Jue. 26 Diciembre 2024 Actualizado Sábado, 14. Diciembre 2024 - 10:42

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Venezuela no se queda de manos cruzadas ante las agresiones de Estados Unidos y la Unión Europea (Foto: Rosana Silva)
De acuerdo al canciller Jorge Arreaza

Las corporaciones no permiten que Venezuela desarrolle su propio modelo

En la guerra asimétrica contra Venezuela confluyen muchas y distintas formas de ataques, y todas siguen el curso que señala el gobierno de Estados Unidos como conductor de esas agresiones. Es necesaria la participación de actores más allá de las fronteras de Washington para que el asedio sea generalizado y produzca un impacto en el objetivo.

Durante los años que nuestro país ha estado en el punto de mira, hemos constatado cómo se alinean instituciones financieras privadas y organizaciones supranacionales en el cometido de pulverizar la estabilidad económica, social y política de este territorio. A ellos se suman las naciones que se mantienen cohesionadas a la política exterior estadounidense, que aunque ya se nos haya hecho costumbre verlas sobrepasar los límites de sus jurisdicciones para aportar a un plan injerencista, no debería dejar de denunciarse los actos criminales que cometen y las razones que los lleva a hacerlo.

En ese sentido, el canciller venezolano Jorge Arreaza explica pedagógicamente el papel que cumple la Unión Europea (UE) en la guerra contra Venezuela, en una entrevista ofrecida a la agencia de noticias rusa Sputnik.

Ante la pregunta de cómo han afectado las "sanciones" de la Unión Europea y el bloqueo económico de Estados Unidos al país, señala la importancia de diferenciarlas para conocer en qué ámbito producen daño.

Comienza diciendo que las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos afectan a la economía en general. Tienen como puntos de ataque a la industria petrolera, al Banco Central de Venezuela (BCV) y a todo actor financiero-comercial que sirva como intermediario en las importaciones y exportaciones del país. "Eso por supuesto tiene un impacto superior que afecta a los 30 millones de venezolanos y todas las áreas de la sociedad", señala.

En cambio, las "sanciones" emitidas por la Unión Europea tienen un enfoque político. Se han concebido para atacar la institucionalidad venezolana, afectando o intentando afectar el prestigio del Estado a nivel internacional, bajo las falsas acusaciones de violación a la democracia. Las repercusiones alcanzan el ámbito económico, cuando los señalamientos influyen en el acceso al financiamiento internacional, por ejemplo. Arreaza detalla otras consecuencias:

"Cuando se sanciona a un ministro de Finanzas o a una vicepresidenta tiene efectos en las capacidades de la república para alcanzar acuerdos, para reunirse con inversionistas, todas las personas sancionadas por la Unión Europea no pueden viajar a territorio europeo y eso afecta el intercambio comercial, los negocios que se puedan hacer, de manera que siendo de otro nivel las 'sanciones' de la Unión Europea tienen un impacto directo político y con consecuencias económicas contra Venezuela".

No es fácil mantener relaciones diplomáticas sanas con un interlocutor que se comporta de tal manera. En ocasión a las últimas acciones sancionatorias de la UE, que incluyeron a la máxima autoridad del Consejo Nacional Electoral, el gobierno venezolano respondió con la declaración de persona non grata a la exembajadora del organismo europeo y la solicitud de que se retirara del país.

Sin el contexto adecuado, podría parecer que Venezuela está siendo hostil con los países de Occidente, y es así que se intenta reflejar desde los medios que representan a ese modelo civilizatorio. Pero lo que realmente sucede, dice el canciller Arreaza:

"Es el sistema capitalista corporativo que no quiere permitir que en un país con los recursos que tiene Venezuela pueda desarrollar su propio modelo y no esté enganchado a ese sistema capitalista, y los gobiernos que expresan ese sistema, como el de Washington o los gobiernos europeos, rechazan la posibilidad de que nosotros podamos tomar nuestro propio destino y tratan de bloquear nuestro progreso y nuestro avance por todas las vías. Eso es en realidad el fondo del problema, tanto con Estados Unidos como con Europa y con cualquier país que responda a los intereses corporativos".

Recientemente, el gobierno de Joe Biden anunció la renovación de la orden ejecutiva que pone a Venezuela como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, medida que fue emitida en 2015 por la Administración Obama y que precedió el ciclo de "sanciones" instaurado por la Administración Trump.

Como vemos, la alternabilidad entre las facciones republicana y demócrata del poder establecido en la Casa Blanca no significa un cambio de fondo en su política exterior. La lectura que el canciller venezolano da a esa extensión de la orden ejecutiva es que:

"La élite dominante en Estados Unidos extiende sus capacidades para seguir imponiendo medidas coercitivas unilaterales, para seguir limitando las capacidades de la producción en Venezuela, las capacidades para la importación de medicamentos, de comida y seguir generando daño y sufrimiento en Venezuela".

Sin embargo, el presidente Joe Biden sí ha hablado de modificar la conducta de Washington referente a las amenazas de ejecutar operaciones militares. El gobierno venezolano considera que esas palabras tendrán que ser puestas en práctica antes de darle un voto de confianza. Mientras tanto, el camino que siga para superar las consecuencias que le ha supuesto el bloqueo a su población no dependerá de lo que decidan hacer en Washington.

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El Gobierno de Joe Biden extendió la declaratoria de emergencia que considera a Venezuela “una amenaza inusual y extraordinaria” para EEUU (Foto: Archivo)

Continuando con la posición fijada por algunos países europeos en este punto de la contienda, Jorge Arreaza resalta la observación de la exembajadora de Venezuela ante la UE, Claudia Salerno, quien denunció que España, Alemania, Francia y los Países Bajos son los factores determinantes en las "sanciones" que la Unión Europea impone contra Venezuela. Aunque no esté claro cuáles beneficios logran esos cuatro países con sus hostilidades, teniendo en cuenta que es todo el organismo el que las adopta, el gobierno venezolano responde de forma integral hacia la UE.

La entrevista hecha por Sputnik destaca a España entre el grupo, trayendo a colación la visita que hizo la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González, a Colombia, y su paso por Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela, a finales del mes de febrero.

Aparentemente, González fue hasta el sitio para apoyar "proyectos financiados por la cooperación española" en el marco de la creación por parte del gobierno de Iván Duque del Estatuto Temporal de Protección para Inmigrantes Venezolanos, plan que se anuncia como una regularización por 10 años de la situación migratoria de los venezolanos que viven en Colombia.

Las objeciones del gobierno del presidente Nicolás Maduro a la visita, dice el canciller Arreaza, son:

  • El gobierno de Iván Duque ha planificado y financiado planes de desestabilización contra Venezuela, que involucran planes mercenarios con campos de entrenamiento en el departamento de Santander, frontera con nuestro país, y en el estado venezolano de Táchira.
  • Las cifras de migrantes se han manipulado para recibir sumas millonarias de organismos internacionales. El dinero no se usa para el fin supuestamente estipulado: atender a los venezolanos.
  • No había ningún motivo para que la visita a Colombia se direccionara políticamente hacia Venezuela.
  • El canciller recordó, además, que el Estado español actualmente alberga y da protección a un fugitivo de la justicia venezolana, Leopoldo López, quien enfrenta cargos en nuestro país por crímenes terroristas.
  • Arancha González contradice sus palabras. Manifiesta públicamente querer aportar al diálogo, pero con sus acciones muestra la disposición a colaborar con el cabecilla regional de las operaciones irregulares contra Venezuela.

El sábado, 27 de febrero, el presidente Maduro catalogó la visita de "agresión" y ordenó revisar las relaciones con España. Arreaza indica que el mandatario venezolano "tiene en su poder una serie de medidas que podrá él discrecionalmente tomar o no porque él es quien lleva las relaciones internacionales de la República".

Las alianzas estratégicas con países fuera del círculo de influencia de Estados Unidos han sido vitales para Venezuela, particularmente en el contexto de la pandemia del covid. Entre ellos, el canciller venezolano subraya el apoyo solidario de Rusia, China, Turquía y Cuba, e igualmente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para poder crear un plan de atención médica.

"No sé, podrán hacer el análisis geopolítico, pero sin lugar a duda lo que han hecho Rusia y China no es otra cosa que respetar la Carta de las Naciones Unidas. No hay en esa carta, ni en ningún manual o resolución aprobada del derecho internacional público, algo que avale las medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo con intencionalidad política y sufrimiento a toda una nación y, por eso, al respetar el derecho internacional ellos están ayudando a Venezuela. No se trata de otra cosa".

El país no se queda de manos cruzadas. Junto a otras naciones igualmente agredidas por la coacción de Occidente está constituyendo un bloque para enfrentar la situación y hacer presión ante las Naciones Unidas y otros organismos internacionales, con vista a evitar que se normalicen violaciones flagrantes como las del bloqueo, que tienen consecuencias humanitarias evidentes.

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