la disminución del déficit nutricional del país, que bajó a 6,5% en 2023 (ver imagen 5).

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Imagen 5. Déficit nutricional en Venezuela (2017-2023) (Foto: Alimentos y Poder)

Y aunque estos y otros números vuelven a indicar la tendencia progresiva e ininterrumpida de la disminución del hambre en Venezuela en 2023, un grupo de ONG que viven del financiamiento del exterior para seguir operando en contra el Gobierno Bolivariano insisten en que existe "una emergencia humanitaria compleja" y que son 13 millones de personas las hambrientas en el país.

En este sentido, la FAO ha venido reconociendo en sus últimos informes del año el retroceso del Índice de Prevalencia de Subalimentación (IPS) en Venezuela a 17,5 %, lo que afecta aun, sí, a 5,1 millones de personas hasta 2022, que significa una disminución de 4,8 puntos porcentuales en la prevalencia del hambre entre 2020 – 2022. Otro dato es la reducción del número de niñas y niños menores de 5 años que sufren retraso del crecimiento o la anemia en mujeres entre 15 y 49 años.

Y aunque este último informe refiere que el incremento del IPS en el país fue solo consecuencia de la caída de los precios de las materias primas energéticas a partir de 2014 por la condición de país exportador de petróleo que afectó severamente la economía, se olvida referir que en 2017 comenzó la estabilización de los precios de los hidrocarburos y Venezuela no pudo volver a su crecimiento económico, como sucedió en el resto de países exportadores de crudo del mundo, porque sobre el país se imponían 930 Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU) o sanciones, amparadas en un bloqueo económico, financiero y comercial liderado por Estados Unidos contra la nación venezolana desde 2015 y sigue vigente.

Por lo tanto, para seguir hablando del hambre en Venezuela, se debe:

  1. Reconocer que fue durante la Revolución Bolivariana que se pudo sacar al país del mapa del hambre en el mundo a partir del 2006.
  2. Que el nuevo incremento del flagelo está proporcionalmente relacionado a la cantidad de MCU impuestas (ver imagen 6) a partir del 2015.
  3. Que las evidencias muestran que si ocurriera el levantamiento total de las sanciones, la superación de la condición de subalimentación moderadamente alta que aun pesa sobre el país, según datos de la FAO, puede hacerse más rápido de lo esperado.
  4. Que aun con bloqueo, Venezuela no solo apunta a garantizar la seguridad alimentaria como derecho humano para toda la población, y lo está logrando, sino a establecer la soberanía alimentaria como condición superior, plena, indispensable para la soberanía nacional.

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Imagen 6. IPS vs. Sanciones impuestas a Venezuela (2014-2022) (Foto: Alimentos y Poder)

Para lograrlo en menor tiempo, es necesario el esfuerzo coordinado que involucre a todos los factores tangibles e intangibles del poder nacional, pueblo y gobierno, público y privado, sectores económicos, políticos, sociales, ambientales, entre otros, que haga efectiva la implementación de las políticas necesarias fundamentales para superar irreversiblemente las sanciones, entre estas la lucha contra el hambre, lo que permitiría, además, encaminar el país hacía la independencia definitiva de la nación.


Este artículo fue publicado originalmente en el sitio web de Alimentos y Poder el 20 de enero de 2024.

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