Mié. 24 Septiembre 2025 Actualizado 3:28 pm

Trump designó a Tulsi Gabbard, ex demócrata como Director Nacional de Inteligencia

Trump designó a Tulsi Gabbard, ex demócrata como Director Nacional de Inteligencia (Foto: Nathan Howard / Reuters)
A favor del pragmatismo político

Tulsi Gabbard, una voz disidente en Washington contra la intervención

La Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI, por sus siglas en inglés) es el centro de gravedad del aparato de inteligencia de Estados Unidos. Creada en 2004 tras los hechos del 11 de septiembre de 2001, su misión es coordinar a las dieciocho agencias de inteligencia, incluidas la CIA, la NSA y el FBI, para evitar posibles fallas en la evaluación de amenazas y mejorar el intercambio de información.

El Director Nacional de Inteligencia asesora directamente al Presidente, administra recursos multimillonarios y define las prioridades estratégicas de la seguridad nacional.

En este contexto, el presidente Donald Trump sorprendió al nominar a Tulsi Gabbard como nueva Directora Nacional de Inteligencia. La designación envió una señal de que su segundo mandato buscará reestructurar el aparato de seguridad e inteligencia que él mismo ha calificado como "Estado profundo".

Trump prometió "eliminar a los actores corruptos" y "reformar completamente" las agencias que, según él, intentaron socavar su primera administración. Nombrar a Gabbard, una figura con historial crítico hacia las guerras de cambio de régimen, el intervencionismo militar y las élites partidistas, ubica una voz heterodoxa al frente de una estructura que históricamente ha defendido el Consenso de Washington.

La confirmación de Gabbard en el Senado fue una de las más tensas de los últimos años. Su trayectoria, marcada por cuestionamientos a las intervenciones estadounidenses y por visitas polémicas como la realizada a Siria en 2017 para reunirse con Bashar al Assad, activó resistencias en ambos partidos.

La confirmación se decidió por un estrecho margen de 52 votos a favor y 48 en contra. La mayoría republicana, aunque suficiente, debió cerrar filas para superar la oposición demócrata casi unánime.

El dato político más significativo fue el voto negativo del senador republicano Mitch McConnell, líder veterano de Kentucky y aliado histórico de Marco Rubio, quien en 2016 incluso alentó públicamente la candidatura presidencial del entonces senador por Florida.

McConnell, que ha culpado a Trump por los disturbios del 6 de enero de 2021, justificó su oposición señalando "no había demostrado que está preparada para asumir esta tremenda confianza nacional".

De Irak al Capitolio

Tulsi Gabbard, de 44 años, nació en Samoa Americana, se crio en Hawái y pasó parte de su infancia en Filipinas.

A los 21 años se convirtió en la persona más joven elegida para la Cámara de Representantes estatal en Hawái, aunque dejó el cargo tras un mandato cuando su unidad de la Guardia Nacional fue desplegada en Irak.

Su experiencia militar se prolonga por más de dos décadas, con servicio en Irak y Afganistán, lo que cimentó su discurso contra las guerras interminables.

Posteriormente fue elegida para el Congreso federal, donde sirvió cuatro mandatos como representante del segundo distrito de Hawái. Como la primera miembro hindú de la Cámara, juró su cargo sobre el Bhagavad Gita (texto sagrado hinduista), consolidando una identidad política poco convencional.

En el Partido Demócrata, fue vicepresidenta del Comité Nacional Demócrata, pero renunció en 2016 para respaldar a Bernie Sanders y denunciar el favoritismo hacia Hillary Clinton.

Criticó las guerras de cambio de régimen en Asia Occidental, se mostró escéptica sobre los informes de ataques químicos en Siria y pidió terminar con la política exterior basada en intervenciones militares.

En las primarias presidenciales de 2020, donde compitió por la nominación demócrata, fustigó a Kamala Harris por su historial como fiscal: "Mantuvo a personas en prisión más allá de sus sentencias para usarlas como mano de obra barata para el estado de California, y luchó para mantener el sistema de fianza en efectivo que afecta a las personas pobres de la peor manera", afirmó Gabbard en el debate demócrata de 2019.

Este punto, sin duda, fue clave en su acercamiento con Trump posteriormente.

A grandes rasgos, se situó como una voz contra el establishment, aunque finalmente apoyó a Joe Biden tras abandonar la contienda.

POSTURA SOBRE VENEZUELA (2019)

Durante el año 2019, la entonces congresista demócrata se convirtió en una de las voces más consistentes dentro del Congreso de Estados Unidos en oposición a las políticas de cambio de régimen y las amenazas de intervención militar en Venezuela. Su posición fue explícita y pública, sustentada en declaraciones, entrevistas televisivas y acciones legislativas.

En febrero de 2019, Gabbard firmó junto a otros legisladores progresistas una carta dirigida al entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, en la que expresó una "profunda preocupación" por la estrategia de la administración Trump hacia Venezuela. En el documento se advertía que las amenazas de intervención militar y las sanciones económicas "solo exacerban el sufrimiento de los venezolanos" y agregan que eso "fortalece la narrativa del gobierno de Nicolás Maduro, consolidando su base de apoyo".

El texto enfatizaba que "la acción militar estadounidense en Venezuela sería inconstitucional sin la autorización del Congreso e ilegal a nivel internacional sin la aprobación de las Naciones Unidas", llamando en cambio a respaldar procesos de diálogo propuestos por países como Uruguay y México.

La congresista reforzó este mensaje en múltiples apariciones mediáticas. En una entrevista en MSNBC ("Hardball"), Gabbard criticó la presencia de halcones neoconservadores en la Casa Blanca, señalando que el presidente Trump actuaba "sin pensar en los intereses del pueblo estadounidense" y advirtió que "estamos escuchando los tambores de guerra" en Venezuela e Irán.

Subrayó que las guerras de cambio de régimen, lejos de resolver crisis humanitarias, han generado sufrimiento, destrucción y mayor inseguridad para Estados Unidos, citando los precedentes de Irak, Libia y Siria:

"Mire, es lamentable ver cómo el establishment de Washington, el complejo militar-industrial, a menudo libra estas guerras de cambio de régimen bajo el pretexto del humanitarismo, diciendo: 'Vamos a intentar ayudar a la gente de estos países', cuando en realidad, cada vez que vemos estas guerras de cambio de régimen que nuestro país lidera, aumentan el sufrimiento de la gente en esos países, incrementando la devastación. Como hemos visto en Oriente Medio y en países como Irak, Libia y Siria, nuestras guerras de cambio de régimen han hecho que nuestro país sea menos seguro al fortalecer a grupos terroristas como ISIS y Al Qaeda".

Ese mismo año, en una entrevista con Fox News ("The Story with Martha MacCallum"), Gabbard advirtió que "cada vez que Estados Unidos interviene en otro país y derroca a un dictador o a un gobierno, el resultado ha sido desastroso para la población de esos países".

Cuestionó el enfoque de Washington de mantener "todas las opciones sobre la mesa", incluida la acción militar, e instó a la administración a usar su influencia para promover negociaciones y elecciones supervisadas internacionalmente. Cuando se le preguntó si Nicolás Maduro debía abandonar el poder, fue enfática en que esa decisión "corresponde únicamente al pueblo venezolano".

Además de sus declaraciones mediáticas, Gabbard respaldó medidas concretas en el Congreso para impedir una escalada en un país.

En la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) de 2020, logró incluir disposiciones que prohibían interpretar el texto como autorización para el uso de la fuerza militar contra Venezuela o Irán. Paralelamente, reintrodujo su resolución "No More Presidential Wars", destinada a frenar las guerras no declaradas por el Congreso, calificándolas como "delitos y faltas graves" pasibles de juicio político.

Nacida y criada en Hawái, un territorio cuya historia está marcada por la anexión y la presencia militar estadounidense, Tulsi Gabbard se ubicó en 2019 como una defensora de la diplomacia y el respeto a la soberanía venezolana, denunciando las sanciones unilaterales como una forma de "guerra económica" y alertando sobre el peligro de una confrontación militar que, según sus palabras, "solo traerá más sufrimiento, muerte y desastre para el pueblo venezolano, además de aumentar el riesgo de un conflicto con potencias nucleares como Rusia y China".

A esa perspectiva insular colonial se sumó su servicio como oficial de la Guardia Nacional del Ejército de Hawái en Irak, donde fue testigo directo de la devastación que deja una escalada bélica.

De demócrata insurgente a republicana aliada de Trump

En 2022, Gabbard rompió formalmente con el Partido Demócrata, al que acusó de haberse convertido en una "camarilla de élite de belicistas progresistas" que amenazan las libertades civiles.

Tras su ruptura con los demócratas, Gabbard aprovechó el espacio mediático para consolidar una plataforma propia.

En 2021, lanzó el podcast "This is Tulsi Gabbard", preparando el terreno para su salida formal del partido en octubre de 2022.

Apenas un mes después se incorporó como colaboradora de Fox News, participando de manera recurrente en programas de alto rating como "The Five" y "Tucker Carlson Tonight", e incluso fungiendo en ocasiones como presentadora invitada hasta la cancelación del espacio de Carlson en 2023.

Esta transición mediática le permitió mantener visibilidad nacional, acercarse a la audiencia conservadora y afianzar vínculos con la base republicana que más tarde facilitarían su ingreso al Partido Republicano y su eventual alianza con Donald Trump.

En octubre de 2024, durante un mítin en Carolina del Norte, anunció su ingreso oficial al Partido Republicano, afirmando que el partido en el que militó por dos décadas era "completamente irreconocible".

Su relación con el ala tradicional republicana, sin embargo, no ha sido sencilla. Gabbard ha chocado repetidamente con figuras como Marco Rubio, especialmente en temas de política exterior.

Durante la crisis ucraniana, Gabbard afirmó que la guerra pudo haberse evitado si la administración Biden y la OTAN hubiesen reconocido las preocupaciones de seguridad de Rusia respecto a la expansión de la Alianza.

Rubio respondió en X que "la promesa de que Ucrania nunca se uniría a la OTAN no fue la única exigencia de Putin".

Estas divergencias han alimentado tensiones dentro del propio ecosistema de Trump, donde distintas facciones de intereses chocan entre sí. Rubio, en su rol como Secretario de Estado y Asesor de Seguridad Nacional interino, ha marcado su tradicional línea de halcón, mientras que Gabbard representa un enfoque de no intervencionismo pragmático.

  • Los recientes choques se intensificaron tras el retiro del informe de Rick Grenell que, para un análisis más detallado sobre este tema, puede consultarse aquí.

La trayectoria de Tulsi Gabbard la muestra como una política de difícil clasificación. Su paso del progresismo insurgente a la militancia republicana, su rechazo a las guerras exteriores y su disposición a desafiar consensos, conviven con silencios estratégicos y cambios de postura que alimentan la percepción de ambigüedad.

Esa ambigüedad la inserta en la tradición pragmática de la política estadounidense, donde la adaptabilidad es una ventaja para quienes buscan mantener o tener más poder, o incluso sobrevivir.

Ahora, desde la cúspide de la inteligencia nacional, Gabbard tendrá que demostrar si su independencia es un activo para reformar, aunque sea en parte, el sistema o si sus giros estratégicos serán absorbidos por la misma estructura que durante años criticó.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<