Vie. 29 Marzo 2024 Actualizado ayer a las 6:48 pm

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La Unión Europea prosigue el mismo sendero de política exterior estadounidense sobre Venezuela (Foto: Reuters)

Bruselas insiste en socavar el proceso de diálogo y paz en Venezuela

Luego de la llamada Segunda Guerra Mundial, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero planteó la creación de una plataforma de unión entre los países europeos con el fin de asegurar la paz duradera. Tras negociaciones y firmas de tratados, se logró concretar lo que conocemos hoy como la Unión Europea (UE).

"La paz duradera" era el objetivo macro de aquella propuesta y, hoy por hoy, debería seguir siendo el pilar de esa comunidad política internacional al ejecutar sus acciones, así se extrapole a otros continentes como apoyo.

Se trae ese pasaje a colación con la intención de rememorar y valorar cualquier iniciativa de integración y unión a favor de la paz; sumado, incluso, a las expresiones de reconocimiento, por parte del presidente Hugo Chávez en 2005, a esos esfuerzos de integración en Europa.

Ahora bien, debido a la repetida política injerencista de la UE de imponer medidas coercitivas unilaterales a 19 funcionarios venezolanos, el gobierno venezolano hizo la declaratoria de persona non grata a la Embajadora de la UE acreditada en Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa. De esta manera, una vez más, el bloque europeo cae en una ostensible contradicción que hace mellar los esfuerzos para el diálogo y la paz.

Así nos lo recuerda la embajadora de Venezuela ante el Reino de Bélgica y Luxemburgo, Claudia Salerno, en una entrevista para Sputnik el pasado 26 de febrero:

"Es que la Unión Europea siempre llena y termina sus comunicados haciendo un llamado para que en Venezuela haya diálogo, se resuelvan los problemas a través del voto, de manera pacífica; pero una lista de sanciones nada tiene que ver con ese mensaje con el que dicen comulgar".

En dicha entrevista, la embajadora ofrece un análisis detallado del escenario actual entre Venezuela y la UE, a saber.

En respuesta a la declaratoria por parte del Estado venezolano, la UE falló persona non grata a la jefa de misión de Venezuela en Bruselas, considerando que la decisión de Venezuela era injustificada. Pero ¿cómo continuar un proceso de diálogo si en el camino se irrespeta y se desconoce al Estado venezolano?

En principio, la embajadora aclara que el término de persona non grata, en este caso, corresponde únicamente a su función como embajadora ante la Unión Europea, no como jefa de las legaciones de Bélgica y Luxemburgo.

En adelante, Salerno explica la situación y apunta otros datos pertinentes:

  • Venezuela tomó esa decisión muy a su pesar. Nosotros nunca hubiéramos querido llegar a este momento que estamos viviendo con la Unión Europea.
  • Venezuela ha empleado todos los recursos diplomáticos y todos los caminos políticos para tratar de restablecer un diálogo constructivo con la Unión Europea.

Bien se recuerda, previo a las elecciones parlamentarias del 5 de diciembre, que Venezuela extendió una invitación a la UE como veedores internacionales en el proceso comicial, solicitud que el bloque europeo no aceptó, ya que consideraban que se debía aplazar las elecciones seis meses sin ninguna justificación. Desconociendo totalmente lo establecido en nuestra Carta Magna, así lo expresó el presidente Nicolás Maduro a través de su cuenta en Twitter:

La embajadora explicó también el trasfondo de este asunto:

"En el momento en el que estábamos construyendo un puente sólido para establecer los criterios de un diálogo, de un acercamiento de cooperación respetuosa, por sorpresa, cuatro países que se hacen llamar como el grupo central de interés de Venezuela en el bloque europeo, decidieron impulsar una lista de sanciones contra 19 funcionarios venezolanos, sin consultar con los otros países, sin mediar ningún tipo de comunicación y sin el derecho a la debida defensa".

El grupo central de interés de Venezuela lo conforman Alemania, Francia, España y los Países Bajos. Para la embajadora, la participación de Alemania tiene conexión con la visita de Leopoldo López a Berlín iniciado el mes de febrero y así lo hizo ver:

Por otro lado, la embajadora Salerno hace enfásis en la posición de Venezuela, la defensa de la soberanía y unos puntos en el marco del Derecho Internacional:

  • La contradicción está en el seno de las instituciones europeas y no en Venezuela. Nosotros, mientras tanto, seguimos mandando el mismo mensaje: los presidentes de Venezuela no se eligen en Bruselas.
  • Nosotros mandamos el mismo mensaje desde hace 200 años, no hemos cambiado el discurso ni un centímetro: somos libres, somos independientes, no tenemos absolutamente nada que ver con ellos, los respetamos, pero no van a decidir por nosotros absolutamente nada.
  • El Derecho Internacional no solo no contempla, sino que prohíbe expresamente que ningún organismo regional, subregional o de cooperación, pueda establecer "sanciones" contra ningún país.
  • Todo lo que ocurre ahora va en contra de todo lo que nosotros mismos nos hemos dado como ley. Esa es la primera gran transgresión, y es ahí donde el fascismo encuentra lecho.

En cuanto a la respuesta sobre la excusa o fachada de aplicación de "sanciones" a individuos Salerno expresó:

"El impacto es colectivo desde el momento en el que tocan a cualquier persona que tiene un ejercicio en la función pública, porque el Ejecutivo ejerce porque ha habido una elección popular que ha decidido que el gobierno sea ejercido por una persona y, en consecuencia, por un equipo que esa persona electa escoge. Esa es la naturaleza misma de la democracia".

La UE considera que las "sanciones" son un instrumento esencial de la política exterior y las utilizan desde una perspectiva global llegando a incidir en países que no forman parte de la UE.

Suena inaudita esa condición y, en tal caso, ese mecanismo de "sanciones" pudieran aplicarlo entre ellos mismos, bajo sus reglas de bloque, además pareciera que en el seno de esa instancia confunden las funciones de un organismo supranacional con una asociación entre países.

De igual manera, las "sanciones" que datan de 2017 por parte de la UE, tienen fresca su renovación, ya que el bloque europeo las extendió hasta noviembre de 2021.

El largo y magno objetivo de Venezuela es y será la paz, como ha dicho y demostrado el Estado de la República Bolivariana. De ser esa virtud la base de conformación de la UE, es menester que esa instacia la tome en serio y sirva como es debido de puente para la resolución de conflictos. Así concluye Salerno:

"No puede ser que hoy en día, en el 2021, con los retos globales que tenemos, el primer gesto de la UE hacia un país que acaba de elegir una nueva Asamblea Nacional sea sancionar, en lugar de construir un puente, de hacer una visita oficial, nombrar una delegación y contribuir a la paz".

Con las últimas decisiones de la UE sobre Venezuela no cabe una esperanza más sobre la actitud soberana que debe tener el país entero frente a una campaña transatlántica de guerra híbrida sobre la República Bolivariana vía medidas coercitivas unilaterales y otras acciones que han intentado socavar la estabilidad social y económica en la cuenca del Caribe.

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