Hace un año, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, asesinó al comandante de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC) de la brigada Quds, el general Qassem Soleimani, quien ejercía de coordinador entre Irán y sus aliados en Palestina, Líbano, Siria, Irak, Yemen y Afganistán. El motivo aparente era consistente con la política de los Estados Unidos, la cual ha buscado humillar, debilitar y dañar a Irán a través de "sanciones" económicas muy duras desde que Trump asumió el poder.
En la visión estadounidense, Irán es considerado una potencia regional cuyos líderes rechazan la hegemonía estadounidense. Los norteamericanos e israelíes creían que Soleimani era irremplazable y que el "Eje de la Resistencia" que dirigía se vería seriamente debilitado por su asesinato. Muchos fueron un paso más allá, describiendo el asesinato como un golpe definitivo a los objetivos estratégicos de Irán.
Después de un año, miramos atrás: ¿los Estados Unidos realmente se las arreglaron para asestar un golpe mortal a Irán, dañar sus objetivos o destruir sus metas? Y si estos eran sus objetivos, ¿fueron fructíferos?
El 1º de enero de 2020, Sardar Soleimani visitó el Líbano, donde pasó varias horas reuniéndose con el Secretario General de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah. El Líbano es una parte esencial del "Eje de la Resistencia"; Soleimani había visitado el país y apoyado a Hezbolá desde 1998, cuando fue nombrado comandante de la Brigada IRGC-Quds. El Hezbolá libanés se ha convertido en uno de los aliados más fuerte de Irán, y actualmente es el grupo mejor armado y entrenado de Oriente Medio, de hecho, hay quienes afirmarían que se trata del ejército más poderoso de la región.
El general de brigada Soleimani mantuvo un perfil muy bajo durante décadas, pero fue responsable de la provisión de todo el entrenamiento, finanzas y apoyo logístico a los aliados de Irán. Hezbolá es considerado uno de los resultados más exitosos de la política iraní desde 1982, cuando el Imán Jomeini envió por primera vez a los iraníes al valle de la Beqaa libanesa, durante la invasión israelí del Líbano.
El asesinato unió al pueblo iraní bajo la bandera nacional
Soleimani viajó ese mismo día a Siria (otro miembro del "Eje de la Resistencia"), donde pasó la noche. Como en cada visita al Levante, donde cientos de asesores militares iraníes operan contra ISIS y al-Qaeda, Soleimani convocó a todos los comandantes de campo iraníes a una reunión a primera hora de la mañana. La reunión fue inusualmente larga, duró hasta el final de la tarde. Soleimani distribuyó las misiones, discutió las tácticas militares y escuchó a los oficiales iraníes residentes.
Unas horas más tarde, Qassem Soleimani tomó un vuelo desde el aeropuerto de Damasco con destino a Bagdad, Iraq, donde aterrizó unos minutos antes de la medianoche. Soleimani, un general de brigada y cuatro oficiales iraníes que actuaban como sus ayudantes de campo fueron recibidos en el aeropuerto por el comandante iraquí de Hashd al-Shaabi, Abu Mahdi al-Muhandes, y abandonaron juntos el aeropuerto.
Fue entonces cuando dos aviones teledirigidos MQ-9 Reaper de Estados Unidos dispararon misiles Hellfire guiados por láser a 230 millas por hora, incinerando los cuerpos de Soleimani, al-Muhandes y todos sus compañeros iraníes e iraquíes. Trump se jactó de haber acabado con "dos pájaros de un tiro". Para Trump, Soleimani y al-Muhandes pasaban a la historia y podía pasar página.
Nada más alejado de la realidad. De un día para otro, las consecuencias del asesinato ilegal de Estados Unidos hicieron mucho más de lo que el propio Soleimani podría haber logrado cuando estaba vivo. El asesinato selectivo del 3 de enero inyectó una nueva dosis de vitalidad a la "Revolución Islámica" del Imán Jomeini.
Varias generaciones de iraníes nunca habían vivido la revolución como tal, y subestimaban la doctrina del "Wilayat al-Faqih" (sistema político que salió de la revolución islámica, basado en la regencia del jurista), a diferencia de la vieja guardia. El asesinato unió al pueblo iraní bajo la bandera nacional: era inaceptable que millones de iraníes vieran a su general asesinado de una manera tan cobarde por un dron, ni siquiera en el campo de batalla.
Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Elijah J. Magnier el 1º de enero de 2021, la traducción fue realizada por Eli C. Casas.