El presidente Nicolás Maduro anunció lo que denominó una "segunda fase de la estabilización económica", basada en la sustitución de importaciones.
El mandatario aseveró este lunes 13 de octubre que el gobierno está preparando una segunda fase de estabilización del nuevo modelo económico de los 13 Motores de la Agenda Económica Bolivariana, con el propósito de alcanzar un gran objetivo: "La producción plena y sustitución radical al 100% de todos los rubros, el fortalecimiento financiero y monetario del país".
Maduro explicó que esta nueva etapa busca consolidar la capacidad productiva interna como respuesta a las agresiones externas.
A su juicio, gran parte de la "ofensiva de guerra psicológica y amenazas militares" ha tenido como parte de sus objetivos lesionar y paralizar la economía venezolana.
El presidente indicó que la focalización de las actividades de los motores económicos en la sustitución de importaciones garantizaría el curso de las actividades económicas, superando cualquier inercia de parálisis.
CONTEXTO ECONÓMICO Y PRESIONES EXTERNAS
Hace poco, trascendieron declaraciones del diputado Miguel Pérez Abad, quien indicó los datos correspondientes al primer semestre económico con un crecimiento del PIB en 7,7%, "el más alto de la región".
A su juicio, la economía venezolana se ha vuelto resiliente a sanciones y bloqueos, mediante un proceso de "adaptación". Pérez Abad subrayó que el dinamismo económico es un reflejo de la transformación productiva nacional, que ha logrado fortalecer las capacidades endógenas.
Actualmente, la mayoría de los productos alimentarios disponibles en el mercado son de producción nacional, revirtiendo la alta dependencia histórica de las importaciones.
De igual manera, el nuevo reporte mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) correspondiente a octubre indicó que Venezuela superó la cota de producción de 1 millón 100 mil barriles de petróleo al día (bpd).
Según la OPEP, mediante comunicación directa con PDVSA, Venezuela agregó 8 mil barriles adicionales de producción en medio de nuevas presiones comerciales de Washington.
La economía venezolana se encuentra en un punto donde el reimpulso a las actividades primarias y secundarias de la economía pasa a ser un factor central, a fin de no interrumpir el desarrollo del ciclo económico.
La presencia militar estadounidense en el Caribe sugiere un contexto de posibles agresiones externas, lo cual incrementa la incertidumbre y los factores de volatilidad, ralentizando la inversión.
Además, Estados Unidos ha construido, de facto, una zona de exclusión marítima. El mismo Donald Trump ha admitido que "ya nadie sale a pescar" en la fachada Caribe. Este cuadro debe entenderse como la aplicación física de un bloqueo marítimo, afectando actividades de pesca, comercio y turismo en las aguas de la Zona Económica Exclusiva de Venezuela.
Otro de los componentes críticos de la economía venezolana, justo ahora, es el proceso de devaluación del bolívar frente al dólar estadounidense, tanto en el tipo de cambio de referencia reflejado por el Banco Central de Venezuela (BCV) como en los diversos marcadores paralelos.
En estos momentos, las tasas no oficiales están fijando un diferencial aproximado del 50% frente al tipo de cambio oficial, lo cual genera inestabilidad en los sistemas de precios y complicaciones en las actividades comerciales de la población.
Uno de los factores que alientan esta tendencia es la caída en el flujo de divisas en la economía, generada por el recrudecimiento de medidas de asfixia económica instrumentadas por la administración Trump.
Además, el clima de incertidumbre surgido por las amenazas de agresión militar a Venezuela alienta reacciones de estampida que se colateralizan en avidez de divisas y especulación en las actividades cambiarias no oficiales.
CONTRAMEDIDAS EN TODOS LOS PLAZOS
Ahora, el gobierno venezolano estima acertadamente que es necesario contener la volatilidad, garantizar el abastecimiento de bienes y aliviar las presiones en la demanda de divisas estadounidenses fortaleciendo la producción interna, sustituyendo importaciones e incrementando las exportaciones.
El jefe del Estado refiere una nueva etapa de estabilización, que tiene proyección con acciones de corto plazo y de largo aliento.
El proceso de sustitución de importaciones y diversificación de exportaciones ha tenido un repunte este año. Según datos del gobierno, las exportaciones no petroleras en Venezuela mostraron un crecimiento significativo con un aumento del 87.66% entre enero y abril de 2025. Este crecimiento se impulsó además por sectores como el comercio, que creció un 7.19%; y la manufactura, un 6.24%.
Sin embargo, una aceleración significativa de estas actividades en el mediano y largo plazo sugiere esfuerzos adicionales en diversas iniciativas, como el impulso a las Zonas Económicas Especiales (ZEE), donde las empresas públicas y privadas nacionales y extranjeras cuentan con diversos tipos de incentivos para desarrollar sus actividades.
Pero, para el presidente Maduro, el énfasis en esta etapa de reimpulso se basa en la superación de las presiones presenciales y concretas que representa el despliegue militar estadounidense en el Caribe.
Explicó que esta nueva etapa busca consolidar la capacidad productiva interna como respuesta a las agresiones externas. "Tenemos un nuevo modelo económico bastante robusto, tenemos una política económica", afirmó, al referirse a la estructura que ha permitido mantener el abastecimiento y la estabilidad en medio de presiones internacionales.
Aseguró que, según los datos, sectores como el industrial y el agroproductivo han ido en crecimiento a través de un nuevo modelo económico.
La estrategia contempla, según afirmó, el impulso a la producción nacional en sectores clave, la reducción progresiva de la dependencia de importaciones, el fortalecimiento de las redes de distribución internas y la protección del poder adquisitivo de la población frente a las presiones externas.