A finales de 2022, ya varios analistas económicos, incluidas agencias internacional de previsión, alertaban de una posible recesión en Estados Unidos, y en las principales economías del mundo, para este año.
- El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que el crecimiento real del PIB mundial será solo de 2,7% en 2023. Oficialmente, esto no es una recesión, "pero lo parecerá", dice. El crecimiento de Estados Unidos se ralentizará hasta 1%; el del Reino Unido, hasta 0,5%, junto con el de la eurozona, mientras que Alemania entrará en recesión con -0,3%. "Los riesgos para las perspectivas siguen siendo inusualmente grandes y a la baja".
- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aduce que el crecimiento mundial se ralentizará hasta 2,2% el año que viene. "La economía mundial se enfrenta a retos importantes. El crecimiento ha perdido impulso, la elevada inflación se ha extendido por países y productos, y está resultando persistente. Los riesgos están sesgados a la baja".
- La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, sus siglas en inglés), en su último informe, también prevé que el crecimiento económico mundial descienda a 2,2% en 2023. "La desaceleración global dejaría el PIB real aún por debajo de su tendencia prepandémica, costando al mundo más de 17 billones de dólares; cerca del 20% de la renta mundial".
- Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), "se prevé que el comercio mundial de mercancías se ralentice bruscamente el próximo año debido al peso de los elevados precios de la energía, la subida de los tipos de interés y las perturbaciones relacionadas con la guerra, lo que aumenta el riesgo de recesión mundial". Su previsión de crecimiento económico mundial para 2023 es de 2,3%, y la OMC advierte de una ralentización aún mayor si los bancos centrales suben demasiado los tipos de interés en sus esfuerzos por controlar la elevada inflación.
El analista de Reuters, John Kemp, comenta que "un crecimiento moderado próximo a la tendencia no es la norma", teniendo en cuenta los números antes mencionados que no son muy elevados pero tampoco rayan en cero. "Por el contrario, las recesiones crean una importante atonía en el sector manufacturero, las cadenas de suministro y los mercados de trabajo que crean las condiciones para un crecimiento más rápido tras la recesión", escribe el periodista.
"Con el tiempo, la holgura cíclica se absorbe y el crecimiento continuado por encima de la tendencia crea presiones inflacionistas hasta que los bancos centrales suben los tipos para inducir una desaceleración y controlar los precios.
"Pero en la actualidad casi no hay holgura cíclica en las principales economías, lo que implica que el potencial de crecimiento no inflacionista en 2023 es limitado".
Por otro lado, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en una entrevista con Axios declaró ante una posible recesión: "Claro que esto me pone nerviosa (...) Sería devastador. Es un desastre".
- Dice que en caso de impago, "tendremos una crisis financiera", dijo. "Y creo que tendríamos recesión en Estados Unidos".
- Si el gobierno estadounidense no pudiera emitir nueva deuda, la economía entraría en picada. "El gasto tendría que disminuir para igualar los ingresos fiscales", dijo Yellen, privando al gobierno de toda capacidad de inyectar dinero (aunque sea inorgánico) a la economía.
- Así, el miedo podría desatarse, haciendo que los consumidores retuvieran sus gastos (por ahorro o por el impedimento en los ingresos), un escenario que Yellen calificó de "consecuencias psicológicas" que "podrían afectar aún más al gasto y profundizar una recesión".