En un artículo de Asia Times se disecciona la reciente "Cumbre sobre la paz en Ucrania" celebrada en Suiza, y se revelan no solo las deficiencias sino también la fragilidad de la estrategia occidental en el conflicto. Lejos de ser un encuentro fructífero, el evento se vio empañado por la falta de voluntad para explorar alternativas al plan de paz de Vladímir Zelenski.
Uno de los puntos más destacados es la escasa participación internacional, ya que solo asistieron 92 de los 160 Estados y organizaciones invitados. Esta falta de apoyo plantea dudas sobre la eficacia del proceso de paz en Ucrania sin la participación de Rusia. Además, la ausencia de países claves como China, Brasil, India, Arabia Saudita, Sudáfrica y los Emiratos Árabes Unidos —Estados que conforman el bloque Brics+—, entre otros que asistieron pero no firmaron el comunicado final, también es explícito sobre el rechazo hacia la ruta que impone la cumbre para frenar el conflicto.
El artículo indica que uno de los principales problemas fue la insistencia de Kiev, y sus aliados occidentales, en considerar el plan de paz propuesto por el presidente ucraniano en 2022 como la única opción sobre la mesa. Esto impidió la discusión de otras siete propuestas de terceros, incluidos proyectos respaldados por Indonesia, el Vaticano, Arabia Saudita, países africanos liderados por Sudáfrica y una propuesta de paz chino-brasileña que está ganando impulso en el resto del mundo.
La falta de exploración de estas iniciativas no occidentales, centradas en lograr un alto el fuego, es una muestra del escaso interés de Occidente por alcanzar una solución diplomática.
En un intento por hacer que la declaración final de la conferencia fuera más aceptable para otros países, el artículo argumenta que Ucrania y sus socios occidentales evitaron exigir explícitamente una retirada rusa, y en su lugar se hicieron referencias a principios generales del Derecho Internacional. Pero incluso esta versión más suavizada no logró obtener el apoyo unánime de las 100 delegaciones presentes.
Asia Times señala:
“La razón de este fracaso es obvia: el Occidente colectivo —esencialmente el G7, la OTAN y la UE— hasta ahora se ha mostrado firme en su apoyo a Ucrania y al plan de paz de Zelenski, y solo al plan de paz de Zelenski”.
Aunque este apoyo fue reconfirmado recientemente en la cumbre del G7, se observa un suavizamiento del mensaje en comparación con declaraciones anteriores. Se menciona una falta de apoyo real por parte de líderes occidentales, como el hecho de que el presidente estadounidense Joe Biden no asistió a la cumbre, a pesar de estar en Europa para el G7.
El texto concluye:
"El resultado de la cumbre de paz suiza debería ser tomado como una señal en Kiev y otras capitales occidentales de que su estrategia actual no ofrece un camino claro hacia una paz justa y segura que —en la actualidad— parece fuera del alcance de Ucrania en el campo de batalla".
La cumbre de Suiza, lejos de acercarse a la paz, ha dejado al descubierto la profunda brecha existente entre la visión de Occidente y la realidad de un mundo multipolar. La insistencia en una estrategia que margina a actores claves y se aferra a un único guión solo prolonga el conflicto.
La propuesta rusa de paz
En una rueda de prensa posterior a una reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva), el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, resaltó la importancia de la iniciativa de paz presentada por el presidente ruso Vladímir Putin el 14 de junio. Esta propuesta representa la cuarta propuesta de Rusia para resolver el conflicto en Ucrania.
Lavrov hizo hincapié en que, de no haberse interrumpido el acuerdo sobre la solución política en febrero de 2014, Ucrania estaría ahora dentro de sus fronteras de 1991, con las cuales "sueña tan dulcemente ahora". El canciller ruso culpó a Ucrania por la destrucción de su integridad territorial, y argumentó que fue el resultado de un violento golpe de Estado y la imposición de reglas rusófobas y neonazis por parte de quienes llegaron al poder.
El ministro ruso recordó los acuerdos alcanzados en Minsk en febrero de 2015, los cuales, de haber sido implementados, habrían permitido a Ucrania recuperar su integridad territorial, excluida Crimea. Sin embargo, Lavrov destacó la falta de voluntad por parte de Ucrania para preservar su integridad territorial a cambio de garantizar derechos autónomos básicos en la región de Dombás, incluido el derecho a utilizar su lengua materna.
Lavrov asimismo mencionó los acuerdos de Estambul de abril de 2022, los cuales también aseguraban la integridad territorial de Ucrania, teniendo en cuenta las realidades sobre el terreno en ese momento. Sin embargo, según el canciller ruso, los interlocutores occidentales impidieron que el presidente ucraniano firmara dichos acuerdos.
El principal diplomático de Rusia expresó su confianza en que los políticos serios comprendan la necesidad de utilizar habilidades intelectuales y diplomáticas, y dejar de lado las ilusiones inventadas a favor de la realpolitik.