Mié. 08 Enero 2025 Actualizado 2:54 pm

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La gira del excandidato busca reeditar la estrategia de “máxima presión” encabezada por Estados Unidos, aprovechando el regreso de Trump (Foto: ABC)
Con presidentes salientes y desprestigiados

Los objetivos no confesados de la gira de Edmundo González

El excandidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia, inició el pasado 3 de enero una gira por Argentina, Uruguay, Paraguay, Panamá y Estados Unidos.

En septiembre pasado pidió asilo al gobierno español y huyó a ese país, luego de una negociación con el gobierno venezolano que dinamitó por completo su credibilidad. Su paso por estos países, donde ha sido recibido como supuesto "presidente electo", tiene como objetivo fundamental posicionar, nuevamente, la cuestión venezolana en la escena regional ante el inminente ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca, apoyándose para ello en los gobiernos más alineados a la política exterior de Washington en el continente.

A partir de la pérdida de músculo de movilización interna expresada en el segundo semestre de 2024, aunada al debilitamiento de la narrativa de "fraude" a escala internacional, el sector extremista de la oposicion dirigido por María Corina Machado y González Urrutia ha visto reducido su margen de maniobra. La gira de Edmundo responde a esa pulsión de urgencia, que orbita con un tono fabricadamente apocalíptico en torno al 10 de enero, fecha pautada para la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro. 

Poner a rodar a Edmundo ha sido la última carta disponible —y no por eso la más deseable, dado que el estado físico del exdiplomático es costoso en términos de relaciones públicas— para levantar el ánimo, recomponer las expectativas e intentar retomar la iniciativa pues, más allá de la toma de posesión como hecho político, el sector extremista se está jugando por completo su lugar de conducción del fragmentado universo opositor. 

Entre salientes y desprestigiados

En Argentina, González Urrutia fue recibido por el presidente Javier Milei, quien lo presentó en el balcón de la Casa Rosada y declaró que "estamos haciendo lo que la causa de la libertad requiere, ni más ni menos".

Cabe destacar que el gobierno del libertario ha estado implicado en tramas conspirativas contra Venezuela, que van desde el uso de su embajada en Caracas como base para la coordinación de planes violentos hasta el envío de espías como el gendarme Nahuel Gallo, quien fue detenido al ingresar a Venezuela en el cruce de frontera entre Cúcuta y Ureña. Las autoridades venezolanas afirman que "venía a cumplir una misión", lo que es demostrado por contradicciones sobre su presencia en el país y por la defensa a ultranza expresada por Milei y su gabinete.

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El gobierno de Milei ha estado implicado en la coordinación de planes violentos desde su embajada en Caracas y el envío de un gendarme con fines de espionaje, según autoridades venezolanas (Foto: AFP)

Desde Argentina siguió hacia Uruguay, donde se reunió con el presidente saliente, Luis Lacalle Pou. Como en la reunión con Milei, González le entregó una supuesta acta electoral enmarcada como símbolo de su "lucha".

Su "visita" a Paraguay el domingo 5 de enero se redujo a un contacto telemático en el que el presidente de ese país, Santiago Peña, ratificó su reconocimiento a González Urrutia como supuesto ganador de los comicios de julio pasado en Venezuela. Esto motivó la ruptura de relaciones y expulsión del personal diplomático paraguayo por parte de la cancillería venezolana el lunes 6 de enero.

Los medios han anunciado que su viaje continuará hacia Panamá y República Dominicana, además estará acompañado por al menos nueve expresidentes del grupo Iniciativa Democrática de España y las Américas (Grupo IDEA), conformado por dirigentes de derecha como Mireya Moscoso y Ernesto Pérez-Balladares, de Panamá; Felipe Calderón y Vicente Fox, de México; Mario Abdo, de Paraguay; Jorge Quiroga, de Bolivia; y Jamil Mahuad, de Ecuador.

Este grupo intentó ingresar sin invitación ni acreditación a Venezuela para asistir como "observadores electorales" a los comicios del 28 de julio. Al ser rechazados, hicieron una escena de victimización en el aeropuerto de Panamá que no trascendió a más. Se trata de una agrupación de políticos desprestigiados que busca relevancia mediática y financiamiento, en el marco de la economía circular del cambio de régimen contra Venezuela, siempre tan bondadosa.

Biden lo "acompaña de corazón"

El lunes 6 de enero González intentó causar revuelo mediático con su visita a la Casa Blanca. Al salir del recinto presidencial, donde estuvo reunido con Joe Biden, también presidente saliente, declaró que el mandatario lo "acompaña de corazón" en su intento de regresar a Venezuela para la investidura del próximo 10 de enero.

Según el exdiplomático abordaron "diversos aspectos de la relación bilateral" y le agradeció el "apoyo" recibido por parte del gobierno de Estados Unidos "en esta lucha por la recuperación democrática de Venezuela".

Estuvo acompañado de Miguel Pizarro, dirigente de Primero Justicia, involucrado en la muerte de un menor de edad al que alentó a participar en actos de violencia callejera en 2017. También de David Smolansky, exalcalde de Voluntad Popular prófugo de la justicia venezolana por desacato al Tribunal Supremo de Justicia, es señalado por liderar una red de tráfico de personas a partir de la explotación comercial de la migración venezolana.

Posteriormente se reunió con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien ha formado parte de los intentos por intervenir en la política interna venezolana y participó abiertamente en el golpe de Estado efectuado en Bolivia luego de las elecciones de 2019. También estableció contacto con la presidenta peruana, Dina Boluarte, quien ocupa el cargo luego de la destitución de Pedro Castillo y cuyo gobierno consumó al menos dos masacres entre diciembre de 2022 y febrero de 2023.

tODO TIENE QUE VER CON TRUMP Y LA DESESTABILIZACIÓN

Al ser consultado en Washington respecto a una eventual reunión con el presidente electo estadounidense, Donald Trump, González Urrutia no confirmó si está en sus planes. Sin embargo declaró que las relaciones con la nueva administración serán "muy, muy cercanas y también muy provechosas para Venezuela".

Agregó que "nosotros vamos a continuar con la misma política bipartidista que hemos tenido desde el principio y con ello vamos a asegurar que el camino de la restauración de la democracia sea lo más pronto posible". No declaró si solicitó más sanciones contra Venezuela ni cómo piensa "juramentarse" sin ingresar al territorio venezolano.

El impacto de la pretendida campaña internacional no pareciera ser el esperado al reunirse con dos presidentes salientes y por vía telemática con otro de sus "anfitriones". Mención aparte merece el encuentro con Milei, quien no atraviesa su mejor momento en términos de influencia regional debido al desastroso manejo de sus relaciones diplomáticas.

El objetivo de fondo es sostener el intento de movilizar sanciones y ataques a Venezuela, y así lo plantean analistas opositores. Se busca procurar una "alineación" de los países de la región en torno a una eventual reedición de la estrategia de "máxima presión" encabezada por Estados Unidos, aprovechando el regreso de Trump el próximo 20 de enero.

Esta estrategia, dirigida a lograr un cambio de régimen en Venezuela, fracasó durante la anterior gestión de Trump. Aunque se desconoce a fondo cuál es el plan del presidente entrante, es evidente que los objetivos del saliente también fracasaron, por lo que sigue abierta la expectativa respecto a cómo Estados Unidos planteará el juego político bilateral a partir del 20 de enero.

El recorrido y los contactos de González también figuran como un mecanismo de estímulo a la movilización dentro de Venezuela, cuyo desánimo fue ampliamente demostrado en las últimas convocatorias por parte de Machado. 

En la medida en que mermaba el número de opositores en las concentraciones convocadas, aumentaba el nivel de violencia y frustación de la coordinadora de Vente Venezuela en sus anuncios a través de redes sociales, así como las evidencias acerca de un plan desestabiliazdor mediante incautaciones y detenciones por parte de los cuerpos de seguridad.

En este sentido, la lógica de subordinación a Washington sigue intacta en el sector que aglutinan Machado y González, también en sus aliados regionales, lo que podría prefigurar un remake del extinto Grupo de Lima.

El recorrido de Edmundo y las declaraciones tanto de algunos gobiernos como de la OEA buscan inyectar fuerza y visibilizar mediáticamente la jornada de protestas que Machado ha convocado para el próximo 9 de enero, planteada desde un enfoque confrontativo y violento, con el objetivo de que un eventual escenario de caos permita reiniciar la rutina burocrática del cambio de régimen: desestabilización y hechos virulentos, que luego conducen a un recrudecimiento de sanciones y al planteamiento de opciones de fuerza contra la soberanía nacional.

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