Luego de que una turba pro-Trump irrumpiera violentamente en el Capitolio en Washington, DC, con el fin de boicotear la suma de votos colegiales que darían por terminada la carrera presidencial entre Joe Biden y el actual magnate presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a través del portavoz Dan Scavino, emitió un comunicado prometiendo una "transición ordenada" de la presente administración a la próxima.
"Aunque estoy en total desacuerdo con los resultados de la elección, y los hechos me lo confirman, sin embargo habrá una transición ordenada el 20 de enero", dijo Trump. "Siempre dije que continuaríamos nuestra lucha de asegurarnos de que solo se contaran los votos legales. Mientras esto representa el final del mejor primer periodo en la historia presidencial, ¡es solo el comienzo de nuestra lucha por hacer de Estados Unidos Grande Otra Vez (Make America Great Again)!".
Esto significaría, entonces, un definitivo game over a las pretensiones de Trump de descertificar los resultados oficiales de las elecciones presidenciales que dieron ganador a Joe Biden.
Debido a que hubo violencia en el Capitolio, trayendo como consecuencia la muerte de cuatro personas durante el caos (una mujer baleada por un oficial de la Policía del Capitolio, otras tres personas murieron durante "emergencias médicas" no especificadas, según informes de los medios estadounidenses), se intentó vender la versión de que había una especie de "golpe de Estado" de baja intensidad, noción que no tiene asidero si se toma en cuenta que se lograron los objetivos de certificar la victoria de Biden luego de la toma del edificio institucional este jueves 7 de enero en la mañana.
Según la Policía del Capitolio, unas 52 personas fueron arrestadas: 47 estaban relacionadas con violaciones del toque de queda establecido por el alcalde Muriel Bowser; 26 personas fueron arrestadas en terrenos del Capitolio. Varios otros fueron arrestados por portar armas de fuego sin licencia o ilegalmente.
Además, el jefe de policía de la capital estadounidense dijo que se recuperaron dos bombas de tubo en las sedes de la Convención Nacional Republicana y de la Convención Nacional Demócrata, y una nevera portátil de un vehículo en los alrededores del Capitolio que contenía cócteles bombas molotov.