Existen múltiples elementos históricos y jurídicos que respaldan la posición de Venezuela en la defensa del territorio Esequibo ante la controversia con Guyana. Además de ello, que han sido ampliamente documentados, también se encuentra la población indígena que ahí reside y su sentido de identidad nacional, lo cual refuerza aun más la pertenencia de dicho territorio a Venezuela.
En su trabajo titulado "Los habitantes autóctonos de nuestro Esequibo" Érick Gutiérrez García, abogado, profesor universitario e investigador venezolano, proporciona una minuciosa explicación de los elementos que confieren identidad venezolana a la población que habita en el "sector más oriental del territorio venezolano". El paper muestra los resultados de investigación in situ en la Guayana Esequiba, junto a la revisión de numerosos datos de instituciones nacionales e internacionales.
Los nativos del Esequibo
El autor explica que, a lo largo de los siglos, pueblos indígenas de diversas familias linguísticas, como la arawaca, caribe, warao, akawaio, wai-wai, wapishana, patamona, arekuna, makushi, trio, taruma y atorad han habitado el Esequibo. La colonización trajo consigo la llegada de holandeses e ingleses, lo que generó un mestizaje poblacional que ha dado a esta zona una composición étnica muy diversa.
En 2012, la población total del Esequibo era de 746 mil 955 habitantes, de los cuales 78 mil 500 eran indígenas. Aunque no constituyen el grupo étnico más numeroso —ocupan el cuarto lugar después de los "indios orientales" con 40%, los "afroguyaneses" con 30,2% y los "mestizos" con 20%—, los indígenas representan la mayoría de la población que reside en los bosques y sabanas del interior del territorio, ya que los tres primeros grupos se encuentran principalmente en la llanura costera.
Los grupos étnicos indígenas en la región se distribuyen de la siguiente manera: los arawakos en la llanura costera y sus ríos (16 mil personas), los warao en las ciénagas de la costa noroeste (5 mil personas), los akawaio en bosques bajos y altos (5 mil personas), los kariña en puntas de ríos y bosques bajos (3 mil personas), los patamona en tierras altas de la sabana (5 mil personas), los arekuna en bosques bajos y altos (562 habitantes), los wapishana en llanuras del sur (6 mil 900 personas), los makushi al norte de la montaña Kanuku (7 mil 750 personas) y los waiwai en bosques bajos del sur (200 habitantes).
Todos estos datos son aproximaciones sobre la demografía esequibana, a partir de registros de organismos locales y foráneos, a falta de un censo oficial actualizado.
La venezolanidad es la identidad predominante
El hecho de que comunidades indígenas del Esequibo practiquen el idioma inglés tiene que ver con la evangelización recibida de misioneros adventistas, que reforzaron la difusión de dicha lengua, lo que convirtió a estos grupos en venezolanos anglófonos.
El profesor Gutiérrez afirma que, aunque algunos puedan sentirse dependientes de las autoridades de Guyana o Trinidad debido a la influencia inglesa del gobierno guyanés, la identidad predominante de los habitantes de las naciones originarias de esos países es la venezolanidad.
"Al cruzar la línea fronteriza no suelen llevar pasaportes ni se reportan ante oficina de inmigración alguna. De hecho, abundan miembros del pueblo pemón quienes sienten que tanto el Esequibo como la Guayana venezolana forman una especie de patria común. Es frecuente que infantes nacidos en comunidades esequibanas (como Paruima, asentamiento Arekuna) sean presentados días después como nacidos en San Rafael de Kamoirán, una comunidad pemón Arekuna", señala.
La presencia venezolana en la región Barama-Guainía del Esequibo es innegable, agrega Gutiérrez, con una población indígena que ha mantenido una fuerte influencia cultural y lingüística venezolana. Muchos de ellos hablan español, inglés y kariña, y algunos incluso han servido en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
abandono, discriminación y destrucción ambiental a manos de Guyana
En su estudio, Gutiérrez pone de manifiesto la falta de atención por parte del gobierno guyanés hacia las comunidades indígenas en términos de servicios públicos, salud y condiciones económicas, a pesar de reclamar el territorio donde residen. Además, sufren discriminación y tratos injustos. No son considerados extranjeros, pero los indígenas akawaio son marginalizads por no ser de raza negra, lo que los lleva a desplazarse a Santa Elena de Uairén, Tumeremo y Puerto Ordaz en busca de atención médica o para abastecerse de alimentos.
Por otro lado, el autor plantea que la actividad minera y la deforestación en el Esequibo están teniendo consecuencias negativas tanto para los pueblos indígenas como para el medio ambiente. Las concesiones otorgadas por el gobierno guyanés a compañías multinacionales en zonas como Bartica y Kaituma están generando contaminación en los ríos y afectando a la población local, incluídos los indígenas, así como a la flora y fauna del área.
"Más de una décima parte de Guyana está cubierta por concesiones mineras, muchas de ellas en territorios reclamados por Venezuela, en la cual más de diez millones de hectáreas de selva —un área del tamaño de Portugal— han sido arrendadas a compañías madereras foráneas. Esta destrucción ecológica y ambiental, autorizada por Guyana, está haciendo que durante la última década haya desaparecido una gran parte de su densa selva húmeda tropical, lo que ha causado también fuertes impactos en los derechos de los indígenas".
Derechos ciudadanos para los esequibanos: una realidad en Venezuela
El sistema legal de la República Cooperativa de Guyana recibe una fuerte crítica en el trabajo de Gutiérrez por no garantizar derechos humanos, ni especiales ni colectivos, para las naciones originarias del territorio Esequibo. Según él, la Constitución guyanesa no reconoce a los indígenas como ciudadanos y no realiza una incorporación específica de sus derechos, lo que los deja en una situación de vulnerabilidad jurídica.
Las comunidades indígenas en Guyana enfrentan un marco legal obsoleto que los considera como sujetos jurídicamente "incapaces" y su cultura como primitiva. La Amerindian Act 22, que data de la época colonial, perpetúa esa visión que viola los derechos humanos básicos de los pueblos indígenas.
Así, el componente racista por parte del Estado guyanés sobre las poblaciones indígenas esequibanas tiene una influencia fundamental en cuanto a la organización estatal, que resulta en el mencionado abandono en el que se encuentran dichas comunidades.
En contraste, la Constitución de Venezuela y sus leyes consideran a estos habitantes como ciudadanos venezolanos. Esto les otorga derechos y protección legal dentro del país, y les permite mantener su identidad cultural y sus tradiciones.
Según el Derecho Internacional público y privado, la nacionalidad es regulada por el Estado, quien decide quién es nacional y quién no a través de sus normas legales. En el caso de los habitantes indígenas del territorio Esequibo, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (en sus artículos 10, 32.1 y 35) establece que tienen plenamente la nacionalidad venezolana. Por lo tanto, con una simple manifestación de voluntad, adquieren la venezolanidad por nacimiento.
Existe jurisprudencia en la cual el Estado venezolano ha reconocido la nacionalidad venezolana de los indígenas esequibanos.
"Así, una sentencia del Juzgado Cuarto de Primera instancia en lo Civil del Distrito Federal y del estado Miranda, declaró procedente una acción mero-declarativa, estableciendo judicialmente que una ciudadana nacida en el Esequibo es venezolana (Ann Savory)".
Por lo tanto, los indígenas esequibanos tienen el derecho fundamental de poseer su cédula de identidad venezolana que reconozca su identidad cultural y étnica. Gutiérrez indica que cientos de personas nacidas en el territorio del Esequibo han obtenido su cédula de identidad y también se les ha otorgado pasaportes venezolanos.
Precisamente, el punto cinco del referendo consultivo previsto para el 3 de diciembre se refiere a "la creación del estado Guayana Esequiba" y el desarrollo de:
"Un plan acelerado para la atención integral a la población actual y futura de ese territorio que incluya, entre otros, el otorgamiento de la ciudadanía y cédula de identidad venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra y el Derecho Internacional, y así incorporar dicho estado en el mapa del territorio venezolano".
Defender nuestro territorio y sus habitantes
La notable influencia cultural, social e histórica de Venezuela que predomina en las comunidades indígenas del Esequibo genera en gran parte un sentido de identificación con la nacionalidad venezolana, como lo evidencia la investigación realizada por Érick Gutiérrez. Estos hallazgos contribuyen aun más a la argumentación de que este territorio está histórica e íntimamente ligado a Venezuela.
En ese contexto, su recuperación no solo supone un acto de preservación de la integridad territorial para el Estado venezolano sino que también enfatiza la relevancia de rescatar y proteger a los habitantes autóctonos que sufren la falta de atención, la discriminación, la violación de sus derechos humanos y la degradación del entorno, a causa de las acciones llevadas a cabo por el Estado guyanés a lo largo de decenios de manera irresponsable.