En su esfuerzo por reajustar la agenda de cambio de régimen y ante un evidente clima de desmovilización entre sus filas, María Corina Machado ha decidido incorporar públicamente el concepto de swarming o enjambramiento en sus iniciativas.
Tal decisión refleja la consolidación de un camino que va más allá de lo que se intenta presentar como "protesta civil" al proponer una forma de confrontación más agresiva, inscrita en el ámbito de operaciones de carácter militar, mientras se utiliza el discurso sobre derechos humanos para contrarrestrar las posibles limitaciones que sufran las acciones violentas que esperan implementar.
En una investigación anterior ampliamente consultada, Misión Verdad indicaba que la introducción del swarming en Venezuela representa una evolución de las denominadas guarimbas, con el que se adopta una técnica más focalizada y menos masiva de la desestabilización.
Su naturaleza asimétrica permite a los operadores y masa crítica llevar a cabo acciones coordinadas desde múltiples direcciones, lo cual tiende a maximizar la saturación del objetivo y hace difícil su defensa, en referencia a situaciones de sabotaje o violencia callejera.
Durante los eventos del 29 y 30 de julio, tras el desconocimiento de los resultados de las elecciones presidenciales, grupos delincuenciales participaron abiertamente en la operación de turbulencia política y criminal encabezada por los "comanditos", estructura creada por Vente Venezuela.
Esta conexión entre el crimen organizado y el movimiento de María Corina Machado, junto con su revelación sobre la intención de escalar la ofensiva mediante tácticas de guerra asimétrica como el swarming, puede explicar el enfoque de acción rápida de los organismos de seguridad del Estado venezolano para desmantelar las bandas delictivas, previamente articuladas con la desestabilización postelectoral.
En datos: combate frontal a bandas criminales
En su programa Tubazos con Eligio Rojas, el periodista venezolano presentó información detallada sobre los resultados de las operaciones policiales y militares, implementadas entre el 7 de agosto y 7 de octubre, para hacer frente a las "células durmientes" de las organizaciones delictivas Tren de Aragua y Tren del Llano.
Las labores se enfocan en estas dos entidades debido a su relación intrínseca con la agenda de golpe de Estado. Según Rojas, el término "células durmientes" se refiere a grupos conformados entre diez y veinte personas, que han sido establecidas a instancias de estas dos bandas criminales.
"El Tren de Aragua quedó desarticulado el 20 de septiembre del 2023, pero persisten sus células durmientes (...) en cuanto al Tren del Llano, su estructura sigue viva y opera en las afueras de Altagracia de Orituco, municipio José Tadeo Monagas del estado Guárico".
El balance, sustentado en reportes de diversos cuerpos de seguridad a los que tuvo acceso Rojas, revela un esfuerzo gubernamental intensificado en los últimos dos meses.
En primer lugar, se realizaron sesenta procedimientos en once entidades del país, siendo Guárico la región más activa, con veintiocho operativos, porque es el territorio donde se despliega activamente el Tren del Llano.
Las intervenciones abarcaron:
- Región central (Miranda, Guárico y Carabobo).
- Región de occidente (Zulia y Trujillo).
- Regiones del sur y del oriente (Bolívar, Sucre y Anzoátegui).
Durante estas acciones de las fuerzas del Estado se produjeron 25 enfrentamientos contra las células delictivas, lo que culminó en la eliminación de 37 individuos y la captura de 81 más, todos vinculados a los dos trenes mencionados.
También se logró incautar un significativo arsenal que incluye 1 729 cartuchos, 60 armas de fuego —entre las cuales se cuentan 8 fusiles y 24 pistolas—, así como granadas, miras telescópicas y otros equipos tácticos, datos que evidencian la capacidad ejecutiva de estos grupos.
El punto débil en el plan desestabilizador
En su reporte Rojas explora la expansión de dichas células, y plantea interrogantes sobre su surgimiento y dirección.
"¿En qué momento estas estructuras comenzaron a fundar células en las regiones donde operaban y, además, por qué lo hicieron?". El periodista destaca que, según informes de inteligencia a los que accedió, esta difusión comenzó en 2020, con la intervención de la DEA y grupos del narcotráfico colombiano para controlar territorios en el país.
Con el tiempo, estas bandas migraron al ámbito político, un fenómeno que se hizo más notorio en el escenario postelectoral del 28J, cuando las acciones del Tren de Aragua y del Tren del Llano jugaron un papel destacado al incursionar en hechos de confrontación cuyo saldo contempla asesinatos a la población civil y daños materiales a infraestructuras públicas sensibles.
Asimismo, la operación terrorista desarticulada recientemente, que tenía como objetivo el magnicidio del presidente Maduro y otras figuras del liderazgo político del gobierno, reveló que su planificación se apoyaba de manera significativa en la participación de bandas criminales, tal como indicaron las investigaciones realizadas.
La implementación de una nueva táctica de desestabilización, alineada con el enfoque de swarming propuesto por María Corina Machado, buscaría canalizarse a través de los ejemplos previamente mencionados o mediante iniciativas oscuras como "Ya casi Venezuela". Esta última implica una eventual incursión militar externalizada mediante empresas de seguridad privada, en una especie de remake de la Operación Gedeón del año 2020.
Cualquiera de estos escenarios depende, en gran medida, de la habilidad de sus operadores para coordinarse con las células que puedan estar reajustando sus cálculos en puntos estratégicos del país, mientras el Estado venezolano avanza en el objetivo de desmantelarlas.
Fracturar la convergencia entre el enjambramiento propuesto por Machado y una mayor actividad de las bandas criminales pareciera estar en el centro de la ecuación de la estabilidad política y social de inicio del año próximo para el gobierno venezolano.